Jennie: vamos, Rosie, apresúrate o se nos hará tarde.
Rosé: solo espera un momento, necesito ver si llevo todo lo que necesito.
Jennie: ¿medicamentos?
Rosé: ¿qué otra cosa podría ser? Mi vida gira alrededor de medicamentos.
Jennie: eso me dolió, pensé que tu vida giraba alrededor de mí, - dijo mientras hacía una expresión de asombro y colocaba una mano sobre su pecho. -
Rosé: eres más dramática que yo a veces ¿lo sabías? en fin, creo que ya tengo todo en mi mochila, ya vámonos.
Jennie: perfecto, andando.
Las dos chicas se dirigieron al auto del papá de Rosé, él siempre las iría a dejar y ellas se regresarían solas, el trayecto era relativamente corto, la escuela quedaba a unos 10 kilómetros de la casa de Rosé y a unos 11 de la casa de Jennie, así que para regresar tomarían el transporte público.
Mientras más se acercaban a su destino, más nerviosa se ponía Rosé, y su amiga se había dado cuenta, ya que observaba como no podía dejar de mover la pierna.
Jennie: tranquila, todo va a estar bien, - colocó su mano derecha sobre la rodilla de su amiga. -
Rosé: no puedo evitarlo, lo siento.
Jennie: ¿tomaste tu medicamento antes de salir?
Rosé: lo hice, no te preocupes.
Cuando al fin llegaron a su destino, las dos chicas se quedaron paradas frente a la entrada, Jennie le estaba dando su tiempo a Rosé, sabía que, por su condición, tratar de apresurarla, no era una buena idea.
Jennie: ¿lista?
Rosé: creo que, sí, andando.
Jennie sonrío al ver a su amiga más tranquila, entrelazo su brazo con el de ella y comenzaron a caminar, pasaron por un gran pasillo, había ya muchos estudiantes, pero cada uno en su propia platica, nadie las notaba y Rosé agradecía mucho eso.
Rosé: ¿en dónde están nuestros casilleros?
Jennie: deja veo, - sacó una hoja y comenzó a leer, - aquí dice que son el 304 y 305.
Rosé: ya sé cuáles son los números.
Jennie: ¿entonces para que me preguntas?
Rosé: a lo que me refiero es ¿Qué dirección debemos tomar?
Jennie: aahhh... no tengo idea, pero podemos preguntar, veamos, - decía mientras con la mirada trataba de encontrar a alguien que no se viera tan de mal humor como para que les pudiera dar indicaciones, - mira, que te parece si le preguntas a esa chica que se encuentra ahí, - dijo mientras que con la mirada señalaba a una chica de cabello largo negro, que se encontraba acomodando sus libros en su casillero. –
Rosé: ¿por qué no le preguntas tú?
Jennie: vamos, Rosie, tienes que hacerlo, es parte de tu terapia, hablar más con las personas.
Rosé: pero, no quiero ir sola.
Jennie: está bien, vamos, pero quien le va a preguntar serás tú ¿de acuerdo?
Rosé: de acuerdo.
Con calma se acercaron a esa chica, al principio Rosé no se sentía muy segura de preguntarle, ya que en la secundaria cada vez que trataba de hablar con alguien, siempre resultaba lastimada con algún comentario hiriente o con alguna broma pesada, así que, prefería evitar hablar con alguien en la escuela o en cualquier lugar.
Jennie: vamos, pregúntale, - le decía mientras le daba un pequeño empujón a su amiga. –
Rosé: ho... hola...
XXX: oh, hola ¿te puedo ayudar?
Rosé: sí... es.... Bueno...
XXX: ¿te encuentras bien?
Rosé: sí... de casualidad... tú, sabes en dónde.... ¿Dónde se encuentran los casilleros 304 y 305?
XXX: ¿son de nuevo ingreso? ¿cierto? – preguntaba mientras observaba a las dos chicas, - mi nombre es Nayeon.
Rosé: hola, Nayeon, yo soy... soy Rosé y ella es Jennie.
Jennie: y sí, somos de nuevo ingreso.
Nayeon: mucho gusto, Rosé y Jennie, miren los casilleros por los que me preguntan se encuentran en la siguiente sección, caminan por ese corredor y giran a la derecha, por cierto, yo también soy de nuevo ingreso.
Jennie: ¿de verdad? Pero ¿cómo es que conoces tan bien la escuela?
Nayeon: porque mi hermana estudia aquí, y el año pasado, algunas veces me dejaba acompañarla.
Rosé: muchas gracias... por tu ayuda.
Nayeon: no hay problema, nos vemos, cuídense.
Jennie: que agradable chica ¿no lo crees?
Rosé: sí, es muy amable, espero que así sean todos.
Jennie: bueno, tampoco pidas milagros mi querida ardillita, recuerda que, en el mundo, hay gente buena, gente mala y quienes solo son estúpidas por naturaleza.
Rosé: creo que tienes razón, ahora, vamos a buscar nuestros casilleros para ir a nuestra primera clase, no quiero llegar tarde.
Jennie: a la orden mi capitán, vamos.
Sin ningún problema pudieron encontrar los casilleros siguiendo las indicaciones de Nayeon, sacaron un trozo de papel en donde estaba escrita la contraseña y comenzaron a guardar sus pertenencias, al terminar se dispusieron a ir a su salón de clases, iban tan contentas hablando que, al dar la vuelta en una esquina, Rosé tropezó con alguien, ocasionando que se le cayeran los libros de esa persona.
Rosé: lo siento... de verdad... disculpa, - dijo mientras con rapidez se inclinó para poder recoger las cosas sin ver quién era la persona con quien había tropezado. –
Jisoo: ¿así serán todos nuestros encuentros?
Al escucharla, Rosé se congelo, era la voz de esa chica con la que también había tropezado en la tienda de ropa el día de ayer.
Rosé: hola... - dijo mientras levantaba su cabeza, encontrándose con la mirada de aquella chica quien se encontraba sonriéndole. -
Jisoo: vamos, levántate, - le ayudo sujetándola de su brazo, - no tienes que recoger nada, yo lo haré, - ahora fue ella quien se inclinó y tomo sus cosas, - ¿te encuentras bien?
Rosé: sí... estoy bien.
Jennie: ¿se conocen?
Jisoo: pues conocernos, desafortunadamente, aun no, pero ayer tuvimos un incidente en una tienda, perdón, me llamo Jisoo.
Jennie: mucho gusto Jisoo, yo soy Jennie.
Jisoo: el gusto es mío, bueno, será mejor que me vaya o se me hará tarde, cuídense, y no choques tanto Rosé, te puedes lastimar.
La chica se fue, despidiéndose de las dos amigas, Rosé no había podido decir absolutamente nada, no podía creer que Jisoo estudiaba en esa escuela.
Jennie: vaya mi ardillita, que buena suerte tienes, esa chica es muy linda.
Rosé: sí... lo es.
Jennie: ¿te encuentras bien?
Rosé: lo estoy... creo que será interesante el primer día de clases.
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El lado bueno de las cosas (Chaesoo)
FanficTodos tenemos nuestras batallas, todos tenemos demonios con los que peleamos todos los días, nadie esta exento. En ocasiones es tan sencillo juzgar, antes de poder conocer la historia de los demás. Esta es una historia que a pesar de ser muy corta...