capítulo 16

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Me levanté un poco cansado. La noche estuvo un asco, me arrepiento haber ido. Solo espero no ver a Anna, creo que ahora ya la veo distinto. Sentía migraña fuerte, creo que fue por el desvelo.

—¡Me iré a duchar! —mi mente hablo.

Terminé rápido, ya que estaba todo vacío, todo parecía que las persona se habían muerto.

Suena una campana, hice un salto, un salto a todo mi cuerpo, puse mis manos a mi rostro y las froté sobre mis ojos, estiré mi cuerpo para salir de esa pereza. Giré mi cuello para ver la ventana; vi algo que nunca había visto: El cielo anaranjado en forma de amanecer. Había un camino de árboles en frente de mí ventana, sus flores eran de color anaranjadas, sus ojos eran pequeñas, el fondo se miraba muy agradable. El que camino que formaban los árboles, estaba lleno de sus hojas naranjas. Sentí una alegría; un sentimiento que no podía explicar.

—Toc toc —tocan la puerta, eso me saco de mis pensamientos.

—¿Y tú que esperas? —era la patrona. Me llevé mi mano hacia la cara dando un leve golpe.

—¿Al cazo piensas que creo que tú no estás ahí adentro? Si es así está equivocado—. Suspiré— caminé hacia la puerta y la abrí, ahí estaba con la cara de enojona, no sé por qué, pero me dio ganas de reírme. Hice un medio gesto, ella me cacho.

—¿Por qué te ríes? —asentí con mi cabeza y dije no.

—Ya voy, solo me ducho—. Te espero pronto.

Sali hacia las duchas, muy rápido me bañé, hice lo que tenía hacer y me fue hacia donde tenía que estar hace rato: el salón de clases.

Como decidí la pintura, y llegué tarde el maestro me dijo que tenía que hacer un dibujo donde tenía que expresar lo que sentía. Bien, me puse a dibujar, no tenía que carajos hacer.

—¡¡Ya sé que haré!!—. me dije en mente.

Manos a la obra. Comencé a mover el pincel de arriba hacia abajo, de un lado al otro. La verdad, de hecho, es una mentira que es lo que tengo para mí dibujo.

—¡¡Anna!! ¿Qué crees que haces? ¿estas locas?

—Síííí, si estoy loca.

Anna y yo habíamos tenido un mínimo problema, vi... en otras palabras sentí que se le rompí sus sentimientos, no fue algo que quise que pasara, vi que busco las escaleras hacia la terraza, no entendía por qué. Decidí llamar a Maison, es a quien le tomo más confianza y supongo que debe de ser más a migo de Anna.

Le dije que es lo que paso y dijo que enseguida vendría. No estaba seguro si ir detrás de ella o esperar que Maison vaya a ver qué es lo que tiene.

Pensé por un rato. Decide ir detrás de ella. Podía hacer algo loco, abrí la puerta de la terraza, solo para ver el panorama hacia afuera.

Mi corazón se aceleró al ver lo que pasa, ¡¡ANA!! Estaba a punto de tirarse de ese maldito lugar. Se había posado afuera, dando cavidad a sus pies para estar parada, sus brazos las tenía rodeando un muro de barrotes. No sabía qué hacer en ese momento, solo sé que si le hablaba iba a adelantarla y animarle a que se tirara. Todo era por mi culpa, mi culpa para que toto... no sé por qué tiene ser así.

Por fin logramos hacer que Anna no hiciera la estupidez de tirarse por ese borde. Esa chica sí que está enferma, muy enferma de la mente. Lo que no entiendo que como fue que Matt apareció y se fue demasiado de rápido; lo que le agradezco es lo que a echo: ayudar a salvar a Anna.

La vida en este lugar esta dura, me quiero morir, me quiero matar, siento que estoy en un holló y no salgo por una u otra razón, pero que más queda, que estar aquí. Apenas son las 12:00 p.m. bueno, eso creo, porque vamos a almorzar.

Comí un poco rápido y desconcertado, por lo que había pasado.

Íbamos de nuevo a clases, tenia que terminar el dibujo.

Siento que me voy a volver loco, mi cabeza daba demasiadas vueltas. estoy mareado.

Mi cuerpo se comenzó a ponerse helado, mi cara cambio de color, q un blanco pálido, decide ir al baño, donde esta un espejo, me vi, al verme quedé sin palabras, era irreconocible, parecía que un muerto...

En el mismo resplandor del espejo puede contemplar la bajada de una lagrima de mi ojo hacia mi barbilla.

Y ahí estaba de nuevo, el sentimiento que había sentido hace unas horas.

No me podía mover de enfrente de ese espejo, alrededor de unos dos minutos pasados, vi a Matt posado detrás de mí, me saco un susto grande, dando también un salto enorme.

—¿Qué haces aquí? —. Matt ya no estaba, así fue como estoy tan confundido.

Comencé a gritar, caí como una costal sobre el suelo, mi mente estaba turbia, unos prisioneros escucharon mis gritos de ayuda. Lloraba como bebe. Sentí unas manos en mi espalda, que me arropaban. Era Matt, en ese momento comencé a pararme, apoyándome de la pared. mis piernas sin ninguna razón estaban muy debilitadas, quedando como trapo.

—¡¡HENRRRRRRRRY!! —Anna había llegado, era la última persona que había querido ver.

En ese momento sentí que me elevé hacia el cielo y caí sin caer en el suelo sin saber nada, y muerto. 

henrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora