Día 06

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¿Cuanto tiempo estuvo sentado en aquel lugar? perdió la noción del tiempo mientras se torturaba con sus propios pensamientos, las familias pasaban una tras otra delante suyo, los niños jugaban y reían divertidos ¿acaso al universo le gustaba burlarse de su dolor? se mofaba en su cara mientras le mostraba lo que el jamás podría tener.

Una gota, luego otra y otra hasta que una lluvia algo tupida comenzo a caer, todos los presentes corrieron en búsqueda de un refugio pero él continuaba sentado a los pies de un gran árbol que apenas lo cubría.

- debería volver -

Se dijo asi mismo mientras removia los últimos rastros de su llanto de sus mejillas y se ponía de pie con dificultad, la opresión en su vientre persistía pero no era algo que no pudiera tolerar, debía soportarlo pues aún tenía que hablar con Dazai y eso podría causar un fuerte impacto a su estado físico.

- no quiero volver... no quiero verlo - el frío comenzaba a sentirse y con sus ropas mojadas no podía evitar el pequeño temblor en su cuerpo.

Comenzó a caminar a la dirección contraria de su hogar, pasaría la noche con su mentora, necesitaba darse un baño y descansar un poco de lo contrario podria enfermar.

La casa de cortesanas no estaba muy lejos, era una residencia de aspecto tradicional que se dedicaba a la venta de bebidas alcohólicas y entretenimiento por parte de hermosas mujeres dispuestas a complacer a sus clientes, era difícil ignorar el lugar pues su reputación la presidía, los hombres más poderosos de Yokohama solian frecuentarlo y muchos de ellos habían firmado diversos contratos con el pelirrojo con el fin de establecer lazos firmes con la Port Mafia.

Que patético sería si lo vieran en ese estado, débil, vulnerable y embarazado.

Entró por la puerta de atrás, debido a la hora el lugar estaba repleto de personas, no quería llamar su atención y dar una mala imagen como ejecutivo, una chica de no más de quince años lo vio y tras reconocerlo se apresuró a ayudarlo.

- Kouyou esta con un cliente, en cuanto termine le diré que esta aquí Chuuya san - lo tomó por el brazo guiandolo por los pasillos hasta la habitación en la que pasó parte de su adolescencia - le preparare el baño -

- gracias - con una sonrisa débil acarició sus largos cabellos castaños - pero estoy bien, puedo hacerlo por mi cuenta -

- ¿esta seguro? - la menor preocupada término por aceptar y solo regresó a sus obligaciones.

Nakahara tal como planeó se ducho lo más rápido que pudo y se cambió, no se acosto, ya no tocó su vientre, por un momento dejó de importar su bebé.

Pero ¿porque?

¿porque debía de sentirse así? ¿por un idiota que le tiene miedo al compromiso? él ni siquiera sabe lo que es sentir miedo, una persona crece en su vientre y cualquier cosa que haga le va a afectar negativamente, él si tiene derecho de sentir miedo, le aterra lo que pasará en el futuro, él tendrá que hacer todo el esfuerzo y Dazai es el que huye una vez más.

Dio un largo suspiro, palmeo un par de veces sus mejillas para despertar y se levantó, aun le quedaba algo de dignidad así que se mostraría firme y encontraría la manera de salir adelante por su cuenta, tenía amigos, personas que lo querían, no estaba completamente solo, Dazai sobraba a su lado, no era necesario.

Se colocó un traje que tenía guardado pese a que la camisa era más pequeña, su sombrero y salió al despacho de la mujer pelirroja, le diría lo que sucedió, lo que escucho y continuaría con su vida como debía de ser.


Al día siguiente ignorando toda llamada y mensaje del castaño fue a su apartamento, no iba a salirse de su hogar solo por no querer verlo al contrario era Dazai quien se tenía que ir, terminando su relación no tenía nada que hacer ahí.

Paso la mayor parte del tiempo guardando sus cosas en un par de maletas que dejó en la entrada, limpió su alcoba, cambio las sabanas y saco lo que tenía guardado en la que sería el cuarto de su bebé hasta que aproximadamente las seis de la tarde la puerta principal se abrió.

-¿Chuuya? - lo llamó tras notar él para de zapatos en la entrada- ¡Chuuya! ¿donde estabas? te busque toda la noche - el detective acortó la distancia rápidamente para rodear con sus brazos al mafioso sin embargo este lo detuvo antes de que siquiera pudiera tocarlo -¿que ocurre? estaba muy preocupado -

- quiero que te vayas- fue directo, no daría más vueltas al asunto - se acabó Dazai lárgate - señalo la puerta y las maletas de la entrada ganándose una mirada llena de desconcierto por parte del más alto

-¿que? ¿porque? -

- no quiero escuchar tus estúpidas excusas pero escuche lo que hablabas con Yosano el día de ayer, si esto es demasiado para ti no tienes nada que hacer aquí, no soy una carga, ni yo ni mi bebé -

- pero Chuu... - quizo interrumpir al pelirrojo sin embargo este no lo dejó

- ¡intente hacer las cosas bien para nosotros! que fueran cómodas y que solo te preocuparas por tu trabajo y aún así... ¡aun así! te molesta que lo haga y vas y le dices a otros que ni siquiera estas seguro de que mi bebé sea tuyo, que te arrepientes de que los dos, porque lo decidimos los dos, lo tuviéramos -

- Chuuya perdon yo no sé porque lo dije, por favor perdoname - intento sostener sus manos pero no lo conseguía, él continuaba alejándose

-¡no Dazai! se acabó no quiero volver a verte, siempre haces lo mismo, a los dieciséis me dejaste por una tipa que conociste, a los dieciocho te desapareciste durante cuatro años sin decir una palabra ¿y ahora esto? se acabó, no más oportunidades, tu no tienes responsabilidad afectiva, tu no sabes tener una relación en pareja así que sólo lárgate - ya no hubo respuesta, no la esperaba solo quería que lo dejara solo -¡ya lárgate! - elevó aun más la voz utilizando su habilidad para lanzar las cosas cercanas con dirección al moreno aunque ninguna lo tocó.

- lo siento Chuu- fueron sus últimas palabras antes de tomar las maletas y salir.

Se había acabado, lo había hecho, le hizo frente a Dazai sin la necesidad de romperse, le dolía no iba a negarlo pero ya le había llorado lo suficiente.

Cansado se dejó caer en el sofá llevando su diestra sobre su vientre, su pequeño había comenzado a dar pequeñas patadas desde la noche anterior, entre eso y su preocupación apenas pudo dormir, pero Mori le dio un poco de tranquilidad al confirmarle que era normal en movimiento de su pequeño pese a que no dejaba de ser incómodo.

- tranquilo bebé, todo estará bien... estaremos bien, te lo prometo -

Agosto de m-preg 2022 ☆ Soukoku  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora