WICCA - La maldición del Lycoris (Yeonbin)

Capítulo 8 - Sobrio (Continuación de la tercera parte)

-Y-Yeonjun .- Clamé a su nombre para mi sagacidad, pretendiendo que éste me hiciese reparar en mis sentidos. Un incentivo que sentara sosiego a mi inquietud

-Ah, despertaste... - giró su vista, tendiendo la sabana en sus manos sobre el piso

-¿Qué haces?.- pregunté con él al costado

-Preparo otra cama, piensas quedarte a dormir, por lo que veo...

-L-Lo siento, me quedé dormido de vuelta...- Tenía el presentimiento de haber pasado más vida en cama que de pie

-Si, lo se... No pasa nada, te hacía falta... ¿Cómo te sientes ahora?

¿Ahora?, ¿Cómo me sentía?
Con la cordura puesta sobre mi entendimiento.
Su silueta no figuraba más un espejismo borroso entre una atmósfera descontorneada, podía verle claramente, ¿Así es como se siente estar sobrio? Aún estando en casa junto a mi madre, siendo conciente sobre mis sentidos, era como si mi cuerpo y mente permanecieran adormecidos, víctima de la descompensación y la helada...
Como si fuese una pluma, ligero en masa aunque propenso a la corriente, percibía cual mínima brisa recorrer todos mis nervios y articulaciones...

La diferencia entre el hoy y ayer era evidente considerando la discrepancia de ambas... No podría argumentar la definición de uno sin recurrir a la evocación del contrario...
Asi que así es como siente estar lúcido...

-Me siento... Bien, muy bien. Bueno, aún me duele un poco el cuerpo. Ah, por cierto, muchas gracias por la comida, hacía mucho que no comía de esa manera. Bueno... enrealidad no recuedo haberlo hecho, también estaba muy buena, ¡oh!, lo siento, No dejé más para tus hermanas. Cielos... Debo ser una pésima visita...-

-No te preocupes por eso... Lo importante es que te sientes mejor. De hecho... En cuanto caíste dormido ellas prepararon un poco más para sí mismas, parecía que sólo se habían retirado para no incomodarte

-Lamento que hayan tenido que hacer todo eso. Estoy tan apenado...

-No tienes que estarlo

-Pero...- El límite de la hospitalidad, sea como sea, lo había excedido

-Está bien... A mis hermanas les agradas... No suelen sentir empatía hacia gente del pueblo y aún así, no parece que les haya disgustado tu estancia. Yo, realmente aprecio tu compañía... Creo que en el fondo todas lo hacemos. Nunca hemos tenido alguna otra visita, por lo que para suponerte la peor, antes habría de existir una comparativa... Y Bueno... No la hay... Tu entiendes... Después de todo debemos vivir alejadas del pueblo...-

La forma en que él traía reposo al remordimiento... Era cualidad del afable pero melancólico modular en su voz.

-L-lo entiendo. ¿Sabes? Es una pena que tengas que quedarte en el bosque... Me encantaría que pudieses conocer a mi hermano

-Suena como alguien muy importante para ti

-Lo es. M-me gustaría que las personas más importantes para mi también tuviesen afinidad entre ellas. Aunque... Tal vez a mamá no le agrade verte...

-Y lo entendería... Eres el único que se alegra de verme...-
La luminiscencia proyectada en sus pupilas... Destellos sumergidos en la aflicción.

Podía observar la inquietud sobre las llemas de sus dedos... Sus manos vacilaron antes de acariciar una de mis mejillas... Como si estuviese dudando sobre hacerlo.

¿Estaba yo también temblando?

-... Está bien Soobin, no pretendo que digas nada...

-Es sólo que... Tú sabes cómo me siento... Pero no quiero que supongas esa como la única razón por la cual me siento tan bien a tu lado. Yo creo que tú podrías hacer felices a muchas personas. Q-quiero decir... Que eres muy agradable, no sólo ante la percepción de una persona... ¿Me entiendes?