capitulo 17

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— Io —llama Sorrento, haciendo que de un respingo del pánico ponga rápidamente el móvil de orpheo de regreso en su bolsillo para luego acomodarme con pudor a su lado— ¿Está todo bien? 

— ¡Sí, todo en orden! —suelto con un carraspeo. 

Sorrento me mira con notable duda en sus ojos desde la puerta pero parece dejarlo pasar con rapidez.  

— Kanon está ebrio, lo llevaré en mi auto así que deberás conducir tú este. 

Cuando la idea de conducir el hermoso Audi que había invadido varios de mis sueños se volvió una probabilidad, experimenté algo parecido a un orgasmo. Puse mi mano en el rostro de orpheo para impedir que se despertara en ese momento para arruinar mis planes y asentí efusivamente.

— Muy bien, andando —finaliza, regresando a su auto. 

Levanté mis palmas al cielo antes de juntarlas frente a mi rostro y hacer una reverencia en señal de agradecimiento. 

— Amén —finalicé. 

Habiendo acabado mi ritual, me lancé al asiento delantero con una sonrisa triunfadora y tomé asiento sintiendo el cuero darme la bienvenida como si fuera el trono de un monarca. Para mi fortuna, no tuve que manosear a mi pasajero en busca de las llaves, él las había dejado puestas para mí así que sin más dilatación, me apresuré a encenderlo. 

— Oh, por dios —pronuncie, sintiendo mis piernas temblar ante el sonido del motor—, yo nací para conducir este auto. 

Había aprendido a manejar desde muy joven en el auto de los padres de Sorrento. Yo no tenía un auto y la posibilidad de tener uno tampoco era muy alta, sin embargo, una noche me pregunté: Io, ¿y si terminas robando un banco y tu taxi te deja? Así el visionario Io sacó su licencia. 

Tomo las gafas de sol que orpheo tenía en el salpicadero y me las coloco con una sonrisa seductora. 

— ¿Qué dices? —pregunto a absolutamente nadie mientras me pongo en marcha— Shhh, tranquilo, no tienes que tener miedo, sé lo que hago. 

Me adentro nuevamente a la carretera con una mano en el volante y la otra sobre el asiento de copiloto, volteando ligeramente al inconsciente pasajero en la parte de atrás. 

— Por lo general me gusta la adrenalina, ya sabes —suelto, haciendo una mueca para restarle importancia—, carreras ilegales y eso. ¿Te parece bien ir así de rápido o aceleramos? 

Orpheo se removió.

Solté una risa y sacudí mi cabeza para acomodar los mechones rebeldes de mi cabello. 

— Era una broma, cariño, no te espantes —tranquilizo—. Solo me gusta molestarte, me vuelve loco ver el enojo en tus ojos. Eres muy lind-

No pude acabar con el top 10 de mejores frases para ligar como un fuck boy debido a que el Audi chocó abruptamente contra la parte trasera de un auto en la carretera. Mi cara dio contra el votante y escuché como el cuerpo de orpheo rodó con un golpe seco en el asiento de atrás.

— ¡IO! ¿¡QUÉ MIERDA TE PASA, ENFERMO?! —a través de mis gafas torcidas pude ver el rostro deformado por la ira de Sorrento asomarse por la ventanilla del auto de enfrente— ¡TIENES LA JODIDA CARRETERA SOLA, IMBÉCIL! 

Me apresuré a dar reversa y escapar a toda velocidad sin mirar por el retrovisor. No iba a pagar ni un centavo, no importaba si se trataba de Sorrento. 

Varios metros después recordé cierto detalle. Giré hacia el cuerpo inerte de orpheo. 

— ¿Estás bien, cariño? 

The One That You LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora