La expedición

18 1 1
                                    

Mientras terminamos de vestirnos, yo le hablaba sobre que era muy pronto para decirle a alguien más sobre nosotros, más que nada porque sabía lo que me esperaba cuando llegáramos al norte, por lo que eso' me mostro yo no saldría con vida del noveno circulo. Él había aceptado y dijo que lo diríamos cuando yo quisiera, debía de reconocer que me agrada esta idea de solo nosotros, el aquí y ahora sin preocuparnos del futuro el cual claramente sabía cuál sería el mío y sabía bien que no sería a su lado, aun así, estaba siendo egoísta. Pero aun así quise intentarlo, intentar ser feliz por unos días más, no quería morir con arrepentimientos. entonces ¿qué sería de él después de mi muerte? no podía negar que esa pregunta rondaba en mi cabeza desde ayer, desde que decidí ser egoísta y estar con él.

— tengo otra condición - le dije

— Dime - él se acercó a mí y me sonrió con calidez 

— no menciones más fingir ser marido y mujer en el futuro - él me observó y sonrió apenado - nosotros, lo que tenemos entre nosotros, el aquí y ahora, es lo importante... solo no hagamos planes a futuro -

— ¿por qué dices eso?... ¿lea? - no conteste solo me limite a verlo a los ojos - bien... lo hare, será como tú quieras - me respondió

— ¿lo juras? - pregunte de nuevo mientras mi corazón latía con fuerza, estaba engañándolo

—disfrutemos lo que tenemos ahora, mientras estes a mi lado - tomo mi mano - Te juro que te protegeré por el resto de mi vida y solo te amaré a ti - algo dolía en mi corazón - por un tiempo llegué a pensar que no te merecía, pero ahora tengo un deseo por cumplir -

— ¿Qué deseo? - pregunte

— Mi deseo es... - él sonríe - algún día te lo diré - besó mi frente y me abrazó.

+


Después de dos días trabajando con los magos en cómo reforzar las armaduras de los caballeros me llegó la oportunidad de poder ir a verlo. Así que tomé la armadura que se había hecho para él y fui a buscarlo. Al entrar a la oficina en donde él se encontraba, de inmediato se levantó de la silla frente a el escritorio y se acercó a mí para besarme sin darme tiempo de decir palabra alguna, no me negué al beso más sin embargo lo aparte un poco al sentir que me faltaba el aliento

— Te he extrañado - Nikolay me abrazo y beso mi frente

— yo igual - le devolví el abrazo - pero debo de decirte que estoy aquí como la maga a cargo de las mejores de las armaduras - me aleje de él y le mostré la parte de arriba de la armadura - Creamos una armadura qué ayuda un poco cuando son golpeados y protegerá los órganos vitales - él la tomó para verla - logramos usar piedras purificadoras y la trabajamos de cierta manera hasta poder crear un material el cual absorbe los golpes haciendo que la armadura absorba por completo el impacto, ¿qué te parece? -

— Impresionante - dijo y yo sonreí orgullosa

— esto te protegerá - le dijo para que entienda que debe de ponérsela - así que esté es el tuyo, necesito que te lo midas para ajustarlo bien a tu cuerpo y sobre todo que siempre la tengas puesta - lo amenace

— no creo necesitar eso - dijo orgulloso, bajo la armadura y la dejó sobre su escritorio

— no seas terco y úsalo, si no lo llevas te quitaré esa ropa y yo misma te lo pondré - le dije en un tono amenazante 

— haga lo que le plazca mi lady - se giró a verme - ¿podrás manejarlo? - el príncipe se acercó demasiado a mí, qué no me dio tiempo de retroceder - no creo que pueda - su mano rodeó mi cintura y me acerco a él, este hombre el cual no había nunca salido con más damas se comportaba como esos mujeriegos de las novelas que mi criada Lili le gusta leer.

Lea Gold: LA OSCURIDA DENTRO DE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora