Día 25

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Cuando despertó se encontraba rodeado de una profunda oscuridad, a lo lejos se podía escuchar el suave tic tac del reloj de pared el único sonido pausible dentro de aquellas cuatro paredes, con dificultad se removio sobre el mullido colchón en un intento de reincorporarse para averiguar la hora sin embargo su cuerpo se encontraba aprisionado entre los delgados pero firmes brazos de su pareja quien al parecer no tenía planeado soltarlo pronto.

- Osamu - en voz casi inaudible lo llamo mientras recorría con sus manos las zonas descubiertas de su amplia espalda, sus hombros, su cuello

- ¿que ocurre Chuu?-

El pelirrojo no habia querido despertarlo sin embargo estaba hecho, por lo menos ahora podría levantarse y revisar a su hija que dormía a un lado de la cama en su pequeña cuna.

- Osamu voy a revisar a Fumiko, pronto tendrá hambre -

- ella está bien Chuu, aun es temprano - ejerciendo mayor agarre a su ancha cadera se posicionó de forma que el mafioso quedará bajo su cuerpo sosteniéndose con sus brazos para no aplastarlo- son la una de la mañana así que no te preocupes dormira por unas horas más - mencionó mientras depositaba pequeños besos sobre su rostro, en sus dulces y carnosos labios, sus suaves y niveas mejillas llenas de pecas - y si llora yo me levanto así que duerme un rato más -

Sus acciones no concordaban con sus palabras, sobre todo cuando sus frías manos comenzaron a recorrer su cintura hasta sus muslos, luego sus piernas y otra vez de regreso.

- ¿que estas haciendo? - una baja risa se escuchó de su parte una vez que los besos descendieron hasta su cuello

- nada, solo quiero tocarte un poco más ¿no puedo?- sus dedos acariciaron con suma delicadeza su vientre antes de atreverse a colarse bajo su ropa interior presionando sus glúteos con deseo

- mngh... Osamu - un bajo jadeo escapo de su boca al mismo tiempo que por inercia separó sus piernas permitiendo que el castaño se posicionara entre estas - Fumiko se despertara - después de su último intento fallido hace días no había buscado nuevamente el momento para que lo acariciara de esa forma, al contrario lo evitaba pero en ese punto en que sentía como el calor recorría cada poro de su piel no iba a detenerlo

- entonces trata de no gemir tan fuerte - susurro contra su oído separándose por unos segundos para retirar el delgado bóxer de licra del pelirrojo - a pasado un tiempo así que tengo que prepararte, lo haré rápido, no desesperes - estirando su brazo izquierdo hasta la mesita de noche saco a tientas del cajón superior un pequeño bote color durazno, el lubricante que había comprado hace poco.

El mafioso asintió con rapidez cubriendo con ambas manos su boca cuando gotas de aquel líquido frío y pegajoso cayeron sobre sus muslos, tuvo que morder su labio inferior con fuerza una vez las largas falanges del castaño presionaron contra su apretada entrada, su espalda se curveo y el gemido no pudo ser silenciado cuando ingresó el primer dígito.

- ahhh Osamu - tenso su cuerpo, la intromisión no era dolorosa al contrario era una sensación de familiaridad que le causó un agradable cosquilleo en su estómago y vientre pese al largo tiempo transcurrido desde la última vez que ambos se entregaron al placer

- shhh no me hagas tener que colocarte una mordaza Chuu-

Nakahara no podía verlo pero sabía que el contrario sonreía, había algo en al forma en que lo dijo que lo hizo sentir tan excitado y ansioso, como olvidar cuando eran adolescentes y Dazai un sádico durante el sexo, la forma en que lo ataba, lo amordazaba, le prohibía el orgasmo, de solo imaginarlo su cuerpo cedió rápidamente a la intromisión y sus jadeos aumentaron en tono.

- ¿en que estas pensando Chuuya? - su lengua recorrió el lóbulo de su oído antes de morderla al mismo tiempo que introducia un segundo dedo - dime que es lo que quieres y lo haré para ti -

Agosto de m-preg 2022 ☆ Soukoku  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora