La ruptura del Alma

9 1 1
                                    

— ¡Has escapado, tenías prohibido hacerlo Sarah! - pareciera que estoy siendo regañada por alguien, rápido reconocí la voz

— lo siento madre, pero quería ver por mí misma a las personas que con tanto esfuerzo intentas salvar - respondí mientras bajaba la mirada al ser regañada por mi madre

— ¿Y? ¿Qué te pareció la creación de mi padre? - habló su santidad, levanto la mirada y respondo

— los desprecio más que nunca - 

— ¡Sarah! ¿Por qué? - me pregunta sorprendida mientras se acerca a mi

— bueno, no entiendo muy bien por qué los humanos eligen la muerte tan fácilmente, cuando solo necesitan querer sobrevivir -

— Pero hija mía, debes de pensar en la situación en la que están para pensar que la mejor solución es la muerte, ¿Por qué nadie les dijo esas palabras? Te aseguro hija mía que nadie elige morir tan fácilmente -

— aun así, no logro entender a los humanos, mi deber es salvarlos ¿por qué? -

— qué tal si te mando a explorar - mire a mi madre sonriendo cálidamente - cuando cumplas tu mayoría de edad dejare que salgas al mundo y buscaras a esas personas que necesitan algunas palabras de esperanza y luz en su vida, -

— no hay magos ya ayudando a los humanos, ¿Por qué debería ir también a ayudarlos? - respondí molesta

— porque para eso te he creado, para eso has sido creada Sarah, una luz en la oscuridad, eres también una santidad -.

* Los recuerdos parecen pasar rápidamente mientras veo las imágenes, fue entonces que entendí, estaba viendo los recuerdos de ella, de Sarah. De alguna forma los estaba viendo y viviendo, mi conciencia, yo Lea estaba en la conciencia de Sarah. *

— ¡Sarah! - veo en el reflejo del agua a una chica de cabello plateado y ojos morados, ella se aleja y vuelve a tomar el libro que estaba leyendo tranquilamente sentada en el césped cerca del lago - ¡Sarah! - un chico se le acerca y ella le sonríe amablemente, Rael. él luce más joven, pero es fácil de reconocer - ¿qué haces? Iras tarde - ella se levanta rápidamente

— ¡tienes razón!, debería irme ya - la chica agarró su pequeña maleta y le sonrió - será mi primera vez lejos de aquí, llevaré luz y paz en donde la oscuridad abunda -

— ¿en verdad quieres ir? - ella se río divertida por la cara que tenía su amigo

— Rael, sabes bien que para eso existo... debo ir a donde me necesiten, soy la luz que necesita este mundo - ella río inocente

– ¿pero por qué iras sola? ¿Debería ir contigo? - Rael intento tomarme de la mano, pero yo había retrocedido un poco

— no, esto es algo que debo de hacer por mí misma, madre no dejara que me acompañes, prometo que regresare bien -.


*

Al despertar me doy cuenta de que sigo en el mismo lugar, mi habitación parecía vacía a pesar de tener todas mis cosas en ella, me daba un poco de curiosidad saber cómo esta versión de mi había muerto a tan temprana edad

— no busques respuestas, es mejor así -

— pensé que te irías - respondí

— ¿quieres que me vaya hija? - aún era raro para mí que la santidad me llamará hija, más sin embargo a pesar de eso esa palabra la sentía familiar en mi por alguna razón, será por esos recuerdos que ahora en están revueltos en mis memorias

Lea Gold: LA OSCURIDA DENTRO DE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora