Capítulo 4

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Chan había salido lo suficientemente rápido de la sala como para alcanzar a los dos amigos que se habían ido. Les llamó para detenerles y les indicó que fueran un momento a su estudio. No hubo quejas. Incluso el chico más nervioso, con aspecto de estar apunto de echarse a llorar, aceptó y dio media vuelta. El productor apretaba la mandíbula mientras calibraba mil ideas en su cabeza. 

Empezar con una disputa en el grupo iba a convertirse en un problema tarde o temprano. Sabía que encargarse de Minho sería fácil, a simple vista se notaba que tenía un carácter llevadero, pero Jisung era otra historia. Ese chico solo abría la boca para cantar. 

Al llegar al estudio, los dos amigos se sentaron en un sofá oscuro, cómodo y suave, mientras el mayor les miraba desde su silla.

—Jisung —lo llamó con la voz calmada y poniendo cero presión—, ¿desde cuándo vienes a esta escuela? Tres o cuatro años, ¿verdad?

Sonrió mostrando sus hoyuelos. Como respuesta, solo recibió un movimiento de cabeza con la tensión propia de alguien conteniendo las lágrimas.

—Incluso le enseñaste a Felix que también hacíamos baile y quiso venir.

—Siempre se ríen en las sesiones porque bailo en lugar de posar pero, eh, luego soy el que sale más guapo en las fotos.

Añadió el susodicho mirando a Jisung, que mantenía la cabeza baja.

—Y nunca te había visto tener problemas con nadie.

Chan movió la silla para situarse delante de él. Ajustó su voz de la misma manera que haría con un niño. Allí acudían alumnos de todas las edades, algunos empezaban desde que eran pequeños mocosos que no levantaban un palmo del suelo. Algo que había aprendido de trabajar allí era a tratar a los niños y, ahora mismo, Jisung era uno de ellos.

—¿Te ha hecho algo Minho?

El chico negó con tanta rapidez que se mareó, pero seguía sin levantar la cabeza.

—¿Has hablado alguna vez con él? 

Esta vez asintió.

—Lo de ahora no cuenta.

Entonces, pensó y volvió a negar. 

Chan suspiró.

Mientras tanto, Felix le agarraba de la mano y acariciaba el dorso para tranquilizarlo. Su amigo era nervioso por naturaleza y, desde que había comenzado a desarrollar ansiedad, su cuerpo solía temblar en los momentos más inesperados. Ya había tomado como costumbre hacerle consciente de ello para que él mismo intentara calmarse.

—El otro día estuve charlando con Minho.

Al comenzar a hablar, la voz de Chan tensó a Jisung y apretó la mano de Felix sin querer.

—Es un buen tipo. Me estuvo explicando que llegó de un pequeño barrio de Gimpo el día antes de empezar la universidad. Contó que tenía mucho miedo porque no había venido nunca antes y no sabía si le habrían timado con el piso de alquiler, si se quedaría en la calle, si podría pagarlo, cuánto costaría llenar la nevera aquí, si el agua del grifo es potable... Ya sabes, las preocupaciones que tiene cualquiera cuando llega a una ciudad nueva y no ha tenido mucho tiempo para investigar.

Han comenzó a levantar la vista con curiosidad, miraba de reojo al productor sin llegar a verle los ojos. Felix, al darse cuenta, soltó su mano y la pasó por encima de sus hombros para darle más fuerzas. Su amigo no era frágil, ni débil, solo necesitaba pequeños empujones que le dieran valor.

—Ser el nuevo tensa a cualquiera.

Chan se dejó caer en la silla, relajado.

—Estoy seguro que si te ha hablado arisco ha sido sin darse cuenta. Si te has sentido mal por lo que te haya dicho, ¿por qué no intentas explicárselo?

My pace - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora