Capítulo 22

2.3K 354 11
                                    



            —¿Sí? —contestó Chanyeol al teléfono de su oficina.

—¿Chanyeol, cariño?

La voz del otro lado del teléfono era totalmente conocida para Chanyeol, se trataba de su madre, con su desconsolador tono al hablar tan peculiar. Park soltó un suspiro y se predispuso a escuchar todo lo que esa mujer tendría para decirle; seguramente no era nada bueno.

—Madre, ¿cuál es la razón para que llames?

—¿Necesito una razón para hablar con mi hijo?

Chanyeol quiso largar una sarcástica carcajada por esa tonta pregunta. ¿Cuándo durante toda su vida le interesó a ella ser una madre para Chanyeol? Fue la sombra de una madre durante todo el tiempo que convivieron. Victoria era más su madre de lo que Julieta Park era.

—La última vez que me llamaste fue hace más de siete años, cuando supiste que me casé con Emily, así que ahora supongo que has de querer hablarme sobre mi matrimonio.

—Tu nuevo matrimonio ni siquiera puede llamarse así. ¡Te has casado con un hombre!

—¿Y hay algún problema?

—Eres un hombre y debiste casarte con una mujer.

—Mi decisión se llevó a cabo hace poco menos de un año y tu recién intentas 'hacerme entrar en razón'. ¿Tus fuentes de información están retrasadas?

—Mejor tarde que nunca. Trato de impedir que cometas una vulgar locura.

—¿Vulgar locura?, ¿así la llamaste a tu propio amorío con el mejor amigo de mi padre? Supongo que eso sí fue vulgar, pero mi matrimonio no lo es y espero que lo respetes como no lo hiciste con tu matrimonio.

—Tu padre era un cerdo que no perdió la oportunidad de engañarme cuantas veces pudo y lo sabes.

—Lo recuerdo, pero tú no eres mejor que él si le pagaste con la misma moneda.

—¿No es esa la ley del talión? —masculló ella, disgustada.

—Como sea. Si solo eso querías decirme, entonces nuestra conversación termina aquí.

—No te apresures. Quiero que sepas que estoy muy molesta por el escándalo que has desatado. Sé que eres un hazmerreír en Salisbury, y aquí en Birmingham todos me comentan tu desatino al casarte con un hombre. ¡El horror!

—El nombre de la familia ya estaba lo suficientemente manchado por los pecados de mis progenitores como para que se asusten por mis propios actos.

—Pecado, ¡já! —se burló Julieta con tosquedad—. Eres un tonto, Chanyeol. La religión no te sirve para otra cosa sino para torturar tus acciones y no te deja vivir en libertad.

—Me permite saber que me equivoco y que debo enmendarlo. ¿Tú alguna vez hiciste algo mínimamente parecido?

La mujer refunfuñó y Chanyeol apostaría que había rodado los ojos, siempre lo hacía cuando el tema de conversación se tornaba en su fracasado matrimonio. Su madre cuando se enteró sobre su unión con Emily llamó después de meses e intentó convencerlo de repensar la situación y escoger una mujer mejor, incluso intentó imponerle una, aunque Chanyeol se negó rotundamente pues no haría caso de la falsa preocupación de su madre cuando su verdadera oscura intención era manipularlo y hacer de su vida una miseria. Por eso no le gustaban sus llamadas, siempre era lo mismo, solo que en esta ocasión ella parecía más disgustada de saber que su hijo se casó con otro hombre.

—Hasta donde yo sé, tu Dios considera un pecado imperdonable las relaciones del mismo sexo. ¿No estás siendo demasiado descarado?

—Mi Dios me dice que ame a mis semejantes, no que repudie lo que él creó. Además, sé que, a pesar de lo que puede decir la Biblia o la Iglesia Católica, él ama a todos sin discriminar los gustos de su pueblo. Así que no, no estoy siendo descarado por esto y, aún si así fuese, no me interesa tu opinión.

Veneno en los Labios (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora