Capítulo 37

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Al llegar el tan ansiado sábado, Baekhyun se vio empujado lejos de la casa Park, incluso Darko y Hermes fueron con él. Chanyeol lo llevó temprano en la mañana a desayunar a Mile's house donde se vendía el mejor pastel de manzana de Salisbury. El muchacho se vio atestado de presentes, desde el más insignificante chocolate hasta un collar con el nombre de Chanyeol, y dentro tenía un escrito a lo largo de la letra: Por el ángel más hermoso y el demonio más perverso.

—Para que siempre pienses en mí —se excusó el hombre con las mejillas encendidas, apenado.

—Oww, quisiera que tuvieras uno con mi nombre —gimoteó el médico, enternecido por el detalle de su esposo.

—En realidad... —balbuceó Chanyeol, sacando de detrás de su camisa el collar que desde hace un par de días llevaba, aquel que era del nombre de su marido—, no pude resistirme yo tampoco.

Aunque cliché, Baekhyun creyó que era un maravilloso detalle que marcaría el inicio de su matrimonio verdadero. Al salir de la cafetería, Chanyeol lo llevó a pasear con los canes por el parque, a pesar del viento gélido que corría por la ciudad. Dejaron que los animales corrieran y jugaran en los charcos de agua, chillaran y gruñeran en una infantil pelea por la atención de sus amos.

—Espero que no enfermes por esto —le dijo Park.

—Bueno, entonces deberás cuidarme tú.

—No confíes en mis habilidades como médico, preferiría llevarte al hospital.

—Sé que me cuidarás, siempre lo haces.

Chanyeol se irguió orgulloso y por segundos se sintió como un perro que recibe un elogio de su dueño, no le molestaba la comparación, sin embargo. Caminaron por el parque hasta que el clima dejó de favorecerlos, entonces regresaron a la casa siendo ya el medio día. Dejaron a los perros ir a bañarse a manos de las sirvientas pues el lodo impregnado en sus pelajes ahora embarraba la entrada de la casa. Chanyeol llevó a Baekhyun a la recámara casi a rastras, sin permitirle entrar al salón. Ahí lo esperaba Jennie.

—Hola, cariño —saludó ella.

—Los dejaré solos —mencionó Chanyeol antes de marcharse bajo una misteriosa sonrisa.

—Hola, Jennie, ¿qué haces aquí?

—Sé que he estado muy ausente y lamento no haber estado en el momento más importante para ti y para Chanyeol.

—Es comprensible, estabas en Londres empezando tu especialidad.

—Pero ahora he tomado un descanso y quiero ayudarte a ser feliz.

—Ya soy feliz.

—Lo serás aún más.

Baekhyun curioseó sobre sus misteriosas palabras, pero no obtuvo nada, así que dejó de insistir y se permitió disfrutar de sus charlas. Supo que Jennie estaba saliendo con un italiano que trabajaba como cirujano cardiotorácico donde ella también laboraba. Un hombre amable, aunque muy apasionado, casi como todos los italianos. Le dijo que tal vez con el hombre su relación iría más en serio que cualquiera de las anteriores, pero eso solo lo decidiría el futuro. Baekhyun necesitaba conocerlo para darle el visto bueno o empujar a Jennie hacia alguien mejor.

Hablaron sobre aquella época oscura en el matrimonio Park, cómo se dio todo desde la noche mágica hasta la llovizna de desgracias y hasta el radiante halo de luz que surgió sobre ellos al saber la verdad. Hablaron y hablaron hasta que llegó la media tarde.

Veneno en los Labios (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora