【 un solo niño, el cual tiene la peor manera de vivir con los seres que los considera "padres", pero un día nuevos vecinos llegan a su vecindario lleno de casos y mucho drama.】
-¿sere feliz algún dia?- hablo tímidamente con voz baja.
❏ historia hina...
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La sociedad estaba cagada.
Desde que nació, el mundo le trajo a dos personas cuya manera de criar era la peor. Creció lleno de traumas e inseguridades que para un niño de 6 años no estaba bien, incluso llego a crear una actitud madura a lo largo de su desarrollo al vivir tantos problemas de pequeño, pero las tapaba mediante actitudes infantiles o bromistas justificandose que era para poder llenar ese vacío de su infancia.
Kokichi aun recuerda aquellos acontecimientos que vivió de pequeño, como si fuera un ayer.
Su mente dolía y las lagrimas salian al recordar tales sucesos; sin embargo, una pequeña sonrisa sincera salía cada que su mente le daba esa viva imagen de sus padres buscando sacarlo del mismo infierno donde nació, regalándole preciados momentos e inolvidables momentos.
Les agradecía bastante, demasiado, por haberle dado aquella felicidad que necesitaba en su vida.
Ahora él era su hijo, no de sangre, pero si por ley y aunque sea duro de aceptar no tenía problemas; los amaba más que a nada, son y serán las primeras personas en que puede confiar con todo su ser.
Tock tock
Escucho el ruido proveniente de su puerta, siendo tocado por uno de sus padres.
—¡Kichi! ¡El almuerzo ya esta servido!— sonrió al escuchar a su papá ser el que lo buscaba.
Dejo lo que estaba haciendo para poder ir rápido hacia el comedor.
Hoy estaba bien listo, bañado y cambiado porque iba a salir junto a una persona tan especial.
Digamos, como una cita pero amistosa.
Por ahora...
Volviendo, sonrió al ver a sus dos padres ya listos en la mesa.
Se sentó y agradeció de manera divertida a su padre por tal rica comida.
—Entonces... ¿a que hora tienes pensado volver?— era hora del ataque.
Claramente cuando tu tan y único hijo, en otros casos hija, tiene una salida con una persona que no conoces es obvio ignorar el sentido de preocupación.
Hajime iba asegurar que su hijo estaba bien en todo sentido.
Iba a preguntar hasta el clima si era necesario.
—buenoo... pensamos salir, ehm... como hasta las... ¿seis de la tarde?— eran la una de la tarde y tenía que salir a las dos, quedaron en ir a un parque a probar los nuevos juegos instalados allí.
Probablemente digan que era infantil para un chico ya de 15 años, pero el amaba eso juegos.
—¡Seis de la tarde!, no, claro que no, se me regresan a las cinco— respondió Hajime en un tono algo preocupado, no podía pensar con serenidad sabiendo que posiblemente puedan perderse o incluso ser raptados.