Victoria veía a Baekhyun correr por la casa con prisa, arreglando flores y cuadros aquí y allá. Todo el alboroto se debía a que era el tres de diciembre, el cumpleaños de Chanyeol. La casa rebosaba de un aire caliente, el aroma de comida recién hecha y el amor regándose en todas partes. Así es como debía ser, según Victoria. Aunque el clima estaba algo calmado, la temporada invernal ese año se adelantó y llevaba ya varias semanas con la nieve cubriendo las calles. Advertía de un recio invierno nevado como los pocos vividos en la ciudad. Muy extraño.
—Pareciera que es la primera celebración que pasan juntos —comentó ella—. ¿Cuándo eran novios no pasaban juntos durante estas fechas?
Imposible cuando nunca fueron novios, más bien se saltaron ese paso y cayeron directo en el matrimonio, pero eso Victoria no podía saberlo.
—Era más difícil entonces, o yo estaba ocupado o Chanyeol tenía negocios pendientes.
—Pero ahora Chan es únicamente tuyo. —Ella le guiñó el ojo en un acto de complicidad que incomodó a Baekhyun.
Pobre mujer, realmente creía que ellos se amaban.
—Precisamente por eso quiero que su cumpleaños sea especial.
Y no mentía. Ese sería el primer cumpleaños juntos y no podía dejar nada al azar. Además, era la forma que Baekhyun encontró para agradecerle a Chanyeol por todo lo que hacía. Ese hombre no solo le permitió conservar sus tierras por medio del arreglo matrimonial, sino que lo salvó de ser agredido sexualmente por un depravado. Incluso presentó una demanda contra el viejo médico justo al día siguiente del incidente, ayer. No sabía si lograrían ganar debido al estatus que el hombre poseía, pero Baekhyun no despreciaba lo importante que era Chanyeol para Salisbury como uno de los hacendados más ricos y unos de los inversores más importantes.
Chanyeol le dijo además que dejase de preocupase por el asunto legal, después de todo, él mismo tenía varios métodos para enviar a Larson a la cárcel. Baekhyun sabía que algo turbio había tras esas palabras, entendía que varios notables públicos le debían favores a Chanyeol y era el momento de cobrarlos por una muy buena razón. No pudo juzgarlo, de todas formas, pues sus intenciones eran nobles aún si el camino estaba cubierto de grava.
Por ello tal vez una cena no sería suficiente para pagar toda su ayuda y comprensión.
—¿Te quedarás a comer con nosotros, Nana? —le preguntó Baekhyun, sujetando entre sus manos el obsequio de Chanyeol, un empaque pequeño con envoltura color dorado cuyo contenido tenía muy nervioso a Baekhyun.
—Oh, no, cariño. Esta noche es para ustedes y yo solo les estorbaría. Me iré en un momento, pero te veré el fin de semana para ir de compras navideñas.
Con el tiempo Baekhyun se hizo bastante cercano a Victoria, además de ser la única persona con quien podía charlar amenamente después de Chanyeol y Jennie, se convirtió también en una figura de cariño, como un familiar cercano, de los pocos que le quedaban. Sus hermanos, a pesar de que sabían que estaba casado con Park para salvar la propiedad, no le llamaban mucho o lo visitaban. Sehun lo hizo hace un tiempo para conversar con Baekhyun sobre el estado actual de la propiedad, pero no tuvieron más contacto. Entendible, claro, su hermano estaba sumido en sus propios problemas y sus viajes de negocios lo tenían muy lejos de Inglaterra, aunque a veces él necesitaba apoyo familiar. Su hermana era otro asunto; ella brillaba por su ausencia.
—Te veré el sábado, entonces —prometió.
Victoria se marchó poco después. Era casi una rutina verla en casa al menos tres veces al mes, luego de que se marchara al confirmar que el matrimonio de Chanyeol no era un fracaso, un mes más tarde de su arribo en la primavera. La mujer se acostumbró a visitarlos paulatinamente, tal vez por su miedo a que algo le sucediese a ese matrimonio al que le tenía tanta fe.
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Veneno en los Labios (ChanBaek)
FanficBaekhyun estaba arruinado. La herencia de su difunto padre se encontraba comprometida por una deuda impagable. Pero eso no era lo peor, oh, claro que no porque el destino se encaprichó con él. Su acreedor era Park Chanyeol, su vecino y el hombre de...