【 un solo niño, el cual tiene la peor manera de vivir con los seres que los considera "padres", pero un día nuevos vecinos llegan a su vecindario lleno de casos y mucho drama.】
-¿sere feliz algún dia?- hablo tímidamente con voz baja.
❏ historia hina...
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No entendía mucho de la situación, se le hacia raro de alguna forma en como todo era narrado por aquella mujer.
—y... ¿Donde esta su esposo ahora?— pregunto, aun si dudara debía tomar alguna decisión antes que nunca.
La mujer sonrió feliz al ver que alguien de verdad quería ayudarla, con supuestamente más confianza le explico que logro encerrarlo en el cuarto que tenían compartido, cerrando ventanas y alguna manera de escapar.
No era tonta al parecer.
Porque si tanto deseaba desterrar a su marido, debió tomar varias acciones para lograr llegar hasta aquí.
Es suspiro más calmado, aunque la rara sensación no se iba. Se sentía extraño hablar con ella, en otras palabras, incomodo, aun si ella estaba buscando ayuda para terminar toda esta situación.
Realmente no lo hacia por ella, lo hacia por el pequeño. El escuchar que el menor había sido agredido por su marido en un intento de supuesta amenaza lo dejo afónico.
No se iba a permitir eso, asique con buen tiempo llamo a la policía.
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8 horas.
8 horas de las cuales estuvo con la mujer en todo momento, a su parecer ella estaría bien y más consciente de la situación, pero cuando él le preguntaba si necesitaba alguna terapia o ayuda psicológica para superar esto, que en su opinión sería un trauma muy feo de superar, ella respondió con mucha confianza que estando a su lado se sentía mejor y más cómoda.
Eso le hizo sentir un sentimiento de desagrado pero no podía opinar mucho, ella era la supuesta víctima.
La policía llego, no solo arrestaron al hombre por varias razones no dichas, sino que también encontraron a una mujer, bastante mal, temblaba y parecía bastante perdida de la situación.
Pero en un momento su corazón se partió cuando vio al pequeño kokichi, en una camilla para llevarlo a un hospital; él intento ir con el menor, de verdad quería darle compañía pero la mujer gritaba o le reclamaba que necesitaba de su compañía o sentía que se iba a desmayar, que se sentía débil, entre un montón de tonterías.
