Capítulo 8 - Sobrio (Tercera parte)

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-Sientate... Y no te muevas de aqui ¿ok?...- Me llevó hacia el comedor

-Si... .- Estaba diciendo "sí" a todo, pese al miedo y cansancio. Él enserio me tenía...

Podia escucharlo afuera, la ráfaga de viento rozando con las llamaradas, el chillido de la olla y el conjunto de voces...

Al cabo de un rato, él se acercó con una olla, la cual puso sobre la mesa, y detrás de su figura salieron otras tres. Eran las otras brujas. Y no pude evitar reaccionar en falso y retroceder trayendo a mi los recuerdos del día anterior...

-No te asustes. Está bien... Son mis hermanas, ellas no te harán daño. Si me hubieses dicho que vendrías aquél día, ellas no hubiesen pensado en atacarte.

-L-lo siento...

-Si, pero no pasa nada. Siéntete tranquilo.

-Bueno... .- Podía guardar la calma siempre y cuando él no dejase mi lado.
No podía evitar mirarles de refilón, sentía bastante curiosidad, no lucían como las las animaciones O retratos.

Eran bastante bonitas. En especial... Aquella que cubría con un parche uno de sus ojos... No quise verle más pues temí que tomase mi mirada inoportuna como un descaro o insolencia. Simulaba tener unos 25 años, era una chica rubia al igual que la mayor, solo que de cabello corto y lacio. Tenía un aura bastante pesada, que hacía no querer devolverle la mirada. Por oro lado, la mas jóven y la mayor mantenían la peculiaridad de ondas agraciadas cayendo por sus cabellos, solo que ésta primera, era una castaña de hebras rojizas...

Todas eran hermosas representaciones de la feminidad. Pero ninguna tan hermosa como él... De no ser por éstas similitudes, a pesar de ser hermanas... No lo parecerían.

-¿Cuál es tu nombre? .- Pronunció la que parecía tener más edad de todas

-S-Soobin, Choi Soobin...

-Soobin... Lamentamos lo del día anterior, Yeonjun no suele traer amigos suyos aquí.

-Es porque no tiene ningún otro.
Bromeó la mas joven de todas, sacándoles una risilla a las otras. Al menos en eso eran similares a las historias, todas eran muy risueñas. Aunque... Más que provocarme gracia aquél comentario, la presunción de exclusividad me hizo regocijarme con la aparición de una tímida y discreta sonrisa...

-Oye no te rías de mi.- me dirigió una mirada acusatoria. Pensándolo bien... El era el único hombre en esa casa, igual que yo en la mía. Ambos teníamos la misma responsabilidad.

-A-Ah, disculpa...

-No pasa nada. En realidad... Me alegra que estés de buen humor

-Es porque estas aqui conmigo.

Y pese a no haber comenzado a comer, la menor comenzó a toser, mientras que la mayor se retiró por un momento antes de volver con un plato de pan, la mediana, a la cual le calcularía unos 22 o 24 años, permanecía quieta en su sitio. Con el mismo rostro apacible e imperturbable, lo que lo hacía un tanto inquietante.

-Come... ¿También eso quieres que haga por ti?

Aquella voz familiar, me saco de mis pensamientos. En realidad yo no diría que quisiese que él hiciese todo por mi, más bien... Quería todo aquello que le implicase a él y su compañía

-No, ¿Quieres que te diga que es lo quiero?.- Pronuncié inclinandome hacia él por inercia

Entonces, una pieza de pan aterrizó sobre mi boca de la manera más abrupta posible, enmudeciendome...

-Ya has hablado mucho, hora de comer...-

Si hubiese provenido de alguien más, probablemente me parecería un acto grosero. Pero siendo de la persona que intentaba esconder su abochornado semblante llevándose puños de comida a la boca, era encantador...

WICCA - La maldición del Lycoris (Yeonbin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora