capitulo 1

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Ya era la gran noche, donde avía quedado con mi novia, Kamila. Tanto había esperado esta gran noche, vivíamos aproximadamente 10k/m de distancia desde su departamento al mío. Nos veíamos un día por semana, y si, ahí estaba yo, esperándola en un café. De nombre tenía "Café la ilusión", no sé por qué rayos tenía ese nombre.
—Ahí viene —me dije en mi mente con unos nervios. No sé porque sentía nervios, no era la primera vez que nos veíamos, pero... no sé... es algo como mi primera cita con ella.


Ahí viene más de cerca, venia  con un vestido negro, corto, y pegado, de hecho, si se miraba hermosa con ese vestido, porque su cuerpo era hermoso, tenía unas curvas que moría por recorrerlas.


—¡Que hermosa vienes! —le dije con una cara paralizada.

—Por qué me miras así? —me dijo con demostrando confusión con su mirada.
—Es que estas relumbrante, estás  hermosa como la primera vez que vinimos a este café —le respondí con los ojos llorosos. —Ven siéntate, hablemos como si fuera ayer, el día que te conquisté con solo verte —le dije viéndola a los ojos bien enamorado de ella más que ayer.
—¡Qué caballeroso!  —me dijo con una rostro burlón . Mientras que yo no dejaba de ver lo hermosa que andaba
—¿Qué me miras? ¿Ando algo? o ... ya sé... el maquillaje... o... el vestido lo anda roto...
—Shsss, estiré mi dedo hacia su boca y lo puse encima de sus labios —estás hermosa, no te falta nada, no andas nada más que tu lindura como el cielo con sus estrellas —se lo dije con esa cara tierna
Yo no sé por qué estaba así de cariñoso, no me comporto de esa forma, pero ella era hermosa, su cuerpo sí que era de modelo aunque su  estatura era media. Me gustaban sus ojos porque eran negros, un negro super profundo, sus caderas eran súper lindas sus piernas eran gruesas y lisas, su pelo era largo  y rizado. ¿Como creen que no me iba hacer sentir extraordinario? Con ella no era yo, sentía que volaba.

Era otro yo, pero ¿qué hago? Ustedes me entienden, cualquiera se enamora de ella
—Oye, Henrry, que te pasa estás tan distraído —Me dijo con una cara confundida
—Nada nada, es qué... estas hermosa —le dije con una sonrisa coqueta
—Si quieres ya vámonos —me dijo siempre con la cara confundida
—Si tú quieres vámonos –Vsi no nos podemos quedar otro rato, mira que no hemos comidos nada  —le dije con una cara de quien dice "soy muy malo en esto"
—Sí, si —me dijo
—Okey —le dije. Nos paramos, yo le tire el brazo sobre sus dos hombros {enrollándole el cuello} el café estaba a unas tres cuadras de mi departamento. Mientras caminábamos a casa charlamos por largo rato.

henrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora