⊱✿⊰ 𝕏𝕍𝕀𝕀

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MinHo's POV

Estaba en la sala de prácticas, rodeado de espejos que reflejaban cada uno de mis movimientos, con cada imperfección siendo amplificada por la luz fría y artificial que llenaba el espacio. El suelo de madera laminada chirriaba bajo mis pies, marcando el compás de una coreografía que en otro tiempo habría ejecutado con una precisión milimétrica; pero que ahora se me escapaba, como arena entre mis dedos. El ritmo de la música pulsaba en el fondo, intentando arrastrarlo hacia una sincronía que mi cuerpo rehusaba seguir. En mi pecho, el corazón latía de manera descompasada, un tamborileo errático que nada tenía que ver con el compás de la melodía. Desde aquella última conversación con Hana, todo parecía fuera de lugar, como si una parte de mí se hubiese desprendido y quedado en suspenso en algún lugar oscuro de mi mente.

Intentaba concentrarme, cerrar los ojos y dejarme llevar por el ritmo, pero cada vez que lo hacía, las imágenes de ella volvían a mi mente, nítidas y punzantes. Recordaba la forma en que ella me miraba...Con quellos ojos oscuros y profundos que parecían esconder un óceano de secretos. Por un instante, había creído que Hana estaba a punto de dejarme entrar, de permitirme ver más allá de las murallas que había erguido alrededor de ella misma. pero, de repente, como tantas veces antes, ella había levantado un muro entre nosotros, dejándome fuera en el frío emocional en el que solía quedarme. Ese muro invisible, pero infranqueable, me asfixiaba y cada vez que intentaba cruzarlo, chocaba contra una barrera mucho más alta y fuerte.

Una botella de agua voló hacia mí, rompiendo el frágil hilo de mis pensamientos. la atrapé por puro reflejo, sin siquiera ser plenamente consciente de lo que estaba haciendo.

—¡Oye, despierta!—La voz de Changbin resonó en la sala, cargada de una mezcla de preocupación y exasperación. Levanté la vista y vi a mi amigo observándome con el ceño fruncido, con sus ojos oscuros escrutando cada línea de mi rostro.

—Últimamente estás muy despistado, ¿qué te pasa?—Changbin me miraba, esperando una respuesta que yo no estaba seguro de como dar.

Suspiré profundamente, sintiendo cómo el peso de mis pensamientos me aplastaba un poco más. Me pasé una mano por el cabello, empapado de sudor, y miré a mi alrededor, viendo el reflejo de mi propio cansancio en los espejos que me rodeaban. Sabía que mi rendimiento había bajado, que mis movimiento no tenían la misma energía que antes. Me movía como si llevara una carga invisible sobre mis hombros, un peso que me ralentizaba y me arrastraba hacia abajo.

—No es nada—murmuré, evitando la mirada de Changbin. Me levanté, dispuesto a volver a la práctica, a perderme de nuevo en los movimientos repetitivos y el ritmo incesante, en un vano intento de ejar atrás la nube de pensamientos que me envolvía. Pero el esfuerzo era en vano. La verdad era que desde esa conversación con Hana, me sentía roto, como si alguien hubiera tomado mi corazón y lo hubiera apretado con fuerza, hasta hacerlo añicos.

Todo había empezado bien; por un momento, creí que ella finalmente estaba bajando las defensas, dejándome entrar en su vida. Había sentido una chispa de esperanza, un destello de algo más profundo que la mera amistad que siempre habíamos compartido. Pero, de repente, como un golpe bajo, Hana había vuelto a erguir esas murallas impenetrables, dejándome fuera, en un lugar frío y solitario donde mi corazón latía con un dolor sordo y constante. Era agotador. Cada vez que pensaba que estaba a punto de cruzar la línea, de acercarme lo suficiente para verla de verdad, Hana retrocedía, alejándose, dejándome en el mismo lugar de siempre: fuera, en la periferia de su vida.

No quería ser solo un juguete para ella, un refugio temporal en el que se apoyara cuando lo necesitara y luego descartarme cuando las cosas se volvieran demasiado reales. Quería ser parte de su vida, de verdad. Incluso si ella no me veía como un potencial interés romántico, me sentiría satisfecho con ser su amigo, alguien en quien ella pudiera confiar, alguien para entenderla. Pero ni siquiera eso parecía posible. Hana se encerraba en sí misma, me alejaba cuando más intentaba acercarme, y esa distancia me dolía más de lo que estaba dispuesto a admitir.

𝐖𝐢𝐭𝐡𝐨𝐮𝐭 𝐰𝐨𝐫𝐫𝐢𝐞𝐬 | ʟᴇᴇ ᴋɴᴏᴡ ˢᵏᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora