Agosto de m-preg 2022 ☆ Soukoku

Día 14

Había transcurrido casi una semana desde que los ligeros dolores habían comenzado, el pelirrojo continuaba con sus actividades con normalidad pues se había acostumbrado a tal punto que parecían ligeros cólicos en lugar de contracciones

Al llegar a su apartamento dejó su tan adorado sombrero y gabardina en el perchero, llevo ambas manos a su espalda baja en un intento de estirarse pues los huesos le dolía lo suficiente cada que permanecía bastante tiempo de pie.

Por ahora sólo quería darse un relajante baño, envolverse en sus cobijas y dormir hasta que llegará Dazai, debía aprovechar que su hija estaba tan tranquila.

Busco un conjunto de ropa cómoda y abrigadora pues pronto caería una tormenta y la temperatura disminuiría lo suficiente como para que el frío le provocará nuevos malestares.

Camino al baño dejó caer una a una las prendas que vestía en el blanco mármol del suelo, su pantalón, camisa, ropa interior, al terminar la volvería a juntar y la colocaría en donde correspondía pero por ahora la pereza era tan grande que no pudo evitar esa pequeña manía que había adquirido recientemente por culpa del castaño.

Abrió las llaves del agua y la tina rápidamente se comenzó a llenar, el vapor caliente lleno el pequeño cuarto teniendo que pasar su mano sobre el espejo para poder observar su reflejo, su rostro mostraba el cansancio que sentia, el maquillaje ya no ocultaba las bolsas bajo sus ojos, y su cabello habia perdido la figura y el volumen de su peinado, se veía demacrado, agotado, el embarazo era tan difícil pero pensar en su niña que pronto iba a nacer le ayudaba a alejar los pensamientos negativos.

Busco las sales y aromas que su mentora y otras jóvenes que trabajaban para la pelirroja le obsequiaron y tras verterlas al agua se adentró a esta sintiendo sus músculos tensos comenzar a relajarse.

Se sentía tan bien y el ligero movimiento en su vientre le indicaba que su hija también lo disfrutaba.

- ¿te gusta pequeña? se siente bien verdad -

Sus manos recorrieron su cuerpo desde su abdomen, su pecho, sus brazos, cuello y finalmente su rostro y cabello en una suave caricia, era como si se estuviera derritiendo en el calor del ambiente, no quería salir de ahí pero pronto llegaría el castaño y quería prepararle una deliciosa cena que ambos pudieran disfrutar.

Solo unos minutos, solo un pequeño lapso de tiempo permaneceria ahí...

O ese era el plan.

★

La puerta principal se abrió, el castaño recién llegado dejó sus cosas en la entrada extrañado de no escuchar ni un solo ruido en el apartamento.

- ¿Chuu? -

Busco en la cocina, nada, revisó la alcoba y nada, pero un camino de prendas que lo guiaba al baño le dio la respuesta que buscaba.

Al abrir encontró al pelirrojo dormido profundamente en la tina algo por lo que de inmediato se alarmó.

- Chuuya -

Se inclinó para revisarlo, sabia lo peligroso que era quedarse dormido en la tina, pero luego recordó el mafioso no era ningún suicida como él, no tomaba medicamento para dormir o de cualquier otro tipo que lo pusiera somnoliento, aun con lo cansado que podía estar si se sumergía lo suficiente despertaria de inmediato con sentir el agua en su rostro.

- Chuu ¿que haces? vamos Chuu te llevaré a la cama - tomando una toalla lo levanto en sus brazos sonriendo al verlo despertar, su sueño era ligero igual que siempre, permaneciendo a la defensiva de cualquier situación que lo ponga en riesgo