Narra Ethel
Ahí me encontraba sentada en la cama frente a Mildred quien estaba muy concentrada curando las heridas en mi mano. — Muy bien de este lado ya terminamos — Estaba por guardar todos los instrumentos que utilizó para curarme pero se detuvo con una mirada de preocupación al notar el pequeño corte en mi mejilla izquierda que lucia un poco profunda. — Bien, creo que eso sí necesitará magia — Acto seguido se acercó más a mi rostro al punto de quedar a escasos milímetros de mi rostro pero al notar la cercanía se detuvo. Estábamos tan cerca que podía sentir su tibio aliento
Al estar cara a cara pude notar la mirada de sus ojos color avellana que reflejaban una mirada traviesa y llena de dedicación. También pude ver la curvatura en sus labios como tratando de esbozar una pequeña sonrisa, y su cabello levemente alborotado.
De un momento a otro el ambiente se hizo cálido y lo único que se escuchaba era el sonido de nuestras respiraciones que iban al compás pero yo sentía que se me acababa el aire en ese momento como si la presión atmosférica hubiera aumentado mil veces más mientras Mildred se volvía a acercar un poco de nuevo al punto de que sólo haría falta un movimiento para juntar nuestros labios. Espera, ¿Acaso estoy pensando en los estúpidos labios de Mildred Hubble?
Traté de de borrar esos pensamientos de mi mente y me golpeé mentalmente pensando en lo que podía pasar hasta que la castaña viró su cabeza y alzó una mano, con aquel movimiento recordé momentos traumantes junto a mi madre por lo que casi por instinto alejé mi rostro de manera brusca. Mildred por obvias razones notó aquello y sonrió compasiva — Esta bien Ethel, no haré nada que no quieras — su voz se habia vuelto cálida y reconfortante e hizo que por primera vez en años me sintiera segura con alguien que no era Sybil ni Esmeralda, porque nunca dejaría que Felicity toque si quiera mi brazo.
Me limité a asentir teniendo seguirdad al ver la sonrisa reconfortante de Mildred y de inmediato ella envolvió mi mano alrededor de la suya haciendo que la electricidad volviera pero esta vez no la alejó, en su lugar posó su otra mano libre en mi mejilla izquierda y un calor inundó mi rostro al sentir su tacto suave y su calidez, también de un momento a otro sentí que hacían cuarenta grados en la habitación y en cualquier momento perdería el aliento con aquel acto suyo. De inmediato el calor se mi mejilla aumentó y sentí como la herida dejaba de arder. Al terminar Mildred reitró su mano y sentí frío una vez más.
Cuando se alejó la vi sonreír con amplitud e inevitablemente me contagio su calida sonrisa. — Apuesto a que no esperabas que pudiera hacer uno hechizo de curación — su sonrisa se volvió triunfal.
— Ja, yo lo podría hacer con los ojos cerrados y sin utilizar las manos — al verla terminar solo me puse de pie y evadi su mirada para concertarme en eliminar el calor en mi rostro.
— Oh claro que haces muchas cosas dormida. Recuerdo perfectamente la trampa de amistad — no la veía pero podía escuchar su tono burlón.
— ¿Cómo que? — me detuve en seco no queriendo saber que se trataba de mis pesadillas o mi llanto mientras duermo.
— Como roncar como un tractor descompuesto —.
¿Cómo se atreve Mildred Hubble a hacerme sentir calor en las mejillas y luego burlarse de mi estilo para dormir?. Obvio haré que se trague sus palabras.
Me di la media vuelta pero no pude evitar reír debido a que se había tropezado con la botella de alcohol que ella misma había puesto en el piso.
En aquel momento mi risa fue tan estruendosa que se habrá escuchado por toda la academia, ella abrió la boca tratando de decir algo pero una voz conocida nos detuvo.
— A la oficina de la señorita Cakle — Hardbroom no hizo acto de presencia pero su firme y estruendosa voz sí.
— ¡Ahora! — y con un simple hechizo de transportación Mildred y yo aparecimos frente a la señorita Cakle y la Señorita Hardbroom, la primera con un rostro de decepción y la segunda con una mirada rígida capaz y de covertir en piedra a la propia Medusa.

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EGOIST-MITHEL LA PEOR BRUJA
FanficEthel, tan egoísta, piensa Mildred. No puede comprender su actuar tan horrible con los demás, siempre pone un muro frente a todos. Aunque realmente a Mildred no le interesaba. Al menos hasta que en un arrebato de ira y tristeza, Ethel deja caer sus...