Día 22

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Por desgracia la crisis que vivió esa tarde era tan sólo el inicio de una serie de recaídas y arrepentimientos motivados por sus inestables cambios hormonales.

Había noches y días en que lloraría hasta el cansancio y otras que simplemente terminaría desquitando su frustración con los demás, amigos, pareja e inclusive su hija, sabía que no era normal, que necesitaba buscar ayuda, expresar sus sentimientos pero tan sólo la idea lo hacía sentir que había fracasado para con su familia.

Y esa tarde no fue la excepción.

La cena transcurrió en absoluto silencio, después de largas horas el pelirrojo había conseguido que su pequeña por fin dejara de llorar, la tranquilidad que sentía en ese instante nada se la podría arrebatar, nadie excepto Dazai.

Una sonrisa coqueta, una suave caricia a sus nudillos antes de subir lentamente por el antebrazo y tras morder con deseo su labio inferior el castaño término entre sus piernas devorando sus labios aún estando en el comedor.

¿Cuanto tiempo había pasado desde que tuvieron algo de intimidad? Meses, el mafioso estaba desesperado por un poco de atención, no importaba si no era gentil, si a la mañana siguiente no se podría poner de pie, sólo deseaba que su compañero lo tomara y le hiciera en amor una y otra vez.

Todo iba bien, las manos se apresuraron a arrebatar las prendas superiores del detective, podía sentir a través del pantalón su erección restregarse contra sus muslos y lo ansioso que también se encontraba pero hubo un momento en que todo se detuvo y una extraña sensación invadió todo su ser.

-¿que pasa? ¿porque te detuviste?- un par de palmadas fueron suficientes en el hombro del castaño para que este aumentara la presión en su agarre mientras se ocultaba sobre su hombro - ¿Dazai? ¿porque te detienes? -

- lo siento Chuu... pero no puedo hacerlo-

-¿de que hablas? -una risita nerviosa escapo de su garganta, debía de estar bromeando, no podía dejarlo de esa manera - Dazai si no me hablas no voy a entender -

El castaño llevo su diestra sobre su vientre seguido a su cadera donde por debajo de la blanca camisa se podía sentir la faja que utilizaba el menor de altura por recomendación médica.

- no quiero lastimarte, aún no estas completamente recuperado -

- ¿de que hablas? estoy bien Dazai, eso lo sabes -

Mori se lo había dicho en su última sesión, Yosano lo confirmó en la agencia, su hija ya tenía cuatro meses y su cuerpo se había recuperado casi por completo, todo a excepción de...

Su figura...

Malditas inseguridades...

Aun no había recuperado su peso de antes del embarazo, cada mañana después de ducharse al verse en el espejo notaba que su aspecto era terrible, las ojeras bajo sus ojos, su piel pálida, las pecas en zonas de su cuerpo que odiaba, estaba demacrado, y finalmente su vientre que aún se veía flacido, no había podido retomar su rutina de ejercicio por el tiempo que le dedicaba a la niña, ni siquiera podía hacer algo tan simple como salir a correr por las mañanas por tener que preparar las cosas de Dazai antes de marcharse a la agencia, su vida entera giraba únicamente alrededor de ellos dos y cuando deseaba algo se lo negaban, ¿acaso podía ser peor?

Si, estaba al borde de tener otro ataque.

- Dazai sueltame- intento alejarlo pero su agarre se hizo más fuerte -¡que me sueltes maldita sea! -

Elevó la voz, aquel cambio sorprendió a Dazai pero no tuvo tiempo de analizar lo que había ocurrido o hacer algo al respecto cuando su hija comenzo a llorar y el pelirrojo ya había bajado de la mesa para atender a la menor.

- perdon mi amor te asuste-

-Chuuya dejame a... -

- no - lo interrumpio - yo me encargo -esta vez no pudo ocultar su molestia, sus ojos reflejaban todos los sentimientos que intentó silenciar que el castaño se vio paralizado sin saber cómo arreglar lo que había cometido.

Esa noche su plan de aclarar las cosas con Nakahara se vio cancelado cuando este cerro con seguro la puerta de su alcoba prohibiendole la entrada y resignado tuvo que dormir en el sofá por primera vez en mucho tiempo.

Con el pasar de los días cometerian su segundo error, no volver a mencionar lo que sucedió.

Su relación de por si ya era frágil, desde los primeros meses de embarazo o incluso antes esta pendía de un hilo que podía quebrarse en cualquier momento, no discutían, no se gritaban pero el pelirrojo comenzaba a aislarse y a dedicarse únicamente a su pequeña Fumiko, los besos, los abrazos, las tiernas palabras de amor se habían esfumado y por más que Dazai intentara recuperar a su pareja no lo conseguía, ¿porque todo tenía que ser tan complicado?

¿Que más podía hacer si todos sus intentos de acercarse eran rechazados ?

- podria invitarlo a salir Dazai san ¿cuando fue la última vez que tuvieron tiempo a solas? -

El joven albino fue el único en responder y aceptar reunirse con él ante la desesperada llamada de auxilio de su tutor, desde que llegó a su punto de reunión pudo percibir lo desesperado que estaba por un consejo, lástima que no era el más adecuado para darlo.

- también necesita tiempo con usted, Chuuya san podría sentir que ya no lo quiere como antes y después de lo que sucedió... -

- pero Chuuya sabe que lo amo, he intentado de todo para demostrarle que cambie por él - se reincorporó levantando su mano para comenzar a contar con sus dedos -deje mis intentos de suicidio por él, soy más responsable en el trabajo, le ayudó con Fumiko y le compró las cosas que me pide antes de volver a casa -

- pero eso ya era su obligación desde que aceptó ser padre Dazai san-

- lo se Atsushi kun- dando un largo suspiro se dejó caer por segunda vez sobre el verde césped - le llevó obsequios y el los rechaza y cuando se trata del vino primero me ve con tristeza y luego me ignora por días-

- es que Dazai san a olvidado que Chuuya san no puede beber alcohol si esta amamantando - no podía creer que el hombre que lo salvó de morir de hambre en las calles fuese tan distraído y desconsiderado, no podía imaginar lo mal que se sentía el mafioso por lo que pasaba, ¿realmente ese hombre delante suyo era de los más inteligentes del país?

- soy un idiota - cubrió su rostro con ambas manos dando un fuerte alarido - por eso Chuuya me odia -

Su momento para recapacitar se vio interrumpido por el molesto timbre del celular del detective, no quería responder y con solo leer el nombre en la pantalla decidio que iba a ignorarlo.

- tu novio me marca a mi, ¿acaso también pelearon? -

- ¿Akutagawa? no, en realidad estamos bastante bien - saco su celular creyendo que se había apagado o algo y por eso se comunicaba con el castaño pero no había mensajes ni llamadas pérdidas por parte del azabache - que extraño -

El tono de llamada se repitió un par de veces más pero al continuar siendo desviadas al buzón de voz la siguiente llamada entró al celular de Atsushi.

- ¿Ryu? ¿que pasa? -

-¿estas con Dazai san? - la voz del otro lado se escuchaba agitada, como si hubiera corrido un maratón o que su enfermedad de sus pulmones hubiera empeorado

- si estoy con él, Ryu ¿ te encuentras bien? por favor dime que pasa- se reincorporó preocupado comenzando a caminar con la idea de dirigirse a la mafia sin embargo las últimas palabras lo hicieron detenerse abruptamente volviendo su mirada al moreno a su lado

- yo estoy bien pero necesito hablar con Dazai san, paso algo con Chuuya san ... -

Agosto de m-preg 2022 ☆ Soukoku  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora