SORPRESA
Lunes, 7:32 a.m.
— Buen día, Yen — dijo Nanon en un murmuro apenas audible, la mujer desde la recepción le volteó a ver y se extraño de que ese día el chico no tuviera la sonrisa en el rostro que le caracterizaba.
— Buenos días, Nanon — contestó, mirando cómo el contrario se dirigía directamente al ascensor — ¿Nanon? — le llamó, Nanon volteó a verla, deteniendo su paso — El comandante Poom pidió verte en su oficina — le dijo, Nanon asintió con la cabeza y reanudó su recorrido hacia el aparato.
El trayecto en el elevador se le antojó lento y un poco mareante, sabía qué era ese día, sabía lo que iba a suceder y definitivamente no le gustaba, no se sentía ni un poco seguro.
Las puertas metálicas se abrieron y Nanon caminó directamente a la oficina del comandante, cuando tocó la puerta quien le abrió no fue el comandante, sino Chimon.
— Buenos días, Non — le saludó, Nanon se quedó en silencio en el umbral, mirando hacia dentro; en la oficina además de Chimon está el comandante Poom, que se puso de pie de su silla detrás del escritorio y la comandante Rin, y los tres parecían estarle esperando.
Chimon se hizo a un lado en la entrada para permitirle pasar, Nanon se sintió observado, y no era para menos, si los tres pares de ojos que se hallaban en esa habitación le miraban a él.
El comandante Poom hizo un ademán con la mano, indicándole que se sentara en una de las sillas frente al escritorio, la otra la ocupaba Rin y Chimon se quedó de pie entre los dos, el comandante Poom no volvió a sentarse.
— Bueno, Nanon, sobre esta noche — comenzó la comandante Rin luego de que el comandante Poom le hiciera un gesto con los dedos de su mano, Nanon la miró sin decir palabra — La cita esta concordada para las nueve de la noche — explicó Nanon no separaba la mirada de ella — Pero vamos a tratar de repasar todos los puntos y preparar la estrategia desde temprano, así que hoy después de mediodía vas a quedarte en homicidios con nosotros — dijo la mujer, Nanon frunció el ceño y miró a su jefe.
— Alguien va a cubrirte en evidencias, no te preocupes por ello — le dijo, desechando rápidamente el tema con una negación con la cabeza, Chimon lo observó y le vio un poco nervioso, soltó un suspiro y bajó su mirada a sus manos, que descansaban sobre su regazo — Ahora lo mejor es que te vayas a organizar tu oficina para la persona que va a reemplazarte y después acudas con Rin y con Chimon, para que te digan más sobre esta noche — dijo el hombre, Nanon se quedó sentado en la silla tratando de procesar todo lo que le habían dicho, que si bien no había sido mucho, era más que suficiente.
Cuando notó que los ajenos a la oficina estaban saliendo, se levantó con extrema premura y amagó salir de la habitación.
— ¿Nanon? — le llamó su jefe, él dirigió su mirada hacia él, escuchó la puerta cerrarse y el silencio inundó la oficina.
— ¿Pasa algo, comandante? — el hombre rodeó el escritorio y quedó frente a él, Nanon le vio levantar los brazos y después colocar las manos en sus hombros.
— Sé que estos no son métodos convencionales, hijo — le dijo en voz baja, mirándole a los ojos, Nanon asintió lentamente y bajó la mirada — Sé también que no es la mejor manera de manejar un caso y que no es el mejor plan que se les pudo haber ocurrido pero también sé que Rin y su equipo están desesperados, Nanon — explicó, Nanon suspiró y entre el suspiro dijo "lo sé", ni siquiera asegurándose de que su jefe lo escuchara — Me consta, lo he visto, y también sé lo que es estar desesperado, hay muchos cuerpos, hay mucha presión, hay mucha incertidumbre, lo que también sé es que tu les ayudarás, extrañamente dependen mucho de ti — le dijo, Nanon no dijo palabra, le miró a los ojos y el hombre desvió su mirada de la suya, le tomó de los hombros y le envolvió en un abrazo paternal que Nanon internamente agradeció, nunca había sentido un abrazo así.
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Carnada || OhmNanon
FanficDespués de mucho sufrir, Nanon por fin tiene la vida estable que quería: una casa linda, un novio perfecto y un trabajo soñado. Todo pronto parece caerse a pedazos cuando por toda la ciudad aparecen cuerpos de chicos asesinados que extrañamente, se...