⊱✿⊰ 𝕏𝕏𝕀

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MinHo me miró con una sagaz sonrisa mientras seguíamos caminando por las calles alumbradas de Seúl. La noche estaba fresca, y la brisa suave nos envolvía como una manta ligera. Aunque el bullicio de la ciudad seguía vibrante a nuestro alrededor, sentía que el mundo se había reducido a nosotros dos, a la calidez del tímido roce de su mano con la mía y al ritmo compartido de nuestros pasos.

—¿Sabes? —comenzó a decir MinHo con un tono ligero y pícaro.— Creo que deberías acercarte un poco más a mí, por si acaso te pierdes.

—¿Perderme? —repliqué con una ceja arqueada y una risa que se escapó involuntariamente.— Creo que puedo manejarme por aquí, MinHo. No es la primera vez que camino por estas calles.

Él se inclinó un poco más hacia mí. Su cuerpo estaba tan cerca que podía sentir el calor que emanaba de él, una proximidad que me resultaba a la vez reconfortante y electrizante. Sus pasos se sincronizaron con los míos mientras más se acercaba y su risa suave se mezclaba con el susurro del viento.

—Bueno, no quiero correr riesgos—murmuró y noté que el tono de su voz escondía un toque travieso.—Además, si te perdieras, ¿quién me haría compañía?

Rodé los ojos con un suspiro divertido, pero mi sonrisa no pudo evitar curvarse aún más. La cercanía de su cuerpo estaba comenzando a afectar mi concentración, haciendo que cada palabra y gesto parecieran más significativos.

—Supongo que tendrás que buscar otra distracción, entonces —respondí, tratando de mantener un tono desenfadado mientras mi corazón comenzaba a latir un poco más rápido de lo normal.

MinHo no parecía dispuesto a dejar pasar la oportunidad de acercarse aún más. Sus dedos encontraron los míos en un gesto que era a la vez casual e insondablemente íntimo, entrelazándolos con una facilidad que me desarmaba. Su mirada se posó en la mía con un brillo cálido y coqueto que me hizo creer que todo el mundo se desvanecía, dejándonos solos en nuestra pequeña burbuja seccionada del resto del mundo.

—Oh, creo que ya encontré la distracción perfecta —dijo, apretando suavemente mi mano y acercándome más a él.

El contacto de su mano con la mía me provocó una corriente cálida que se extendió por todo mi cuerpo. Intenté mantener mi compostura, pero mi voz traicionó mi intento de parecer indiferente.

—MinHo... —empecé a decir, pero antes de que pudiera terminar, él inclinó la cabeza para darme un beso ligero en la sien.

—¿Sí? —preguntó con una expresión de inocencia fingida que sabía muy bien cómo desarmarme.

—Nada, olvídalo —murmuré, soltando una risita y apretando su mano con más fuerza, mientras mi rostro se iluminaba con un rubor tenue.

Finalmente, arribamos a la entrada de su edificio. Cuando cruzamos el umbral del apartamento, el silencio acogedor del lugar nos envolvió en una atmósfera íntima y relajada. Las luces tenues y cálidas acentuaban cada rincón, creando un ambiente que parecía hecho a medida para nosotros dos. MinHo cerró la puerta tras de sí, y antes de que pudiera quitarme el abrigo, sus manos ya estaban sobre mí, deslizándose por mis hombros con una mezcla de cuidado y ternura. Era como si su toque tuviera la capacidad de borrar cualquier rastro de la noche fría que habíamos dejado atrás.

—Déjame encargarme de esto —murmuró cerca de mi oído, su voz era suave pero cargada de una complicidad que me hizo sonreír.

Sus dedos hábiles desabrocharon el abrigo, y cuando lo deslizó fuera de mis hombros, su mano se posó en mi cintura, guiándome hacia una discreta silla que se encontraba en la entrada con una firmeza que solo lograba acentuar la sensación de seguridad y cuidado que irradiaba. Me dejé llevar por su gentileza, sintiendo cómo la calidez de su toque se extendía a través de mi piel, como si sus manos dejaran un rastro invisible de afecto.

𝐖𝐢𝐭𝐡𝐨𝐮𝐭 𝐰𝐨𝐫𝐫𝐢𝐞𝐬 | ʟᴇᴇ ᴋɴᴏᴡ ˢᵏᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora