⊱✿⊰𝕍𝕀

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Por qué mierdas en la despensa de Min solo había ramen instantáneo

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Por qué mierdas en la despensa de Min solo había ramen instantáneo. Ni siquiera pude encontrar un poco de pan y queso, para calmar los rugidos de mi pobre estómago.

Estaba por ir a despertarla y reclamarle sobre el serio tema de la escasez de comida en su casa, cosa que tendría que solucionarse tarde o temprano, pero se veía tan tranquila y delicada mientras dormía, que me dio demasiada ternura. Su pecho subía y bajaba, pausadamente, al son de su respiración. Su cara, aun permaneciendo neutra, mantenía esa leve curvatura en sus labios, trazando así una inocente y pequeña sonrisa que decoraba su, ya bello, rostro. Ella era, sencillamente, la más reluciente de las maravillas jamás vistas. Tan solo contemplar cómo dormía alteraba la química de mi cuerpo.

Por salir a hacer la compra no se iba a acabar el mundo, así que me duché y puse mi ropa deportiva para salir a dar un paseo y traer algo de comida a la casa de mi amiga.

Antes de marcharme, le dejé una nota en la nevera para no preocuparla, por si se despertaba. Una nota, definitivamente, sería mucho más eficiente que un mensaje de texto. A saber en cuál rincón del apartamento tendrá metido el móvil ese torbellino.

Mi querido torbellino.

En efecto, había hecho bien en atarme el pelo y llevar encima una gorra. Aunque era otoño, el día estaba bastante soleado y hacía algo de calor.

La brisa que soplaba recompensaba el calor húmedo que sentía, suavizando así la angustia que me generaba la sensación de mis fosas nasales siendo inundadas por el vapor de agua condensado en ellas.

Más que un deber, me lo estaba tomando como una excursión más. Era tan cómodo y grato tener las calles, prácticamente, para mí sola, mientras escuchaba música y daba pequeños brincos al ritmo de esta.

Aunque la paz no duró mucho.

Desconozco la razón de ello, pero, de nuevo, un helado escalofrío me golpeaba de arriba a abajo. Estaba sintiendo lo mismo que aquel día, hace tres semanas, en el restaurante con mi amiga.

O mi cerebro me estaba jugando una mala pasada, o realmente algo raro estaba sucediendo.

Sin llamar mucho la atención, y pretendiendo seguir estando sumergida en mi música, giré sobre mis talones disimuladamente. Y no, no había nadie. Pero aún así, aceleré algo el paso hasta llegar al supermercado.

Estaba sola; pero a la vez, no.

El aire volvía a acceder a mis pulmones. Estaba respirando de nuevo.

Probablemente estaba siendo muy paranoica, aunque no hay duda de que los nervios y el miedo que había sentido eran completamente reales.

Intentando olvidar esa extraña experiencia, me adentré entre los pasillos del supermercado y, como prioridad, fui a por mis galletas de chocolate favoritas.

¡Estaba de suerte! Quedaba un solo paquete, e iba a ser mío. Bueno, o eso creía, hasta que una mano agarró, a la vez que yo, el paquete.

Era un muchacho vestido totalmente de negro, de pelo rizado y llevava una... ¿mascarilla?

𝐖𝐢𝐭𝐡𝐨𝐮𝐭 𝐰𝐨𝐫𝐫𝐢𝐞𝐬 | ʟᴇᴇ ᴋɴᴏᴡ ˢᵏᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora