La recámara lucía tan vacía a pesar de estar repleta de cuadros y objetos, pero quizás esa era la impresión que le daba a Baekhyun luego de que las sirvientas se llevaron sus cosas a la habitación superior. La vergüenza que sintió cuando las doncellas recogieron todo en medio de miradas de pena suponiendo que el matrimonio estaba teniendo una pelea, fue indescriptible. No estaba alejado de la realidad, claro, porque, aunque no hubiese una guerra declarada, el frío de la misma no dejaba de ser dañino. Las mujeres murmuraron al salir e iniciando el chisme del día y del que seguiría escuchando muy seguramente por el resto de la semana.
Baekhyun quiso despedirse del lugar y de la ilusión de un amor que ya nunca florecería, como un manzano azotado por la enfermedad. La cama era quizás el lugar que más echaría de menos porque fue ahí donde le entregó su corazón a Chanyeol y vivió la noche más apasionada de su vida. En esa cama compartió entre risas las lecciones de francés con su marido; ahí sintió su calor al dormir, sabiéndose acompañado, alejándolo de la soledad.
«Soñé con una historia de amor demasiado grande, creyendo que algún día sí sucedería», pensó saliendo de la habitación.
La noche pasada lloró y gimoteó su desgracia, preguntándole a Dios qué pecado tan horrible le impedía amar y ser amado. Al llegar la mañana, sus ojos rojos e hinchados le dieron un aspecto lamentable, y se dio cuenta que era el inicio del final. Chanyeol no lo quería y Baekhyun vivió ese año y medio creyendo que podría cosechar un lugar en el árido corazón del hombre, mas no importaron sus esfuerzos y sus manos lastimadas le decían que era momento de parar.
Debía parar.
Se despidió de ese lugar en silencio y salió de la casa con su maletín en la mano. Ir a la clínica le daría una excusa para no ver a Chanyeol, y podría llorar su desamor en otro lugar. Detestaba las miradas lastimeras que todos le regalaban en esa casa, las murmuraciones y el trato que recibía, como un perro pateado por su amo. Tragó la bilis que subió de su estómago a su boca al considerarse a sí mismo de esa manera.
Su trabajo en la clínica podía distraer su mente, alejarlo de la tragedia matrimonial a la que se enfrentaba, pero cuando encontraba un espacio para respirar, en ese segundo se dedicaba a recordar a Chanyeol y con ello sus crueles palabras de la noche pasada. Y cuando regresaba a la casa, su frialdad volvía a atacarlo. Las palabras entre ellos eran distantes y las miradas, escazas. Todos se daban cuenta que una enorme parcela los separaba, una tan árida como el desierto donde nada más que vientos secos se producían.
A la mañana siguiente, al regresar de la clínica, se encontró con Victoria que llegó a visitarlo. La mujer lucía intranquila, preguntando por aquí y allá sobre los esposos. Chanyeol estaba encerrado en su despacho, según escuchó de la servidumbre, rabioso. Y Victoria parecía tan preocupada que sembró mucho nerviosismo en Baekhyun .
—Dime, ¿qué ha pasado? —Fue la pregunta con la que recibió al médico.
—¿Sobre qué?
—Han peleado y tú has ido a dormir en otra recámara, aunque quizá debería decir que has vuelto ahí.
Bajando la cabeza, avergonzado de la mentira, Baekhyun susurró una maldición. Victoria ahora no se quedaría satisfecha con tontas excusas, no cuando la servidumbre le decía que los esposos estaban muy peleados, sin hablarse ni dirigirse la mirada, y que el joven médico regresó a la habitación que ocupó misteriosamente cuando se casaron. Continuar con la farsa ahora parecía ridículo y Baekhyun estaba harto de soltar mentiras a cada respiración.
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Veneno en los Labios (ChanBaek)
FanficBaekhyun estaba arruinado. La herencia de su difunto padre se encontraba comprometida por una deuda impagable. Pero eso no era lo peor, oh, claro que no porque el destino se encaprichó con él. Su acreedor era Park Chanyeol, su vecino y el hombre de...