Chanyeol escuchaba con profundo hastío la canción de ese famoso galés, aquella cuyo nombre en ese momento atormentaba al hombre. Whitout love. La antigua canción casi le parecía demasiado tediosa y no porque no le gustara, pero no quería en ese momento escuchar a un hombre quejarse de sus pesares cuando él tenía sus propias tragedias. Sin embargo, debía admitir que la música triste era el complemento ideal para la botella de licor que tenía sobre la mesa.
Sus manos estrujaron los papeles del contrato con rabia. Por ese contrato su vida dio un giro que le causó mucho daño a los dos.
Baekhyun fue el conducto para la supervivencia de su herencia y por ello se mantuvo cautivo en una casa ajena, rodeado de personas extrañas y atado a un hombre que no amaba. Mientras tanto, Chanyeol amó cada día, veneró cada mañana y anheló las noches con pasión para poder sentirlo tan cerca y entre sueños confesarle su amor. No fue justo para ninguno de los dos.
—Deberías salir, Chan, porque el encierro solo prolonga tus penas.
Cuatro días encerrados desde la fatídica noche, sumido en el alcohol, los cigarrillos y sus pecados. Era como el infierno en la tierra.
Chanyeol ignoró a Sophie y a sus tontos consejos pues en su mente no había otra cosa sino Baekhyun. Esa era su tortura. Su pequeño ángel debía odiarlo ahora y con justa razón porque él lo dañó con su insano deseo por algo que no le correspondía. Ahora cuando ellos se divorciaran todo acabaría en un cementerio de recuerdos. Baekhyun no querría acercarse nuevamente al hombre por miedo y repudio. Si alguna vez conservó la esperanza de continuar siendo amigos, seguramente esa ya no existía.
Así también perdió a su nana, la única madre que conoció y que se preocupaba genuinamente por él. Sus secretos lo llevaron al barranco y él mismo se precipitó fuera de él.
Creyó fervientemente que lo que hacía era correcto, pero ahora al ver el destrozo causado solo podía pensar que se equivocó gravemente en todo. Tal vez de haber tenido el apoyo de Victoria desde un inicio, el fingir no se hubiese descarriado. Si solo hubiera sido un papel realmente, pero ese matrimonio se volvió la brocha con colores con la que Baekhyun pintó su vida y con la que volvió real todo, de alguna forma.
—Puedo quedarme el tiempo que quieras y ayudarte a superarlo —ofreció ella.
—No. Quiero que te vayas. Quiero mi casa sola.
—Pero, Chanyeol—intentó refutar.
—¡No! No quiero saber de nadie y menos de ti. Eres la persona que dice amarme tanto, pero me juzgas igual que hizo Emily. Detesto esto y detesto la forma en la que me miras como si yo fuera un juguete roto que necesita ser reparado.
—Solo quiero que entiendas que...
—Que estoy enamorado de un hombre, ¿es eso? Lo sé, pero no es eso lo que me atormenta y no voy a compartir mi miseria contigo.
—Vas a arrepentirte.
Ya lo hacía. Chanyeol se arrepentía de que su debilidad por la carne lo haya llevado a la ceguera.
—Vete.
La mujer salió del despacho mascullando improperios contra el hombre, dio un portazo y se retiró a su recámara embargada por el odio que sentía hacia Baekhyun en ese momento. Pensó que si ella habría de rendirse, entonces también ellos debían sufrir una desdicha peor.
Chanyeol se quebró en aquella oficina, solo siendo capaz de beber de una añeja botella de vino tinto, el único licor que encontró en la casa, aunque hubiese preferido algo más fuerte, quizás un vodka spirytus que le quitase la conciencia al primer sorbo, pero a falta de algo más fuerte, el vino serviría para adormecer sus sentidos por un tiempo. Con desgano alcanzó su libro de contabilidad para revisar las páginas de la deuda, un espacio espacial que concedió de su libreta para ordenar los pagos indirectos de Baekhyun .
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Veneno en los Labios (ChanBaek)
FanfictionBaekhyun estaba arruinado. La herencia de su difunto padre se encontraba comprometida por una deuda impagable. Pero eso no era lo peor, oh, claro que no porque el destino se encaprichó con él. Su acreedor era Park Chanyeol, su vecino y el hombre de...