✔ 𝗥𝗢𝗠𝗔𝗡𝗧𝗜𝗖 𝗗𝗥𝗘𝗔𝗠𝗦 ━━━━ The Sandman

[4] ¿Por qué?

Cuando se dió cuenta que las emociones de ambos estaban aumentando a una velocidad incontrolable Sueño se apartó de ella dejándola ligeramente confundida y con un nudo en su garganta.

Si seguía así chocarían y no podría haber reparaciones

— Lo siento — se disculpó volteando a otro lado para no ver el rostro de la oji-miel — Elizabeth esto está yendo más allá de lo que quería.

No era cierto, se estaba frenando y eso era lo que menos quería, deseaba ir más allá pero si lo hacia no había vuelta atrás de un final poco favorable para ambos.

— ¿Entonces por qué estás haciendo esto? — preguntó dando un paso al frente queriendose acercar pero en cuanto Morfeo retrocedió decidió quedarse allí.

Era una buena pregunta, él sabía perfectamente que un eterno y una mortal jamás podrían estar juntos, lo que estaba haciendo no tendría sus frutos ya que no debía estar sucediendo, pero entonces ¿Por qué lo seguía haciendo?

¿Por qué lo prohibido tenía que ser tan tentador? Maldijo a deseo internamente por hacerlo desear algo que jamás podría tener, pero él no estaba haciendo nada ¿Cierto? Todo se trataba de Morfeo y sus acciones impertinentes.

— Sueño — lo llamó Elizabeth al ver que se quedó estático en sus pensamientos, aveces deseaba saber que era lo que tanto cruzaba por su mente — ¿Por qué estamos haciendo esto? — volvió a preguntar.

Pero no obtuvo respuesta de su parte, en cambio sólo llegó un cuervo aleteando para pocisionarse en el hombro del rey de los sueños.

— Jessamy — habló Elizabeth con una sonrisa en su rostro al ver a uno de los tantos ayudantes de Sueño.

El cuervo aleteó y se paró sobre la cabeza de la joven observando a su amo.
Era fácil de entender lo que le quería decir y no por el hecho de que literalmente les entendía y hablaba con ellos, no, se trataba de simples gestos y acciones.

No quería que la apartara sólo por temor a encariñarse demasiado.

— Ya está amaneciendo — comentó Morfeo al sentir que el tiempo en el sueño de Elizabeth se acababa — Debes despertar para disfrutar tu cumpleaños con tu familia.

Además de sentirse mal con no tenerla para siempre también se atormentaba mentalmente por hacerla dormir tanto y no dejarla vivir despierta como cualquier mortal debía hacerlo.

Todo en exceso hace daño.

Y como si ella hubiera leído sus pensamientos o más bien se había fijado en sus expresiones habló:
—Yo quiero estar aquí, tú más que nadie sabe que mis conflictos familiares son la razón de dormir demasiado, no tú.

Eso era cierto, no quería estar más tiempo con sus padres que gritaban sin falta cada día, prefería dormir por su cuenta y Sueño no la obligaba a nada.

Solo se trataba de ella que estaba apostandolo todo por su amor.

— Debes despertar — repitió, pero esta vez ocupó un tono de voz más severo.

Elizabeth bufó y dejó que Jessamie volara devuelta al hombro de su rey para después cerrar sus ojos y esperar a que la mandara devuelta al mundo del vigilia.

Pero no fué así, o al menos no enseguida.

Sueño se acercó con mucha cautela hasta que estuvieron a centímetros de distancia, puso su mano en la mejilla de Elizabeth y acarició con su pulgar en círculos, ella sintió su corazón acelerarse por las emociones que llegaban por esa acción.

Por la diferencia de altura tuvo que inclinarse un poco para que sus labios rosaban ligeramente, Sueño cerró sus ojos y cortó la poca distancia que les faltaba para unirse en un beso.

Su primer beso, o al menos el de ella.

Sonará una simple fantasía pero Elizabeth había estado rechazando a cualquiera que se le acercara sólo para que su el puesto de su primer amor sea ocupado por Morfeo.
Y ahora que había correspondido después de años estaba feliz y seguro gritaría de la emoción si no fuera porque él la estaba besando, con delicadeza y suavidad pero con el amor que alamacenaba sólo para ella.

En cuanto se acabó el momento de afecto Sueño abrió los ojos para encontrarse con Elizabeth sonriendo enormemente con alegría pero aún con los ojos cerrados.

— Creí que esto estaba yendo más allá de lo que querías — comentó en un susurro con burla.

— Sí pero contigo es difícil detenerme — respondió, si Elizabeth tuviera abiertos los ojos podría ver la sonrisa sincera de Sueño pero no, no tuvo la oportunidad ya que antes de que pudiera volver a hablar despertó.

Nuevamente en su habitación con las cortinas abiertas y unas galletas al lado de su cama con una tarjeta sobre ellas.

Se estiró pero no para tomar el presente que seguramente su madre le dejó mientras dormía, se estiró para agarrar una hoja y pluma, la remojó en el frasco de pintura y se acomodó en su cama para escribir.

"No hay nada que lo detenga en su historia de amor, incluso si llega a causarle dolor, él siempre la esperará de pie con un rosa en la mano"

Sonrió recordando el beso que consiguió hacer que las mariposas en su estómago se revolotearan, al terminar de escribir su magnifico sueño que compartió con el rey de los mismos se levantó de su cama y bajó a la sala de su casa.

No sabía que sorpresas le tendrían sus padres para su cumpleaños pero estaba que el dia pasara rápido.

Adoraba dormir.