Capítulo 29

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Chanyeol miraba a su alrededor con ansiedad. Recién regresó de un viaje a Portsmouth que lo tuvo lejos por mucho tiempo. Ni siquiera estuvo en casa para su cumpleaños y el sabor del momento fue vagamente amargo pues extrañó a Baekhyun con locura, pero su dulce esposo lo sorprendió con una llamada durante la noche. La remembranza de esa noche le traía siempre un calor abrasador que envolvía su corazón.

—Chanyeol..., feliz cumpleaños —le dijo.

—Gracias, pero ahora deberías estar dormido.

—No podía hacerlo sin decírtelo. Es un día especial.

—Solo es un año más.

—Pero..., estamos juntos, aún si es falso —se excusó.

El hombre amó tanto esa llamada. Hablaron del clima, de su viaje, de sus negocios y de nada porque ninguno de los dos quiso dejar de escuchar la voz del otro, incluso cuando se quedaron en silencio. Y Chanyeol lo catalogó como uno de los cumpleaños más especiales porque a pesar de la distancia, su joven esposo se acordó de él; porque aún si todo era un teatro, Baekhyun lo llamó para celebrar.

Esa noche lo volvió a ver cuando la luna esplendorosa era el contraste adecuado para una misteriosa mascara en el salón de la casa Reginald ese sábado invernal. El campo alrededor de la construcción estaba iluminado con luces amarillas y antorchas guiando un sendero romántico. Baekhyun iba de la mano de Chanyeol, luciendo con orgullo su matrimonio, mintiéndoles a todos y hasta a sí mismo. El traje azul marino de Baekhyun se mezclaba con el azul helado de sus ojos que se lucían a través de una máscara plateada con los bordes torneados y detalles brillantes; con su cabello peinado de lado y sus labios rosados. Y así de bien parecía incorporarse a la apariencia de su marido que vestía un elegante traje negro, con el pelo engominado hacia atrás y su mirada afilada saltando a través de una máscara de medio rostro negra, cuyos detalles en los extremos, que eran los mismos de la máscara de Baekhyun, lo hacían ver aún más misterioso e intimidante.

Sin embargo, las miradas de la audiencia no eran suyas solamente, sino también se posaron sobre la voluptuosa figura de Sophie que iba detrás de ellos, vistiendo un elegante vestido largo color azul cobalto con escote bajo, luciendo sus femeninas curvas de forma hipnotizante, y una máscara de encaje a juego. La mujer era el sinónimo idóneo para la belleza femenina.

La araña de cristal en la mitad del techo caía con gracia bajo el brillo ostentoso de los cristales que colgaban cual pequeñas gotas en cada hilera. Docenas de arreglos florales estaban alrededor de la estancia y junto a las mesas. La música suave se escabullía entre los cuerpos de los invitados rodeándolos a todos con su manto de harmonía.

El sonido del cubierto chocando contra la copa de cristal llamó la atención del público. El alcalde Reginald empezó su discurso de bienvenida irguiendo en su diestra la copa llena de champagne. Habló de los duros tiempos de cosecha por los que pasaron algunos agricultores; sobre las festividades venideras; sobre la alegría que le causaba la época; y sobre las peripecias que tuvo que atravesar como alcalde durante ese año en particular; aunque a la mayoría de la audiencia no podía importarle menos lo difícil que pudo ser su trabajo ya que todos en la ciudad sabían que para James Reginald el trabajo como alcalde era un conjunto de largas vacaciones. La mayoría del pueblo podían contar con las dos manos la cantidad de obras que realizó su gestión, y aun así ahí estaban, en una fiesta donde la mascarada no solo el tema de la fiesta sino el de costumbre.

Cuando el baile comenzó, las bebidas empezaron a repartirse a manos llenas, yendo de un lado a otro sobre charolas que debía llevar ya la botella incluida para los entusiastas invitados que pretendían alegrar la noche por medio del calor de la bebida.

Veneno en los Labios (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora