WICCA - La maldición del Lycoris (Yeonbin)

Capítulo 3 - Perspectiva de Kai.

Amena avenida, ¿dónde habías estado?
Sosegado trayecto a casa, ¿Qué los trae por aquí?
La concordia de ambas entusiasmaban mi andar, ¿El motivo? Un bonito paseo familiar, no solíamos salir juntos los tres desde hacía un tiempo, luego de la pugna de la vez anterior (Referencia al capítulo "Contienda"), llegamos a una avenencia armoniosa, pasariamos tiempo juntos y nos cuidariamos entre nosotros, después de todo, somos lo único que tiene el otro. No creo que esto elimine las discusiones, pero al menos el discurrir irracional.

Estaba oscureciendo, debíamos traer agua, pero mamá se adelantó para llevar las cosechas a casa, así que nos dejó a mi y a Soobin en el pozo, pero yo sabía que él no estaba del todo acorde con esto, posiblemente debido a que mi madre era mas vulnerable que cualquiera de nosotros y aquello le causaba inquietud, le vi echarse hacia adelante y dar un paso en falso victima de la inercia y ansiedad, como si quisiese ir tras ella

-Alcanza a mamá, yo llevaré las cubetas

-Hyuninnie...

-Ya estamos cerca, puedo solo, no te preocupes

Y dicho y hecho, me encargó las cubetas y le siguió el paso.
El viento resoplaba en chillidos, que me parecieron ser parte de una de las melodias que habíamos escuchado en el colegio, silvé la misma en respuesta mientras me disponia a cargar los dos botes de agua, de vez en cuando enmudeciendo para que el viento devolviese el resto de la melodía, pero lo último que me respondió no fue éste, sino un grito agudo de terror, podría jurar que le sentí, como si se tratase de mi madre, permanecí en mi sitio por la turbación, guarde silencio intentando advertir un atisbo que me hiciese comprender si es que era solo parte de mi imaginación, quería cersionarme que no había escuchado mal, pero los gritos se intensificaron seguido de lamentos, intenté apresurarme entonces con las dos cubetas, pero el crujir de las hojas unido al miedo me congelaba los pasos, haciéndome sentir acorralado y perseguido, giré rápidamente la vista, estaba claro que no había nada detrás. volví entonces al frente, estaba cerca, y entre las ramas de un árbol cercano, divisé una figura, era un gato negro, mamá decía que los gatos eran brujas en su forma animal. Retrocedí dos pasos... El gato estaba cerca de casa, específicamente en uno de los árboles de alrededor, mi madre también decía que las brujas podían lanzar hechizos con la mirada, y aquél gato parecía apuntar en dirección al ventanal, entonces una de las cubetas resbaló de mis manos, intenté sujetarla pero el trepidar en mis manos me hizo imposible esta acción
-Dios... No puede ser.- uno de los contenedores se había derramado, levante la cubeta vacía del suelo, sujetando la otra con mayor fuerza, giré la mirada al frente nuevamente, y me encontré con los de aquel ser, ahora puestos contra mi, el brillo en sus ojos era anormal y execrable, el color en cada uno de ellos era dismorfe entre sí, había sido marcado, maldecido, el gato volvió su vista en dirección al ventanal y sólo entonces el pavor me permitió separar la suela de mis zapatos del piso, camine a paso torpe, di un traspié intentando acelerar el paso con mis manos sujetando la cubeta, la silueta de mi casa era confusa y desvanecida por las sombras que parecían asentarse en ella como un manto negro bajo la luz de la luna, me apresuré intentando imaginar el camino por las mañanas, la oscuridad me resultaba incierta, pero no dejaba de ser el mismo trayecto que había recorrido por la tarde, entonces logre vislumbrar una figura, era Soobin, pero estaba debajo de ese árbol ¿qué hacía? Queria gritarle que se alejara, pero el ya parecia nortarlo, dejó algo a los pies del arbol, y luego se dio vuelta

-Soobin!.- Grite tan pronto como mi estado me lo permitió

-Hyukie...que suced...?.-
Dejé la cubeta sobre el suelo y corrí a abrazarlo, tenía mucho miedo y solo quería que todo éste se disipara

-Soobinnie...- Realmente no quise romper en llanto, intenté contener las lagrimas que insistían con salir de mis ojos, pero la humedad en mis mejillas me hizo darme cuenta que habia fallado...