-Mamá.- apareció en la habitación el chico de cabello castaño, quién se tumbo al pie de la cama, abrazando el cuerpo de su madre... El cual se mantenía tiritando -Mamá... Tomó su rostro entre sus manos y acerco el suyo para comprobar su estado. -Mamá, estás bien? ¿Qué sucede?
La mujer señaló por encima de su hombro aquello que se hallaba sobre la cama
-Qué es eso....?.- preguntó asomándose y poniendose de pie para inspeccionar, miró la canasta extrañado, intentó examinar su contenido pero la mujer se aferró a su pierna rogándole que no tocase nada
-La vi!...- gritó alterada. -Maldita sea, la vi!, ¡Era una de ellas! Solo dios sabe lo que hacía en esta casa... Soobin... .- se levantó acariciando el rostro ajeno y abrazando al chico. -Soobin... Era una
bruja... No tengo idea de que pretendía hacer... Tengo miedo... Porque si te pasa algo...Entonces el joven repasó todo lo dicho para si mismo.
-Madre... ¿Podrías decirme cómo era?
-Qué dices? ¡Dios!... No lo se, ni siquiera vi su rostro, estaba de espaldas con esa cosa...- Volvió a declarar apuntando hacia la canasta -Cuando se dio cuenta salió en forma de gato y abandonó ésta casa por la ventana...
-Madre... ¿Era un gato negro?.- denotó su interés precipitadamente
-Qué te pasa Soobin?, por qué preguntas esas cosas?, te has vuelto loco?.- Preguntó pese a la ironía de tales acusaciones dichas, que bien significaban un atisbo de locura o la colocaban en objeto de duda, cuestionando su sobriedad
El muchacho caminó en dirección a la ventana y comprobó los cristales rotos al pie de ésta
-Le lastimaste?.- cuestionó hincándose sobre los cristales, compadeciéndose de la flor que yacía en el piso, y en su propio tono podía advertirse algo de preocupación en él.
-Mierda no!, la perra salió por la ventana, huyó para nuestra maldita desgracia
El chico se puso de pie, y levantó de tajo la tela que cubría la canasta... Encontrándose con su contenido... Entonces sus cejas cayeron y su expresión entristeció, era él...
-Que haces? Te dije que no tocaras eso!, suéltala.
Pero el muchacho acunó la rosa y protegiéndola se la llevo al pecho.
-Te has vuelto loco!.- dijo llevándose las manos al cabello y tirando de éste... Luego se acercó al chico y arrebató de sus manos la flor, llevandola al suelo y pisoteandola.
El chico sintió su pecho ceñirse y sus ojos cristalizaron
-Deshazte de eso!.- ordenó señalando la canasta y su contenido
-Pero madre... No estamos cortos de comida?.- pronunció endeble debido a la dificultad para tragar.
-Solo dios sabe lo que contenga aquella comida, ¡Está maldita! ¿Qué no ves?
-Pero...
-Soobin... Qué te pasa?.- tomó abruptamente de su rostro posicionando las palmas sobre sus mejillas
-E-esta bien... .- aceptó hincándose y tomando lo que quedaba de la flor, luego tomó la canasta y miro a su madre... No con desprecio, sino recriminandole.
-Quita esa cara... Tal vez no lo entiendas del todo, ¿Qué no ves que es un demonio
disfrazado? Intenta engañarnos tentándonos con necesidades, pero no es mas que una burla hacia nuestras penurias...Y aquello se clavó de lleno en el pecho del castaño, no había manera en que él fuese todo eso...
Aún así... Decidió salir de la casa a deshacerse de aquél contenido..
Mientras tanto una tercera presencia acechaba en las sombras, trepado sobre un árbol en las cercanías. Con su vista puesta en la ventana de aquella casa.
El chico peliazul permanecía exaltado luego de aquél encuentro, había pérdido la noción del tiempo en aquella habitación y lo había arruinado, pese a que no era su intención causarle problemas a el muchacho, aún asi era todo lo que había logrado...
Y desde la oscuridad asomó su rostro animal, intentando divisar su figura entre los ventanales de la casa... observó indagador el lugar, y la silueta del castaño no duró en aparecer, acompañado de la mujer con un aura de pesadumbre, agudizó su oído para escuchar la conversación ajena, conciente de su libre albedrío que rayaba en lo descortés, aquellas dos presencias mantenian una discusión acalorada, donde el cólera era el principal artífice, especialmente por una de las dos partes,bquien acometía a viva voz contra el otro en una contienda moral.
Observó a su estimado mancebo siendo ofendido y agraviado, por su cabeza no cruzaba la idea de que tal chico dócil y
afable pudiese ser tratado del tal manera, frunció el ceño en discrepancia y llenó de copioso desdén a la persona responsable del semblante afligido en aquél chico.Desvío la mirada con él corazón entre las manos y la impotencia carcomiéndole la conciencia, de pronto, sentía la incumbencia y necesidad de ampararlo...
Es así que tras unos minutos el joven castaño dejó aquella morada por mandato de su madre, con la canasta en manos junto a todo lo demás. La presencia junto al árbol no pudo contenerse y le dirigió unas palabras.
-O...oye... .-Musitó calma una voz -Yo... .- iba a decir cuando notó la expresión de agobio en el jóven. -Tú.. Estás bien?...
Pero el chico inclinó sus cejas denotando desprecio y rechazo... Pero no solo era eso... Eran todas aquellas emociones que se hallaban contenidas en su pequeño e inmaduro corazón, las cuales habían palidecido sus emociones y eclipsado la mas latente de ellas.
Estaba molesto por lo que su madre había dicho, pero si eso era verdad, estaba molesto por haber concedido que aquellos sentimientos se establecieran en su interior, y lo peor... Estaba molesto de haberse dejado engañar y decepcionado de la verdadera naturaleza de aquellos
sentimientos y el timo del que fue sujeto.Pero lo que le hizo arrojar la rosa a los pies del árbol, mirando de aquella manera al chico sobre ésta, fue la propia culpa y desilusión, no tenía cara para enfrentarlo, y aún así, ahí se hallaba el
triste resultado, la rosa, aún pese a estar destrozada simbolizaba el rechazo al regalo hecho y no era más que el vivo retrato del estado emocional de aquél chico, quien luego de arrojarla, dejó el cesto al lado y bajo la mirada, evitando el contacto visual antes de huir de ahí..
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WICCA - La maldición del Lycoris (Yeonbin)
FanfictionEra enero de 1705, la estación de invierno siempre venía acompañado de escasez y hambruna para las clases más bajas, en un pueblo aleman tan pequeño, los rumores sobre supuestas brujas capaces de manipular la fertilidad para desgracia de los ajenos...