De nuevo estaba ahí, llorando, suplicando de rodillas por que no lo abandonará, tan débil, tan patético que tiene que sufrir por una persona que no valía la pena, alguien que solamente sabia hacerle daño, Nakahara Chuuya era alguien que estaba roto y que constantemente necesitaba la aprobación de los demás, buscando aunque sean las migajas de afecto que el otro le ofrecía para sentirse humano, pero que nunca sería suficiente, pues sabía que era alguien que jamás podría ser amado...
.・✫・゜・。.
El sol a través de la delgada y fina cortina blanca iluminaba la amplia habitación del pelirrojo, el único sonido era el de su pesada respiración mientras sostenía con firmeza su ya vientre abultado mientras se maldecia por lo que acababa de acontecer.
- estúpidas pesadillas -
Se reincorporó con algo de dificultad observando a su alrededor y tocando suavemente el gran espacio vacío a su lado como si quisiera encontrar algo que desde hace mucho dejó de estar ahí.
Extrañaba a Dazai.
No iba a admitirlo en voz alta, no iba a ceder tan fácilmente a sus disculpas pero cada vez que lo tenía delante suyo tan arrepentido deseaba rodearlo con sus brazos y decirle que lo aceptaba en su vida, que lo amaba y lo perdonaba, sin embargo le aterraba aún más volver a descubrir que solo era un juego para él.
Le dolian sus palabras, sus acciones, la forma en que lo menospreciaba, era como volver con el adolescente que se convirtio en el ejecutivo más joven de la Port Mafia, sin sentimientos, que disfrutaba de lastimarlo física y emocionalmente, además que lo terminaba convenciendo al decirle que nadie más lo iba a querer y que sería traicionado o abandonado por quienes creyó sus amigos tal y como sucedió con las ovejas.
No pensó que esas palabras calarian tan profundo en su alma que ahora no sabía cómo llevar una relación sana, no sabia como hacer para darle a su hija una vida feliz en familia, muchas veces sentía miedo de fallarle y dudaba sobre si lo que hacía era lo correcto, quizás ella estaría mejor si la daba en adopción, pero tampoco era capaz de entregarla a un par de desconocidos.
Tenía muy presente que no estaba solo, cada día se repetía esas mismas palabras para no permitir que los pensamientos negativos lo abrumaran, para que no cayera en la desesperación por la incertidumbre en su futuro y terminará cometiendo un error del que muy probablemente iba a terminar arrepintiendose, ya había tomado la decisión de tener a su bebé y solo él podria hacerse cargo, le daría el amor que merecía y una vida sin carencias, con solo eso en mente se sentía capaz de afrontar su día a día hasta que iniciará el parto.
Después de esa larga línea de pensamientos consigo mismo consiguió salir de la cama.
Normalmente se daba un largo baño para iniciar su día pero su estómago no dejaba de hacer ruidos, el desayuno no le vendría nada mal antes de ducharse, incluso mientras caminaba a la cocina pudo sentir como su bebé se removia en su interior, él también estaba de acuerdo con la idea de comer algo primero
-¿que quieres mi amor? ¿ que se te antoja? -
Sin darse cuenta había adquirido esa extraña costumbre de hablarle a su hijo, Mori le había dicho que era bueno que lo hicieran pues de esta manera el infante reconocería la voz de su "madre" una vez naciera ((irónicamente después tuvieron una muy larga discusión sobre porque le decía madre en lugar de padre, en ese momento el temible líder de la Mafia Portuaria se dio cuenta que jamás debía llevarle la contraria a alguien que estaba gestando))
Encontró en el refrigerador un trozo de tarta de manzana que la noche anterior uno de sus subordinados logró conseguir pese a la hora, estaba tan agradecido de que ellos estuvieran dispuestos a llevarle todo aquello que se le antojara aún después de la media noche.
Sirvió un poco de leche fría y comenzó a comer, sentía que algo le faltaba y no solo era su café, necesitaba algo más chocolatoso, más tarde visitaría la tienda de dulces que le mostró Rampo en sus primeras semanas, ya los imaginaba, al terminar su embarazo los habrá hecho ricos de todo lo que compra.
Terminó, limpio un poco y se dirigió a la ducha, por esa vez sería algo rápido, mientras esperaba el agua caliente en la regadera se dedicó a desvestirse deteniéndose a observar en el espejo cuanto había cambiado su cuerpo.
- parezco un globo y todo esto es tu culpa - hablo con una gran sonrisa en su rostro recorriendo con la yema de sus dedos la extensión de su piel.
Su expresión cambio, fruncio el ceño al notar las líneas ligeramente rosadas en la parte baja de su abdomen e incluso caderas, tenía estrías debido a la constante picazón que le causaba la ropa, marcas que no eran nada estéticas y estarían su cuerpo toda la vida, si, Nakahara Chuuya era alguien bastante superficial y preocupado por su aspecto.
Sacudió su cabeza un par de veces y entrando al agua tibia llevo acabo su baño.
Así eran las mañanas del ejecutivo desde que comenzó a vivir solo, con el silencio de su hogar su cabeza se encontraba constantemente pensando en cosas, muchas de estas absurdas e innecesarias, sus sentimientos negativos llegaban a dominarlo pero también prefería ignorarlos y solo concentrarse en las cosas positivas de su vida porque sabía que una vez teniendo a su bebé en brazos tendría mucho trabajo que hacer para él y para sí mismo, para volver a ser la persona que lo caracterizaba, fuerte y determinada a proteger lo que tanto amaba.
。・:*:・゚★,。・:*:・゚☆
Solo por esta vez fue algo corto, realmente no estaba muy segura de como llevar el tema de hoy pese a que ya tenia ciertas escenas en mi cabeza.
Pero bueno, me gusto como en el capítulo anterior la mayoría puso que Dazai y Chuuya se reconciliaron, solo una personita los quizo separados, una disculpa personita pero como lo pidieron se reconciliaran, no fue hoy, no será mañana pero ha llegado verán xD.
Sin más que decir gracias por leer ♥︎♡
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Agosto de m-preg 2022 ☆ Soukoku
FanfictionSer padres, una nueva etapa en sus vidas esta próxima a dar inicio, sin embargo ¿realmente el doble negro estará listo para recibir a este pequeño ser? ◆ 31 días, 31 palabras Este es mi aporte para el Agosto de M-preg. Siendo sincera no estaba se...