✎。。。Eᴘíʟᴏɢᴏ \\•~࿐

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Había pasado un año y medio desde todo lo ocurrido, actualmente vivías junto a Tom en tu país natal y tenías una relación amorosa con él. Claramente a Tom se le dificultaba hablar tu idioma pero cada día intentaba mejorar. Ambos hicieron lo imposible para tener su propia casa y conseguir buenos trabajos.

Por tu parte conseguiste trabajo en una escuela para niños de 4 a 6 años de edad, los niños te adoraban y tú a ellos. En cambio, Tom consiguió trabajo en las fuerzas armadas de tu pais. Según él, era muy bueno con las armas y todas esas cosas.

Tu vida mejoró y mucho, tenías todo lo que querías y necesitabas, era la vida adecuada para ti. Justo era viernes y todos los viernes Tom y tú iban a algún lugar para comer o en la noche veían cualquier tipo de películas.

Llegaste a tu casa cansada, fuiste directo a tu habitación y encontraste a Ringo dormida en la cama. Una risa se escapó de tus labios y le acariciaste, Ringo dio un bostezo y abrió sus ojitos.

──Hola pequeña. ¿Tienes hambre?──Preguntaste.

La gatita se bajó de la cama y dio un maullido leve, bajaste directo a la cocina y le diste su comida, calentaste alguna que otra cosa que habia para comer, cuando acabaste de calentar la comida te dirigiste a la sala de la casa y te sentaste en el mueble principal. Prendiste el televisor y empezaste a comer.

De la nada se escuchó la vibración de tu celular, agarraste con cuidado el celular y te diste cuenta de que era una llamada de un número desconocido. Confundida respondiste la llamada.

──¿Hola?──Hablaste dudosamente.

──Hola ____──Respondieron al otro lado de la llamada.

──Disculpe pero, ¿quien habla?──Preguntaste.

──Eso es fácil, ¿te acuerdas de Edd?──Tu cuerpo se paralizó por completo y muchos recuerdos vinieron a tu mente. ¿Acaso era algún familiar de Edd?

──Podría decirme por favor con quien hablo.──Volviste a decir.

──Si podrías volver a Inglaterra sería un gran favor.──Dijo la otra voz del teléfono.

Inmediatamente colgaste la llamada, no sabías que decir ni que hacer. Tus ojos estaban apunto de soltar lágrimas, pero trataste de evitar eso. Lo único en lo que pensaste es que esa llamada era una broma.

──¡Ya llegué!──Escuchaste a Tom gritar después de entrar a la casa.

Te asustaste por aquel grito y te diste un pequeño golpe en el brazo con el mismo mueble en el estabas sentada. Tom entró a la sala y fue a saludarte.

──Hola cielo.──Dijo sentándose a tu lado y dándote un beso en la mejilla.

──Hola cariño.──Respondiste con una leve sonrisa.

──¿Pasa algo? Tu rostro se ve pálido.──Dijo poniendo sus manos en tu cara.

──Si, tranquilo.──Tomaste ambas manos y las uniste con las tuyas.

──Está bien. Voy a ver mi comida y vengo para hacerte compañía.──Dijo dándote otro beso.

Sonreiste y seguiste comiendo, pero estabas asustada e incómoda. No querías volver a Inglaterra después de todo lo sucedido. El resto de la tarde pasó rápido y ni te habías dado cuenta. En la noche Tom y tú iban a ver películas, así que empezaste a preparar las palomitas para comer.

──Ya elegí la película.──Dijo Tom mientras te abrazaba por la espalda.

──¿Cuál elegiste?──Preguntaste con una leve sonrisa.

──Tinker Bell.──Respondió.

Soltaste una carcajada y te volteaste para darle un beso. Una risa se escapó de sus labios y te dio otro beso.

──Vamos.──Agarró tu mano y fueron a la sala.

Esa noche fue bastante divertida para ustedes dos, pero no pudieron terminar de ver las películas. Eran muchas...

A la mañana siguiente no encontraste a Tom, lo buscaste por toda la casa pero no lo encontraste, ese día era de vacación para él. Lo llamabas su número de teléfono pero él no te respondía. Saliste de la casa y fuiste a buscarlo en algunas cantinas cercanas. No apareció en ninguna así que fuiste a buscarlo en su trabajo, pero te dijeron que él nunca había pasado por ahí. Todo eso ya era preocupante, los nervios te invadian y no sabías dónde más buscar.

Estaba apunto de anochecer y decidiste ir a tu casa, como último intento lo volviste a llamar, justo en ese instante escuchaste una vibración cerca de ti. El sonido se escuchaba dentro de un callejón, eso te puso nerviosa y asustada. Con cuidado entraste al callejón y encontraste el teléfono de Tom. Miraste más al fondo y viste algo horrible.

──Dios mio.──

Esas fueron las únicas palabras que salieron de tu boca, era Tom, tenía muchos golpes en su rostro. La poca ropa que tenía estaba desgarrada y rodeada de sangre. Te acercaste y al verlo de esa manera querías llorar a más no poder.

──¿Tom? Por favor dime algo.──Acariciaste su rostro delicadamente.

No hubo respuesta, escuchaste unos pasos atrás tuyo y antes de que pudieras voltear a ver se escuchó un fuerte sonido. Una bala había atravesado la cabeza de Tom. Diste una grito y te giraste para ver quien fue.

──No jodas...──Susurraste con lágrimas en tus ojos.

──Espero que me hayas extrañado.──Habló caminando hacía ti.

Antes de que pudieras hacer algo el ya te había inyectado un tranquilizante. Todo se volvió oscuro y lo único que podías recordar era un peso sobre tus labios.

Despertaste con un dolor de cabeza insoportable, todo a tu alrededor daba vueltas y vueltas, tenias la boca una cinta que no te permitía hablar, miraste la habitación en la que estabas, no sabías donde te encontrabas y eso te puso nerviosa. Tu mirada se quedó quieta cuando viste a Tord sentado en una silla de la habitación.

──Ya era hora. Te tardaste mucho en despertar. Creí que también te había matado.──Dijo al saber que estabas despierta.

Miró directo al reloj del cuarto y sonrió.

──No te preocupes, estarás aquí por mucho tiempo. Pero será divertido, vamos a pasarla muy bien juntos. Nunca te dejaré ir.──Habló con una sonrisa y cerrando la puerta con llave.

FIN...

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