33 (Final)

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Tony se removía ansioso, su lobo trataba de decirle algo pero intentaba ignorarlo, en cuestión de minutos tanto el jurado como el juez entrarían por la gran puerta y le dirían que sus hijos podían volver a casa, quiso creer que la inestabilidad de su lobo era la emoción por volver a tener a sus cachorros.

-¿Y Arno?- Pepper miraba hacia el lugar donde debería ir el azabache y su abogado, pero solo se encontraba el jurista.

-No lo sé, quizá no quiso enfrentar su derrota- soltó James sin darle verdadera importancia.

Pero Pepper no lo creía, algo andaba mal

-Tony- llamó al alfa que se encontraba jugando nervioso con un lapicero- ¿dónde está Steve?

-Se fue con mi padre, ambos estaban cansados

La Omega no tardó en atar cabos

-Arno no está- el castaño le miró interrogante- y Steve tampoco- dijo entre dientes remarcando lo obvio.

Enseguida su lobo aulló y por fin entendió lo que este le quería decir, su Omega estaba en peligro.

Estaba a punto de salir corriendo y atender el llamado de su luna pero entonces el encargado de sala llamó la atención de todos al permitir el ingreso de los miembros del jurado.

James, a sabiendas de lo que representaba que el castaño se quedara ahí salió corriendo para proteger a su hermano ganándose una reprimenda.

Tony no podía ignorar aquello, en cuento el juez llegó salió de su lugar

-Señor Stark ¿a dónde va?- la voz de mando del juez casi le hizo gruñir, pero tenía asuntos importantes que atender

-A defender a mi familia

-¿No le importa dejar a sus hijos en las instalaciones del gobierno?

Ese comentario hizo que Tony parara su andar

-Mis hijos están a salvo y sino vuleven conmigo hoy, será mañana o pasado, son mis cachorros y haré lo que sea por tenerlos conmigo y a salvo, pero por ahora debo proteger a mi omega.

Sin decir más, Tony salió corriendo tan rápido como pudo.

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-¡Suletame!- Steve trataba de aferrarse a la pata de la cama y evitar que Arno cumpliera su cometido

-No hasta que mi hermano se sienta como yo, no hasta que llore hasta quedar dormido rogando que su vida cambie

Y a pesar de todo, Rogers sintió lastima por el alfa, el ojiazul prácticamente había crecido solo hasta que conoció a Bucky, fue Tony quien le dió una familia, sería hipócrita si le dijera que entendía su dolor porque no era así aunque podía darse una idea

-Sé lo que es ser invisible para los demás, que seas la última opción de todos, creeme que lo sé

Sintió flaquear la fuerza de Stark

-No es cierto

-Claro que si, con mi apariencia nadie se fijaba en mi, para todos era un bicho raro, sé que no es lo mismo, me lastimaron extraños, a tí te lastimó tu familia.

Los sentidos del rubio se llenaron de las notas tristes que desprendía el aroma del pelinegro

-Los Stark no son mi familia- los ojos cristalinos eran evidentes en el mayor, pero el aroma triste ya no estaba, fue remplazo por pesada testosterona, estaba enojado, completamente fuera de si- Howard Stark dijo que me quería, que sería su hijo- con un gesto rudo limpió sus traicioneras lágrimas- pero llegó Tony y entonces solo fui el mocoso del que no podía deshacerse

Steve quiso hacer más, decir más, seguir peleando pero, no podía cuando el ambiente lleno de testosterona lo tenía completamente sometido.

-Eso no es cierto- una tercera voz le brindó esperanza al Omega- eres mi hijo, Arno, sé que cometí errores y te dejé de lado en  diversas ocasiones- Howard apenas y podía sostenerse- pero nunca fue mi intención, luché contra mi lobo tantas veces para no alejarte más de lo que hice

Y mientras padre e hijo sostenían aquella charla, Steve posó una de sus manos por sobre su vientre preguntándose si cuando su cachorro naviera dejaría de lado a Morgan y Peter, si su Omega los rechazaría.

-Yo solo quería ser tu hijo- susurró el mayor con el rostro rojo y sacando un arma de entre sus ropas- pero es tarde para ello, dejaré a tu preciado hijo sin nada, sin omega, sin hijos, sin amigos...sin padre

El arma se disparó al tiempo que Tony interfería en aquella disputa logrando interceptar la bala que iba dirigida a su padre.

Al tiempo llegó en su auxilio Barnes y entre ambos pudieron someter a Arno que estaba totalmente fuera de si.

-¡Déjame! ¡déjame matar al bastardo!

En cuestión de minutos arribó la policía cortesía de la señorita Potts.

-¡Steve!- el castaño se dejó caer sobre sus rodillas a lado de su pareja, a esas alturas el sangrado era más que evidente- yo...

-¡Tony! ¡Tony háblame!

-Están a salvo

-¡Tony!

No lo puedo creer, acabé con esto asdfghjklñ jajajaja gracias a quienes me tuvieron fe jajaja, me tomó demasiado, es la historia más larga que he escrito pero creo que valió la pena.
Dos extras y podemos decile adiós a la historia, de verdad, gracias por leerme 💕

Gold RushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora