09. Disfruta lo que queda

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¿Juntos hasta el final?

¿Para siempre?

Promesas.

*Boda improvisada de Tn y Cinco*

¿

Cómo se supone que sea una boda?- pensaba Cinco.

¿Debería arreglarme? - pensaba Tn.

Después de que Cinco le pidiera matrimonio, ambos acordaron hacer una pequeña ceremonia.

Aunque los únicos en esa boda serían ellos.

¿Quién más? ¿Las rocas?

Tn se arregló un poco, pues no había muchas cosas en el lugar, peino su cabellos con su mano y contemplo el anillo en su dedo.

Desearía tener a mi familia aquí- pensó con una sonrisa triste.

Mando a volar esos pensamientos y se concentro en si misma.

Mientras tanto, Cinco junto unas piedras e hizo un camino en dirección a un mini altar que habia construido.

- Soy pésimo en esto, pero no está tan mal - se decía a sí mismo tratando de armar un pequeño ramo de flores con un periódico y mirándolo con detenimiento.

Quién diría que Cinco se casaría.

Después de media hora el la fue a buscar con una venda en sus manos.

Se asomó en la esquina de una pared y la vio, se veía ¿nerviosa? Esperaba a que si, porque el lo estaba.

El recuerdo de cuando eran niños vino a el, en ese entonces solo la veía con ojos indiferentes pero ahora la veía con dulzura.

Se acercó lentamente y ella le sonrió y la invitó a que se dejara vendar. Entre risas y bromas Cinco la condujo hasta el camino de piedras que habia hecho.

- Llegamos, ahora, te quedarás aquí hasta que te diga "Ya" y te quitarás la venda. - le decía mientras se alejaba y se posicionada en el mini altar.

- ¿Ya? - ansiosa.

- Si- no, espera, olvidé algo importante.- corrió hacia el ramo de flores de papel periódico que habia hecho y lo escondió detrás de el.

- ¿Ya? - insistió otra vez.

- Espera un momento. - decia mientras tomaba aire.

-¿Ya?

- Un segundo. - mientras se acomodaba los cabellos que caían en su frente.

¿Ya?

- Si, ya. - dijo al fin.

Tn se quito la venda y abrió los ojos de a poco. Sonrió al ver lo que Cinco habia hecho, era muy lindo de su parte haber arreglado el lugar. Ahora posó sus ojos en él.

Se veía algo inquieto, con las manos por detrás y brindándole de igual manera una sonrisa.

Lo imaginó como el día en el que lo conoció. Un niño con uniforme, que  cuando trataba de hablarle la miraba de manera fría y tosca.

Ahora lo contrario.

Caminó hacia él hasta quedar uno frente al otro. Él le entregó el pequeño ramo y ella sonrió y le agradeció. No supieron bien como empezar pero se las arreglaron. Entre risas trataban de recordar que se decía en las bodas.

- Tn, ¿Aceptas casarte conmigo hasta que la muerte nos separe?

- Acepto. - respondió riendo.

- Tu turno. - riendo también.

Los días contigo / Cinco Hargreeves Donde viven las historias. Descúbrelo ahora