capitulo 3

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El sol ilumino su pequeño rostro despertando lo

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El sol ilumino su pequeño rostro despertando lo. Se levanto y se cambio en un instante para bajar y buscar el reloj de la cocina y ver la hora.

—siete con trece...—susurro por lo bajo y decidió agarrar una silla para subirse en ella y agarrar un pan de la mesa de la cocina y comerlo como su "desayuno".

Decidió aprovechar ese lapso de tiempo para salir y jugar con uno de sus peluches favoritos.

Un conejo blanco y chiquito con un lazo rojo en el cuello.

El de cabellos morado abrazo dulcemente el peluche. A pesar de estar sucio y algo viejo, era uno de sus favoritos y el único que no estaba completamente roto.

Se puso a jugar con el peluche, sin embargo tenía que ponerse atento a la hora para ir y despertar a su madre para que así ella lo pueda llevar al colegio.

—me preg-gunto si l-los conejitos e-estudian...— levanto cara a cara el peluche mirándolo fijamente como si quisiera descubrir algo.

Escucho la puerta abrirse haciendo que se sobre saltara y se ocultara tras el peluche sabiendo de quien se trataba.

Donde esta ese mocoso de mierda...

Se asusto mucho y empezó a llorar bajito.

Su mamá estaba muy molesta con el, pues según ella "el señor esponjosin" como el lo llamaba, le había dicho que se demoro en llegar a su pequeña junta de té por la razón de que su hijo estaba llegando tarde al colegio. Como consecuencia, le prohibieron ir al patio de su casa.

—Pequeño mocoso!— mascullo molesta agarrando fuertemente el brazo del menor, quien solo se quejaba bajito y lloraba.

—p-perdón m-m-mami...— el niño entro a la casa mirando al piso sintiéndose inferior ante la mayor.

—No! Nada de "pwerdom mamiii"— con enojo imito el gesto que hizo antes el menor asustando lo aun más —eres un malcriado! ¡¿Que te dije de salir al patio?! ¿Acaso estabas sordo cuando te dije bien claro que no podías salir?— le empezó a gritar más y más fuerte.

El niño menor solo quería ir a su cuarto y llorar sin que su madre de diera cuenta; si bien así se hacia ver fuerte pero solo quería huir de allí.

—m-m-mami... t-tengo que i-ir a est-estudiar...— empezó a llorar más y más y su tartamudeo empezó aumentar de nivel.

En algún momento tendrá un ataque de nervios y no había nadie para ayudarlo.

—Pues adivina!, Te vas tu solo al cole porque YO no estoy de ganas para aguantar tus lloriqueos— empujo al menor fuera de la casa cerrando le la puerta y lanzándole desde una ventana su mochila.

✿𝕊𝕖𝕣 𝕦𝕟𝕒 𝕗𝕒𝕞𝕚𝕝𝕚𝕒✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora