Lea Gold: LA OSCURIDA DENTRO DE MI

un muerto viviente part. - 2

Cuando abrí mis ojos note la luz tenue de una fogata, trate de girarme un poco, mi cuerpo dolía, pero aun así logre moverme y logre ver la espalda de alguien no muy lejos de mí, cuando mi vista al fin se aclaró un poco más observe cómo es que movía algunos troncos de la fogata y este aumento más su intensidad dejándome ver que nos encontrábamos en algún tipo de cueva, mi cabeza daba vueltas sin parar y sentía mi cuerpo temblar, incluso estando cerca del fuego seguía sintiendo el frío y temblaba

— ¿quién...? - pregunte, me dolía mi garganta y mi cabeza seguía dando vueltas y mi vista empeoraba

— no te muevas mucho - era la voz de Rael - el golpe qué te has dado en la cabeza es fuerte así que debes de descansar un poco más para que haga efecto la poción y puedas recuperarte - él se acercó a mí y acarició mi rostro con delicadeza - no puedo permitirme perderte estando tan cerca de lograrlo - se acercó a mí y posó sus labios en los míos y algún líquido fue entrando por mi boca forzando me a tragarlo. Al separarme de él empecé a toser lo poco que no había bebido.

Al girarme lo vi claramente, Rael estaba vivo, ¡Rael! quién había muerto frente a mis ojos, él estaba en este momento frente a mí sin ningún rasguño, todo lo que había pasado no había sido una clase de sueño todo era verdad, ¿pero como era posible?

— ¿cómo? - mi cuerpo empezó a temblar de nuevo y acerqué mi mano a su rostro, necesitaba tocarlo para verificar que lo que estaba viendo no era algún tipo de alucinación por lo que me había tragado - ¿Rael? ¿Cómo? - mis ojos se llenaron de lágrimas

— pronto cariño, te lo diré todo - tomó mi mano y la acercó a su boca para depositar un beso en mis nudillos - a partir de este momento, no volveremos a estar separados Sarah -.

*

— ¡despierta! ¡¿Hola?! ¡Aún estás ahí! - Abrí mis ojos, aún me pesaban, pero traté de mantenerlos abiertos — ¡bien! ¡Bien! ¡Estás viva! - Mire a mi alrededor, parecía ser mi casa, pero al ver por la ventana en vez de ver el hermoso jardín que mi madrastra cuida, solo había una especia de humo entre mezclados, algunos eran morados, blanco, negro y gris. No se veía nada más solo ese denso humo o niebla — no te preocupes, estamos en una dimensión fantasma - la voz volvió a hablar

— ¿Qué? - dije confundida y tocando mi cabeza ya que de nuevo me dolía

— estamos en alguna dimensión diferente a la tuya, en la habitación de una versión tuya en este universo fantasma -

— ¿Eso qué significa? ¿Qué? - no entendía bien esto y mi cabeza aún dolía cada que hablaba

— prácticamente este es un mundo paralelo al tuyo, donde existió una versión de ti, pero ahora no hay vida en él y este mundo se prepara para su extinción -

— Así que ¿hay más de mí en algún mundo paralelo? - dije

— Estamos en el proceso de colisión de ese mundo para ser exactos - mire a mi alrededor y note que mi cuarto era igual al de cuando tenía 13... - sí, esta versión de ti murió a los 13 - ¿qué dijo? ¿Murió a los trece años? 

— ¿Cuántas versiones hay? - pregunte rápidamente, tenía que saber cuántas versiones de mi habían muerto hasta ahora

— si te soy sincera, cuantas versiones de ti han muerto... -

— ¿estoy siendo castigada por la santidad? ¿Qué es lo que he hecho para tener que morir mas de una vez? - pregunte molesta por la situación en la que el saber esto me ponía, acaso esto que vivía era un castigo