Todos los días veo tu foto.

Capítulo 32: Habitación secreta.

Despierto en el lugar donde morí, todo está lleno de sangre seca y huele horrible ¿Es raro que un fantasma tenga olfato? No sé mucho del tema, solo sé las reglas que debo seguir y una que otra pequeña cosa.

¿Donde está mi cuerpo?

Sé que puedo traspasar superficies duras, así que meto mi cabeza en un freezer, supongo que mi cuerpo debe estar ahí porque eso no estaba antes y seguro que lo trajeron para eso, no me equivoco, es raro verme a mí mismo y más porque mi cuerpo está horrible.

Mi muerte fue muy desagradable, jamás pensé que moriría así.

Mi cuerpo está congelado y en posición fetal, que locura como pude soportar tanto y al final, morí sin lograr muchas de mis metas.

Camino fuera del almacén, hay una sala bonita y unas escaleras al segundo piso, después de revisar todo, noto que no hay nadie.

Salgo de la casa, la cual está rodeada de muchos árboles.

Para nadie sería fácil encontrarme, es más difícil porque no tienen pruebas de nada, ni siquiera saben que estoy en otra parte de Alemania.

Bueno, momento de irme.

En las reglas decía que puedo hacer viajes hacia donde está Elba con solo cerrar los ojos y decir su nombre, automáticamente el camino desde donde está ella a donde estoy yo se grabará en mi mente.

Repito: ¿Por qué no tienen computadoras o teléfonos? Hacen estás cosas geniales pero nada de tecnología, voy a mandar una queja.

Ah, cierto, no puedo.

No tienen computadoras porque se queman.

Cierro los ojos con una sonrisa.

—Elba— digo con todo el amor del mundo.

Al abrir los ojos, estoy rodeado de personas vestidas de negro, lo peor es que reconozco a todos.

Mis familiares, amigos de la familia y muchos estudiantes del internado, doy la vuelta para buscar a mi chica o a mis amigos.

Cuando estoy a punto de caminar, Edwin se cruza en mi campo de visión con los ojos rojos.

Obvio no me ve por lo que traspasa mi cuerpo y yo volteo hacia él, se detiene y también voltea, se queda mirando a la nada como si estuviera buscando algo.

—Eres el mejor amigo que pude haber tenido— digo, aunque sé que no me escucha.

Él sigue su camino y lo veo juntarse con Brant, Armin, Adelaide y Regina, todos tienen los ojos rojos e hinchados, quisiera poder abrazarlos.

Veo a mi alrededor, todo el mundo está llorando o con expresión de tristeza.

Hubiera querido que mi funeral tuviera de mi música favorita.

Camino a uno de los salones principales, lo primero que noto es que hay una cantidad enorme de flores blancas y en el medio, un gran retrato mío sonriendo.

Hay muchas personas también, pero quienes llaman mi atención son mi madre y Elba sentadas en el sofá abrazadas, con mi papá a un lado, corro hacia los tres.

Sus expresiones son tan...

Como su sus ojos, que son las ventanas de sus almas, hubieran perdido el brillo.

Como su todavía no se creyeran nada de lo que está sucediendo, me agacho frente a ellos y los observo, los amo tanto.

—Iré a hablar con los Schmidt— dice papá, se levanta y se va.

Lo veo pasar y limpiarse unas lágrimas, nunca había visto llorar a papá, esto duele más que antes.

Miro de nuevo a las dos mujeres más importantes de mi vida, ambas están vestidas de negro, Elba tiene un bolsito negro que vi en su clóset el día del festival y le queda hermoso.