~ aun presente ~

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Príncipe

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Durante los días restantes busque a quien había sido el responsable de haber aceptado la solicitud de la señorita Gold para esta expedición y al parecer después de amenazar a algunos, alguien al fin habló y al parecer todo indica que fue Ramsey quien convenció al emperador en necesitar a los mejores magos, en especial a ella y que seguro sería exitosa para todos. El de inmediato aceptó así que ahora estábamos rumbo al norte. Un lugar peligroso y lleno de bestias, mi corazón se siente raro y todos mis sentidos están en alerta, mi prioridad ha cambiado en este viaje en mi mente solo está el salvarla a ella, incluso rompiendo todo juramento que he respetado durante tantos años siendo caballero.

Observó a Lea cabalgar a unos cuantos metros frente a mí, ella sonríe mientras habla con otro mago y a su lado está el mago Rael Klart y otros magos más. Llevábamos un buen ritmo cabalgando cuando decidí parar para poder descansar un poco. El grupo de caballeros de Ramsey se encargó de asegurar la zona, mientras que mis caballeros se encargaron de cazar para poder comer, los magos por mientras se encargaría de hacer nuestras casas de campaña para poder descansar bien durante este día, estábamos a nada del último castillo qué le pertenecía a la familia de los gemelos Talton, su familia lejana eran señores de esta tierras, que estaban a solo algunos kilómetros de la montaña en donde comenzaba la zona más fría y peligrosa del norte, había nieve densa era un camino difícil de recorrer la mayoría de los mapas que teníamos estaban incompletos ya que las condiciones del norte no se prestaban para ser explorada con seguridad. Mientras caminaba en el campamento en busca de Lea, la observó acostada sobre el pasto verde que aún quedaban por esta zona del bosque antes de que todo fuera cubierto por la nieve.

— Las estrellas cambian de posición, ¿No? - me pregunto al sentir mi presencia algo que me sorprendió, pero de igual forma me acerqué y me senté junto a ella, ella en estos días había estado rara, más sin embargo me abstuve de preguntarle qué era lo que le pasaba o preocupaba no quería presionarla, sabía que si ella necesitaba mi ayuda vendria a mi

— así es - miré hacia el cielo nocturno - pero Polaris nunca cambia, es por ella qué los navegadores se guían y regresan a casa - me acosté junto a ella y observé el cielo, el olor del pasto empezando a mojarse por el rocío de la noche era agradable, el área estaba rodeada de pino y era notable el olor de ellos, algo sumamente relajante. El aroma del rocío, de los pinos del bosque y el silencio qué había en el campamento por la madrugada era más qué agradable de lo que había creído y todo era porque estaba junto a ella, tenerla a mi lado me tranquilizaba

— ¿Siguiendo a la estrella? ¿En verdad pueden encontrar el camino de regreso? - me pregunto girando su rostro hacia mí, sus ojos de color esmeralda me miraban atentos esperando mi repuesta, mire de nuevo hacia el cielo y apunte hacia la estrella

— cuando pierdas el camino, siempre busca a Polaris, siempre estará en su lugar... entonces podrás regresar a tu hogar - me giré a verla - ¿podré regresar a mi hogar? - ella me observó atenta y en silencio - es cansado no tener a donde ir incluso cuando te sientes perdido - mire hacia el cielo de nuevo - de nada me sirve saber cómo regresar si no se si tengo a quien me hace sentirme como en mi hogar - suspire - es difícil estar siempre perdido -

— Cuando las cosas se ponen difíciles, la gente suele decir "Esto también pasará, el dolor, con el tiempo" - ella habló - ¿eso debe de animarte? ¿no? - sus palabras, aunque sonaban como consuela de alguna forma no trasmitían ese sentimiento

— pero si lo piensas - hable y me gire de nuevo a verla a la cara - de otra manera tiene un significado triste, no me anima en lo absoluto, para mi significa que el amor y la felicidad que tuviste, todo eventualmente desaparecerá - ella no dijo nada - créeme que eso no ocurrirá, si ese es tu temor, te prometo que eso nunca pasará, no importa el tiempo que pase lo que siento - coloque mi mano sobre mi corazón - lo que pase contigo, tu misma presencia siempre la llevare conmigo - ella se giró a verme, durante varios minutos en silencio ambos solo nos dedicamos a vernos a los ojos, después ella se levantó poco a poco y yo también lo hice

Lea Gold: LA OSCURIDA DENTRO DE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora