Agosto de m-preg 2022 ☆ Soukoku

Día 30

La crisis por que Fumiko nombrará antes a su padre que al pelirrojo quedo en el pasado una vez la menor aprendió a decir "mamá" algunas semanas después, miembros de la Agencia de Detectives como de la Mafia Portuaria tuvieron conocimiento de la absurda pelea del doble negro, sin embargo debido a la expresión molesta y el aura de peligro que acompañaba al Ejecutivo terminaron guardandose cualquier comentario que planearan de lo contrario no encontrarían nada que logrará aplacar su ira.

Después de ello la pareja se dedicó de lleno a su hija y a sus trabajos sin darse cuenta de lo rápido que transcurría el tiempo.

Cumplidos los siete meses Fumiko comenzo a gatear, exploraba el apartamento con la atenta mirada de sus padres detrás de ella, cuidando que se alejara de cualquier corriente eléctrica, aparatos conectados y de objetos que consideraran peligrosos.

Nakahara intentaba mantener su hogar como su oficina en la Mafia lo más limpia posible para evitar que el polvo o cualquier insecto que estuviera cerca enfermara a su pequeña, era un trabajo difícil, pues la más mínima distracción le aseguraba que la castaña ya se había llevado a la boca lo que encontró en su camino, sin embargo agradecía toda la ayuda de su mentora como de sus amigos.

El agotamiento se había vuelto más visible en su rostro, sus ojos cansados, las bolsas debajo de estos, no sólo el mafioso sino también el detective al tener que tomar turnos para cuidarla y poder descansar, lo único que ambos agradecían era que Fumiko ya no se despertaba tres o cuatro veces en el transcurso de la noche.

- finalmente se durmió -

Nakahara con la mirada aun atenta a la habitación asegurándose que no llorara por dejarla sola se encaminó de regresó al comedor donde había tenido que dejar su cena tras ver a su hija comenzar a cabecear en su silla alta

- recuperó toda la energía una vez la deje sobre la cuna, por un momento creí que tendría que traerla de nuevo -

Al volver la mirada a su pareja se mostró sorprendido sonriendo divertido ante lo que le esperaba.

- entonces si ya se durmió supongo que podemos disfrutar un rato para nosotros antes de ir a la cama - el castaño hablo mostrando en sus manos un par de copas de cristal y una botella del vino que el pelirrojo tanto adoraba

- no lo negare, estaba pensando exactamente lo mismo que tu - su cena estaba fría y su apetito había desaparecido por completo, prefería mil veces degustar de ese exquisito vino que esperar a recalentar su plato - dejame limpiar rápido -

- déjalo ahí Chuu, yo lo hago en un momento - sosteniendo su diestra con delicadeza depósito un tierno beso sobre sus nudillos llevándolo hasta el sofá donde en la pequeña mesa de centro una caja de chocolate amargo permanecía - dejame servirte una copa para que te relajes un poco -

- ya tenias todo esto preparado ¿verdad? -

- por supuesto, no hemos tenido tiempo para nosotros así que dejame consentirte un poco -

Vertió con elegancia aquel líquido borgoña en ambas copas entregándole una al mafioso antes de tomar asiento a su lado

El plan eran pasar una noche tranquila donde ambos pudiesen relajarse, tener una larga conversación como no lo habían hecho en años, recordando el pasado, su juventud, ignorando los momentos de tristeza tras los dieciocho, enfocandose únicamente en la alegría que les a traído el estar unidos, haberse amado y lo que podían esperar en el futuro.

Esa noche sin la necesidad de tocarse o llegar a algo sexual fue algo que jamás olvidaría el pelirrojo, tan perfecto y único, algo que sólo querría pasar junto a Dazai.