¿En qué momento había llegado a los veintitrés? ¿En qué momento he acabado aquí en donde estoy? ¿Realmente merezco esto? ¿Realmente he hecho algo que haya sido digno de todo este reconocimiento?
La respuesta es que no tengo ni idea. No sé en qué maldito momento parpadeé y sucedió todo.
—Lee Hana Soo, levántese y aproxímese para recoger su diploma.
Levanté la cabeza ante el llamado. La voz nombrándome me había sacado de mis desagradables pensamientos, y sinceramente lo agradecía bastante. Antes de empezar a dirigirme hacia la tarima me di cuenta de que inconscientemente había estado arañando mi mano muy violentamente. No supe cómo reaccionar ante ese detalle, por lo que rápidamente aparté la mirada de la zona herida y proseguí mi camino hacia la gran plataforma con la cabeza alta y una pequeña sonrisa. Me estaba costando mantener mi risueña y tranquila apariencia mientras escuchaba los susurros de mis compañeros: "Todo es gracias a sus padres", "pobre huérfana, la verdad es que me siento apenado por ella", "no merece ese puesto", "con tanto dinero cualquiera puede graduarse con honoríficos". Eso era lo que pensaban de mí, una pobre huérfana con dinero. Eso era lo único que significaba para ellos. El paseo se me hizo interminable hasta llegar a dónde tenía que recoger mi diploma. Me sentía torturada.
Le di la mano a todos los profesores uno por uno, a los jefes de estudios, orientadores, secretarios, mentores, y por último, a la directora. A todos les dedicaba una sonrisa, a todos les agradecía; sin embargo, lo único que quería hacer en ese preciso instante era huir.
Quería salir de allí y llorar, porque nada era real. Todo era una farsa. ¿Qué se supone que había hecho yo para merecerme este lugar? ¿Estudiar? ¿Esforzarme?
¿No es eso lo mismo que han estado haciendo mis compañeros?
Estaba más que segura de que no todo era fruto de mi esfuerzo, la presencia de esos dos había hecho efecto, y me beneficiaba sin yo quererlo.
—Aquí tienes señorita Lee—dijo la directora entregándome el diploma.—Te has esforzado demasiado durante todo este tiempo de una manera increíble, has sido desde siempre una alumna sobresaliente y jamás te has rendido a pesar de tu corta edad. Has sufrido bastantes contratiempos en tu vida, pero aun así te has mantenido en pie. Eres el orgullo de nuestra facultad. Te lo mereces.
No, no merecía nada de eso.
—Un fuerte aplauso para Lee Hana Soo—gritó la directora.
En el salón de actos resonó fuertemente el sonido de los múltiples aplausos de todos mis compañeros de carrera y docentes.
Mi mirada viajó a través de toda la sala; y lo único que encontraba era miradas que me juzgaban y bocas que susurraban. Por más que buscara algún atisbo de sinceridad y orgullo, no había absolutamente nada más. Solamente una inmensa nube de desprecio.
Volví a sonreír, agaché mi cabeza a modo de despedida, y poco a poco empecé a acelerar mi ritmo hasta salir del salón de actos.
Corrí como nunca, cruzando pasillos que no volvería a ver y derramando lágrimas sobre un suelo que esperaba no volver a pisar jamás. Lo único que deseaba en ese momento era salir de ese infierno y dejar de escuchar todas esas voces que hacían eco en mi cabeza. Ya estaba cruzando el jardín, ya solo quedaba llegar a mi coche, esta tortura necesitaba parar ya.
Eso es, necesitaba ayuda.
—Joder—dije entre llantos.—¿Dónde he podido meter mis llaves? Tendrían que estar justo aquí.
Seguí buscándolas desesperadamente por todo mi bolso, hasta el punto donde tuve que vaciar todo su contenido en el suelo. Y al fin encontré las endemoniadas llaves.
Conduje sin parar hasta mi apartamento. Ya había dejado de lagrimear, pero aún dolía, dolía a montones la idea de que todo eso no fuese fruto de mi propia valía.
Saludé al portero con la mejor sonrisa que pude poner en ese momento y subí directa al quinto piso sin dejarme distraer por nadie. Necesitaba como mínimo diez duchas frías para despejar mi mente.
Tras darme una larga ducha para tranquilizarme me paré un momento para mirarme al espejo.
—Luces demacrada, mira lo pálida que está tu cara—me dije a mí misma—¿En que momento os fuisteis y me dejasteis en este estado?—Pregunté al vacío.—Y aún estando muertos todo lo relacionado con vosotros me sigue recordando a quien soy: Lee Hana Soo, hija de los más grandes cirujanos del país, que lleva siendo formada desde que tiene uso de razón para ocupar el lugar de sus padres—solté unas lágrimas y sonreí tristemente sin dejar de mirarme al espejo.—Llegar aquí siempre fue mi sueño, ¿pero realmente me encuentro en este lugar por todo mi esfuerzo, o solamente por vuestra influencia? ¿Merezco que todos me juzguen horriblemente? ¿Creéis que merezco ser atormentada día y noche por estas ideas? ¡Mamá, papá, contestadme joder. Merezco una puta respuesta ya!—Grité, pero ahora llorando aún más.—Yo solo quería ser normal, justo como los demás. Con problemas normales y rodeada de gente normal. Pero parece ser que la vida no colabora—reí de una manera amarga e hice una pausa para poder moderar mi respiración.—Perdón por gritar, pero os echo demasiado de menos y estoy algo confundida. Ya no sé ni quién soy. He decidido que lo mejor para mí sería empezar a acudir a terapia. Parece ser que será lo mejor que pueda hacer para superar todo lo que ha pasado. Espero con todo mi corazón que me apoyéis allá donde estéis. Aunque a veces no lo parezca, os quiero. Papá, mamá, os quiero como a nadie.
Eché mi cabeza hacia atrás mientras ponía mis manos sobre mi rostro, acariciándolo suavemente para lograr calmarme.
Ese breve monólogo me había ayudado a tranquilizarme y a aclarar mis ideas. Ya era una adulta, estaba graduada, y pronto debía de conseguir un buen puesto de trabajo. A todo esto le debía de sumar que me había quedado sola por la muerte de mis padres, dejándome al cuidado de mi abuelo que, por desgracia, también había acabado falleciendo.
No podía con todo eso, por mucho que fingiese ser fuerte y no preocuparme mucho por las cosas, verdaderamente me angustiaban todas las noches aquellos pensamientos de "¿qué será de mí mañana?". Todos necesitamos ayuda en algún momento de nuestra estancia en esta tierra, y ahora me tocaba a mí.
Me vestí y cené abundantemente para olvidar mis penas. No me apetecía nada más que dormir, por lo que abandoné cualquier posible tarea de la casa que tuviese que hacer y caí rendida en mi cama.
—Ánimo Hana, pronto estarás como nueva, lista para darlo todo y salir adelante. Yo sé que tú puedes.
Al terminar de decirme aquello a mí misma, acabé rindiéndome ante el fuerte sueño que tenía.
Todo saldrá bien, estoy segura de que tiene que salir bien.
Nuestra querida protagonista acaba de hacer su primera aparición, que emoción 😩😩
¿Os ha gustado este comienzo?
Besitos muakmuak<3
❁ Con mucho amor, Vin.
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𝐖𝐢𝐭𝐡𝐨𝐮𝐭 𝐰𝐨𝐫𝐫𝐢𝐞𝐬 | ʟᴇᴇ ᴋɴᴏᴡ ˢᵏᶻ
Romance𓂃✶𝙻𝚎𝚎 𝙼𝚒𝚗𝙷𝚘 - 𝙻𝚎𝚎 𝙺𝚗𝚘𝚠 ━━━Donde 𝐋𝐄𝐄 𝐇𝐀𝐍𝐀 𝐒𝐎𝐎 decide que es hora de comenzar la ardua búsqueda de su propio 𝘺𝘰 y de la plácida vida que siempre quiso poder disfrutar, así chocando s...