☙Por favor, llama mi nombre una vez más❧

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14 de febrero

Estoy enamorada, lo sé, pero cuando te enamoras te ciegas completamente y te niegas a aceptar aquello que siempre supiste pero te quedas esperando a que la otra persona te lo diga por su voluntad porque así no te verás como "el malo" de la situación y no se podrá usar en tu contra...

Lo amo, me amo, sé que nos complementamos tan bien, pero hoy debemos que sacarnos las máscaras que traemos. Me encuentro sentada dentro de un restaurant esperando a que llegue, no viene tarde pero espero que sea puntual. Tomé mi taza de café y miré mi reflejo en aquel líquido oscuro, este desayuno lo improvisé de último momento, no quería pasar San Valentín besando sus labios con secretos de por medio.

-¿Tan grave será esta conversación para que no te percates de mi presencia?

Sobresalte ante sus palabras, en efecto, no lo oí llegar, ¿tan perdida estoy?  lo miré a los ojos, sus hermosos ojos violeta, su bello rostro, su brillante cabello, esas perforaciones que sobresalen y son parte de su esencia, me pierdo en él entonces por qué me estoy sintiendo aterrada si mi amor por él es casi incomparable.

-Hey nena, está todo bien?

--Lo siento, Hola Shin solo estaba perdida en mis pensamientos, quiero hablar directamente sobre lo que te cité aquí cielo, espero no me interrumpas.

-Estoy atento a tí.

Tragué saliva, me recompuse en mi asiento sin no antes tomas un sorbo de mi café, como si fuera la clave para darme coraje, y abordar el tema,  mientras él comía sus waffles.

--Muy bien para empezar, sé que hoy celebramos San valentín en nuestra cita de la hora de almuerzo, pero no quería celebrarlo sabiendo que tenemos secretos guardados..

Y su sonrisa se borró, tragó la comida que tenía masticando, su espalda se apoyó en el asiento y su mirada perdió el brillo, pero no fue capaz de interrumpirme.

--Sé que nuestro encuentro fue casual aquel día en la playa, me corrijo, sé que nuestro reencuentro fue casual ese día en la playa, puede que no te acuerdes de mí, pero yo te recuerdo perfectamente al igual que Hitto... 

Y sus ojos se abrieron como plato, noté como empezó a jugar con sus dedos, sé que quería parecer calmado, pero su cuerpo lo delataba.

--Hitto, tú y yo nos criamos juntos solo debes hacer memoria, yo me fui antes que ustedes, porque me escape, seguramente me tienes rencor porque yo era tu única amiga y un día me fui sin más, pero ahora puedo ver que son cercanos con Hitto, así que, solo no te quedaste después de mi partida. Tu nombre no es Shin, Haru no es Haru, sino K. Hitto, Kou y Koi tampoco se llaman así, si, son hermanos pero no son sus verdaderos nombres, y yo no me escapé porque no quisiera ser tu amiga, sino porque quería tener un lugar el cual pudieras vivir junto a mí y no con esos religiosos.

Conmigo no has cambiado, eres el mismo dulce niño que conocí pero siento que no eres el mismo, a veces te veo mientras duermes y tu rostro se ve tan.. tan cansado y con mucha pena, no sé por lo que has tenido que pasar y está bien que no quieras decirme pero... Ya deja de fingir que eres otra persona.

Él solo me veía con vergüenza, sé que se debe estar sintiendo desnudo frente a mí, de cierta forma lo desenmascare.

-Yo.. yo no sé qué decir, pero discúlpame, tienes razón si hay cosas que no sabes de mí, mereces saberla, pero no sé si yo merezco tu amor en algunas ocasiones, de hecho, soy alguien que se considera a si mismo una persona solitaria y llena de rencor... me cierro a las realidades y soy un hijo de puta con mi único amigo, pero a tu lado, soy quien realmente soy, soy un humano, me haces sentir tan vivo, que me olvido de toda pena que llevo dentro de mí. Mi amor por ti es puro, nunca ha sido una falsedad como la personalidad que tomé. Yo lo lamento Kimi.

--No necesito disculpas, solo quería que empezaras a ser tú mismo de una puta vez, yo te amo y mucho pero no más secretos vale?

-Totalmente de acuerdo... tengo una idea, entonces empecemos altiro siendo sinceros, cancelaré la reserva del almuerzo y vendrás a mi casa, quiero que conozcas por dentro mi habitación, es como un santuario para mí y tengo cosas muy privadas, almorzaremos en mi casa, que dices?

--Vamos entonces.

🀥🀥🀥

Fuimos caminando hasta aquel edificio que ya conocía, me pone ansiosa el hecho de que entraré a su hogar, sé que son solo habitaciones, debe ser como la casa de Hitto, pero sin las pesas... creo...

Cuando llegamos a su piso, él aceleró su paso para pasar por delante de mí hasta llegar a su puerta y abrirla, se quedó esperando a que llegara e hizo una reverencia cuando me paré frente a él.

-Por favor su alteza, le invito a entrar a mi santuario.

Yo seguí su juego y tambien hice una reverencia. Retiré mis botines para dejarlos afuera y entrar.

--Cielo, tu casa es muy hermosa, tienes una muy linda compañia, HOLA PECECILLOS...

-Por favor, mi casa es tu casa Kimi, camina libremente.

Y con su permiso comencé a caminar, le gustan las plantas al parecer, y tiene una graaaan vista de la ciudad, me quedé un rato de pie admirando las pequeñas personas que veía desde arriba, los otros edificios y el bello clima, me giré para seguir caminando, solté una pequeña risa al verlo en la cocina con un delantal con diseño de ositos, él al escucharme y percatarse de que lo veía solo se rió, para luego lanzarme un beso.

Continué caminando por su casa, ví una guitarra, espero que sepa tocar y no sea solo un adorno, luego vi un uniforme rojo colgado... Yo he visto esto antes, pero donde... claro en la casa de Hitto, pero si era para halloween, debe ser un disfraz... por qué aún lo conserva?

--Hey Kawa de qué se trata este disfraz?

Se volteó a verme, miró el disfraz un buen rato y luego me miró, se quedó varios minutos en silencio mientras yo solo quería una respuesta, lo vi cerrar sus ojos rendido, se retiró su delantal, me dio la espalda, luego se giró a verme con dos platos servidos de ravioli, se acercó a la mesa puso un plato frente del otro, abrió paso entre la silla y la mesa.

-Toma asiento

Mis cejas se fruncieron, estaba evadiendo mi pregunta. Me acerqué y senté en las silla que sostenía y luego me empujó acercándome a la mesa, para posteriormente sentarse frente a mí.

-Seré sincero y directo porque lo prometí hace unas horas atrás... Ese no es un disfraz.

Aquella ropa roja que ves colgada ahí, es mi uniforme, no de trabajo, sino de pandilla
De mi pandilla.

Este fue mi día favorito nena, perdón, no debí....

K.