[24] Condesa caprichosa

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Morfeo no volvió a ver a Elizabeth desde que acabaron con el sueño romántico de Lyta, cosa que le preocupó bastante y no porqué le fuera a pasar algo «por lo que había visto ella sola se podía proteger muy bien» si no por lo que fuera a hacer.

Ahora podía buscarla ya que ya se habia encargado el vórtice sin dañar a Rose sólo que en el proceso se llevó la sorpresa de que Deseo era el que procreó con Unity la cuál originalmente era el vórtice antes de caer en un profundo sueño por su captura.

Iría a hablar con Deseo para darle algunas advertencias pero primero buscaría a su amada de ojos miel, más nunca imaginó que tardaría casi una semana en encontrarla.

Elizabeth había estado al lado de Lyta todo ese tiempo, sin embargo, no se dejaba ver por nadie, ni por Sueño, Deseo o Muerte.

Prefería alejarse cuando tenia arrebatos de ira o era cegada por sus caprichos.

Llevaba una rosa roja en su mano derecha y en su cabeza portaba su sombrero negro con la pluma de Jessamy sobre el, parecía que esa era su única compañía, su primera amiga y la mejor.

Parada frente a la casa de la mujer Hall pensaba en entrar o no, quería llevarse a Daniel pero tenia una severa batalla mental ya que en los días que los observó se dio cuenta que el niño era bastante querido y amado por Lyta.

Sintió una presencia acercarse, sabiendo perfectamente quien era bajó la mirada observando la flor entre sus manos.

— Está a punto de llover — comentó Sueño parándose a su lado fingiendo ver el cielo nublado pero veía con el rabillo del ojo a Elizabeth.

— Me gusta la lluvia — respondió levantando la vista hacia la puerta marrón de la casa — ¿Quieres acompañarme?

Finalmente se había decidido, iría por Daniel y ahora con Sueño a su lado tenia más confianza y decisión.

Pero ella no sabía que el eterno no quería ir por la pequeña criatura.

Al no obtener respuesta del pelinegro avanzó a la puerta principal y la abrió con suavidad y delicadeza, temiendo alertar a Lyta o despertar a Daniel en caso de que estuviera dormido.

Morfeo jaló aire y la siguió.

Al entrar a la casa el ambiente hogareño envolvió a la pareja, cruzaron la sala hasta llegar a unas escaleras que daban a la habitación del bebé.

Cada paso que Elizabeth daba dejaba el pétalo de una rosa dejando así un camino de ellos debido a sus emociones alborotadas.

Ambos llegaron a la alcoba color azul con tonos amarillos, en el centro una cuna en donde Daniel estaba acostado jugando con sus manitas.

Una amplia sonrisa apareció en el rostro de Elizabeth al conocerlo.
Se acercó a la cuna y en cuanto se asomó para verlo Daniel sonrió cerrando ligeramente sus ojitos.

— No hagas eso que harás que muera de amor — exclamó extendiendo sus brazos al cunero para tomarlo.

Sueño se paró a su lado con el semblante que lo caracterizaba, serio y sombrío.

— Mira que lindo es — dijo la condesa cargando al bebé y mostrandoselo al eterno — ¿O acaso no lo es?

El rey de los sueños se inclinó un poco para poder verlo y cuando lo hizo fue recibido por una bonita sonrisa del pequeño.

Los dos quedaron encantados por la belleza pacifica que trasmitía el niño, ignorando por completo el exterior y solo por un momento Sueño volvió a sentir ese sentimiento que se alojaba en su pecho al ver a la creación de su amada y él.

Pero al volver a darse cuenta de lo que estaba viviendo habló rompiendo el momento.

— Elizabeth... — la nombrada volteó — ¿Estas segura que...

— No — la voz de Lyta detrás de ellos interrumpió sus palabras — No se lo llevarán — dijo parada justo en la puerta de la habitación, como si de esa forma quisiera evitar que se fueran.

Elizabeth endureció su mirada mientras se apegaba más a Daniel, sin intensiones de soltarlo.

Lyta quiso acercarse pero antes de intentar algo Morfeo sacó un poco de su arena y sopló directo al rostro de la mujer obligándola a arrodillarse frente a ellos con la mirada perdida.

— Vámonos — ordenó la condesa girando sobre sus talones para marcharse con Daniel pero al ver que Sueño no la siguió se detuvo — ¿Sueño?...

— ¿Estás segura de querer llevarlo a tu reino? No creo que sea el adecuado para cuidar a un niño — habló con suavidad, queriendo hacerla entrar en razón de que a pesar de que fuera de ellos no estaba bien llevarlo — Y el mio menos — agregó.

— Pero es nuestro hijo... — susurró mirándolo con tristeza.

— Nosotros solo lo creamos, pero es de ella — respondió girando su mirada hacia Lyta la cual estaba ausente del presente — El dolor de perder un hijo es una pesadilla viviente

Él lo sabía.

Elizabeth miró a Daniel el cuál comenzaba a dormirse en sus brazos por la suave voz de Morfeo, tal vez tenía razón.
Dio un suspiró y regresó a la cuna en donde minutos antes estaba para volver a dejarlo allí.

— Aquí estarás bien — susurró inclinandose a dejar un beso sobre su frente — Nunca te hará falta amor.

Se apartó y se dirigió a la salida ya que estaba segura que si miraba atrás se arrepentiría.

Sueño esperó a que su amada se fuera para acercarse a la cuna en donde Daniel estaba a punto de cerrar sus ojos, ladeó una pequeña sonrisa y dejó caer un poco de su arena para hacerlo soñar.

Volvió a su postura rígida y le dio una última mirada a Lyta antes de darse media vuelta e ir detrás de Elizabeth.

Ya estando afuera las primeras gotas de lluvia comenzaron a hacer presentes, cayendo lentamente sobre su rostro.

— Lo siento — dijo la condesa en cuanto el eterno se acercó a ella — Mi actitud fue inaceptable estos últimos días.

— No eras así — admitió — Pero yo tampoco soy el mismo.

— Sí pero tu cambiaste para un bien, yo he actuado por capricho y — sus palabras cesaron antes de terminar su oración, Sueño arqueó una ceja ante eso.

— ¿Y?...

— Deseo — susurró.

Eso hizo que la mirada de Sueño se endureciera.






























✔ 𝗥𝗢𝗠𝗔𝗡𝗧𝗜𝗖 𝗗𝗥𝗘𝗔𝗠𝗦 ━━━━ The SandmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora