Mire a Isaac y él me miró a mí, yo pensando en si podría estrangularle sin hacer ruido y él limitándose a sonreír con inocencia, ignorando que su joven vida estaba a punto de llegar a su fin. El que parecía completamente ajeno a la situación era orpheo, quien aún hacia el mejor esfuerzo por hacer mi boca volver a la suya a base de besos y mordiscos en mi mejilla.
Cubrí el rostro de orpheo con mi mano y le empujé hacia la almohada, sin despegar la vista de mi oponente.
Piensa, Io, si Isaac muere no te pagará jamás lo que te debe. Además, pasarás a ser el idiota del grupo automáticamente, me dije.
Con varios contras en mente, le devolví la sonrisa.
Debe estar demasiado ebrio como para conectar sus únicas dos neuronas.
— Se estaba ahogando con una papita —explico.
Isaac sonríe aún más.
— Se estaba ahogando, pero con tu lengua.
Eso fue todo. La risada que le seguió y a la que se unió el francés bajo mi mano sin razón aparente fue el detonante de mi autocontrol.
Tomé un poco de aire con resignación y luego clavé mis ojos en su casi mortuorio rostro.
— Yo quise salvarte la vida, imbécil.
Arranqué la almohada bajo la cabeza de orpheo y la puse sobre el rostro de Isaac con violencia.
¡Muere, muere, MUERE!
***
— ¿Qué diablos les pasó a ustedes dos?
La voz de Sorrento hace que mi visión hundida en la efervescente pastilla en el fondo de mi vaso con agua vuelva a la realidad. Habíamos cuatro personas sentadas a la mesa con medicamentos para la resaca y cereal seco de desayuno a plenas tres de la tarde. Todos éramos un asco, las bolsas oscuras bajo los ojos, los cabellos despeinados y la ropa del día anterior no ayudaban. Sin embargo, curiosamente Isaac y yo parecíamos especialmente haber rodado colina abajo entre una estampida de liebres salvajes con rabia.
Usé toda mi energía para encojerme de hombros sin dejar de ver las burbujas subir.
Sorrento suspira, bebiendo de un trago el contenido de su vaso.
— ¿Te gustan los hombres?
Cuando el sonido de la s llegó a mi oído mi palma se estrelló con brutalidad en la mesa, viendo con advertencia a Kanon, quien parecía confundido mientras sostenía en su mano el premio de mi caja de cereal.
—...lobo —agrega, mostrándome la figurita.
— Le encantan —interrumpe Isaac, ahogando la risa en un sorbo.
La mirada de advertencia ahora fue hacia el peliverde.
En ese preciso momento orpheo dió señales de vida desde la cama al removerse. Hasta el momento era el único que seguía durmiendo y parecía querer seguir de ese modo pues solo se acomodó un poco y continuó pacíficamente quieto.
Aparté la mirada ignorando los ojos de Isaac sobre mí. Si ayer no había podido acabar con él es porque las cucarachas son casi imposibles de matar y esta en particular, seguramente por la cantidad de veces que han intentado estrangularle, sabe cómo pelear por su miserable vida.
Removí el contenido de mi vaso y me dispuse a beber de él como si nada pasara.
En un momento determinado, justo después de robarse mi juguete del cereal, Kanon apoyó sus brazos en la mesa y me miró con determinación.
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The One That You Love
FanfictionIo, un adolescente que vive su noviazgo normalmente con su novia Euridice, todo hasta que un día un ser "desagradable" invade su espacio personal, su nombre es Orpheo y desde este día es el dilema amoroso de Io, por cierto ya mencione que orpheo es...