"La maternidad es un huracán, una tormenta tropical, una época difícil de manera física y mental"
Cuando la pareja descubre que tendrán un bebé un enorme sentimiento de felicidad los inunda, tanto los futuros padres como sus familiares y amigos cercanos comparten aquella emoción pues su estilo de vida se encuentra a punto de cambiar debido a la llegada de ese nuevo ser y quienes sin perder el tiempo inician con las miles de preparaciones para recibirlo, el tiempo es corto, los días vuelan y cuando menos lo imaginen esta criatura se encontrará entre sus brazos.
Ropa, comidas, talleres para padres primerizos para resolver las crecientes dudas que se encontrarán presentes e iran en aumento al mismo tiempo que la barriga de la madre crece junto con los silenciosos e incontrolables cambios hormonales que pueden resultar verdaderamente tediosos y agotadores, y que lo único que podían hacer era resistir y continuar.
El embarazo llega a su fin, inicia la hermosa maternidad, etapa que esta envuelta en múltiples mentiras y engaños crueles y que termina demostrando que es una idea que presiona a las futuras madres y romantiza su dolor, las mantiene limitadas al poder verbalizar sus pensamientos, preocupaciones, temores y anhelos por temor a ser juzgadas, todas sufren este terrible procesó, todas sufren en soledad, sufren en silenció y esto al final pasa factura...
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- estoy preocupada Dazai-la mujer pelirroja del otro lado de la línea intento disimular aquel tono lleno de angustia que le provocaba pensar en las consecuencias que podrian traer toda la presión que se encontraba sobre los hombros de su joven aprendiz -intenta estar al pendiente de Chuuya, el doctor se los advirtió, es una etapa preciosa pero también difícil y si no tienen la comunicación adecuada puede tener una recaída y quizás tu no lo viste pero el día que se separaron Chuuya perdió incluso el deseo de tener ese bebé -- lo haré nee san no tienes que preocuparte, estoy haciendo todo lo posible para que Chuuya se sienta tranquilo y cómodo con todo - entendía completamente la preocupación de la femina, también lo había pensado y había notado las pequeñas señales que el pelirrojo intentaba disimular.
- eso espero Dazai, no hagas que me arrepienta de haber dejado a Chuuya a tu cuidado-
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El grito resonó dentro de la angosta habitación, el incesante llanto aumentaba por cada segundo transcurrido, no había nada que consiguiera calmar a la pequeña recién nacida y eso solo conseguía provocar tristeza y frustración dentro del débil corazón del pelirrojo quien en un acto impulsivo los múltiples objetos en el tocador del baño terminaron totalmente destrozados, había sangre brotando de la palma de una de sus manos y lentamente las gotas de este líquido carmesí comenzaron a cubrir el brillante piso de mármol.
- detente... por favor solo deja de llorar -
Cubrió su rostro con ambas manos sin importar terminar manchado de sangre, se desplomó y cayendo de rodillas cubrió sus oídos con fuerza para mitigar el incesante grito de la niña que buscaba la atención de su madre, Nakahara se encontraba en su límite cayendo en la desesperación mientras suplicaba que esa tortura llegará a su fin, estaba cansado, al borde de la locura, sin embargo eso no era lo peor pues la sensación de saber que estaba fallando como madre lo mataba lentamente.
- maldita sea ¡ya callate! -
Su delgada figura se vio cubierta por una tenue luz carmín, el brillante foco sobre su cabeza estallo seguido del espejo y el lava manos, la gravedad comenzaba a destruir lo que se encontraba a su alrededor, necesitaba calmarse, debía respirar y detener ese cúmulo de emociones negativas si es que no quería hacer algo de lo que podria arrepentirse.
-¿Chuuya san? - la puerta principal se abrió y los incesantes gritos llamaron la atención de aquella inesperada visita -¡Chuuya san!-
La voz conocida se escuchó cada vez más cerca al igual que los pasos, la preocupación en el tono de su voz era notoria y mientras el ejecutivo continuaba en ese estado de shock las manos del su subordinado lo rodearon otorgándole el calor y comprensión que tanto necesitaba.
- esta bien Chuuya san, no esta solo... - el recién llegado, un joven de cabellos naranjas se apresuró a abrazar a su superior mientras pensaba en lo que tendría que hacer para limpiar el desorden del baño antes de que el detective estuviera de regreso - estoy a su lado, puede desahogarse -
Tachihara Michizou hasta el momento era el que más se había involucrado en esta dura etapa de la maternidad, durante los nueve meses de embarazo y después de estos se hizo la promesa de proteger a Nakahara, así como a la pequeña niña que dio a luz, quizás nunca podría tomar el lugar del padre pero prefería estar preparado en caso de una situación como la que estaba presenciando, Chuuya era humano, era débil como todos aunque intentara ocultarlo y como cada mujer u hombre que tenía la capacidad de procrear podía sucumbir a la depresión post parto, el médico se los advirtió pero nadie imagino que realmente le sucedería.
- lo siento... no quería que me vieran de esta forma- el mafioso de separó unos centímetros limpiando las lágrimas que descendían por sus mejillas - tan patética... ¿verdad? soy un fracaso - una sonrisa temblorosa se dibujo en sus mejillas, forzada para aparentar que la recién crisis había terminado
- no tiene que disculparse Chuuya san, no es un fracaso, estamos aprendiendo y es difícil así que esta bien, es normal que se sienta cansado y triste - con delicadeza su diestra lo sostuvo por la barbilla encontrándose con su mirada celeste que lentamente había estado perdiendo el brillo, ¿como no lo había notado? -llamaré a alguien para que arregle este lugar y - dirigió su mirada a la habitación de a lado donde aún la menor sollozaba - le ayudaré con Fumiko ¿esta bien? -
- no tienes que hacerlo, es mi deber yo me haré cargo - intento ponerse de pie sin embargo el contrario lo detuvo sosteniendo ambas manos para revisar los diminutos cortes en su piel
- quiero ayudarlo así que no se preocupe, solo vaya a la habitación para descansar, enseguida iré a curar sus heridas y limpiare esto antes de la llegada de Dazai san- no estaba muy seguro pero podía imaginar que no quería que la pareja actual del pelirrojo lo mirara con lastima o terminara juzgandolo por no poder cumplir con su rol
- esta bien... gracias Tachihara- resignado dio un largo suspiro cansino logrando reincorporarse con la ayuda del más alto, sus extremidades no dejaban de temblar que necesito que lo sostuvieran en todo momento hasta llegar a su alcoba.
Pero, ¿como es que había terminado de esta manera?
¿En que momento permitió que sus sentimientos lo dominarán al punto de derrumbarse?
Desde el inicio tuvo presente que no estaba listo para ser madre, cuando se alejó de Dazai sintió su mundo derrumbarse, se arrepintió de sus decisiones pero esto lo superaba, era mil veces peor que comenzaba a considerar tomar las maletas y escapar, desaparecer abandonando a su familia.
- que bajo he caído- dijo para si mismo en un susurro mientras abrazaba con fuerza sus rodillas sollozando en silencio - perdon mi bebé... perdoname crei ser más fuerte y capaz... te fallé -
Oculto su rostro en una de las almohadas dejándose llevar lentamente por el cansancio hasta caer profundamente dormido.
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Agosto de m-preg 2022 ☆ Soukoku
FanfictionSer padres, una nueva etapa en sus vidas esta próxima a dar inicio, sin embargo ¿realmente el doble negro estará listo para recibir a este pequeño ser? ◆ 31 días, 31 palabras Este es mi aporte para el Agosto de M-preg. Siendo sincera no estaba se...