capítulo 15

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Nosotros estábamos en la terraza. Las estrellas se miraban a la perfección; lo más que me gusta del cielo: las estrellas. Tienen algo tan especial, y, sobre todo, al verlas me comparten una vibra, una vibra que ni yo sé que es, solo sé que al verlas me lleno de regocijo.

—¿Por qué tan pensativo? —la verdad que hoy si estaba pensativo, ya que no sabía que decirle. hablar con él. Era tan incomodo. Pero tengo toda la razón, ya que apenas lo conozco y de paso soy extremadamente tímido—. Nada, solo veo las estrellas —vi hacia el cielo—. Talvez logro ver a Kamila —¿Quién es Kamila? —logre ver un gesto que hizo con sus cejas, ya que estaba oscuro. Solos con la luz de la luna—. Kamila, mi ex novia; con ella teníamos planes para un futuro... y sucede que una noche ella murió. Ella y yo dormimos juntos, era nuestra primer vez. Desperté a media noche y la encontré "¡¡MUERTA!!", tirada en el suelo, rodeada de su propia sangre—. las lágrimas comenzaron a invadir mi rostro, pero contuve el llanto que amargaba mi corazón en ese momento, ya que no quería parecer como un cobarde frente de él.

Él se acercó a mí, y me abrazó, no entendí porque, pero de igual modo yo acepté su abrazo.

Mientras que me abrazaba me decía palabras que aliviaban un poco el dolor que causo aquella escena, y en ese momento «vi una silueta» parecida a la de Matt—. Matt —dije en un tono suave, paraque Maison no me escuchara. Fue inútil el me escucho—. ¿Qué dices? —pregunta confundido —Nada, solo que me acordé de alguien—. Mentí —Hoo, está bien —Maison no sonó convencido.

—Dime Maison, ¿Qué te gusta más de este lugar? —. lo que más me gusta de este lugar solo es mi habitación, ¿y lo tuyo? —. devuelve la pregunta —Yo no tengo nada que me guste de este lugar; todo esto es un asco, no sé por qué me han traído aquí, lastimosamente no puedo salir. Yo quiero salir de aquí, no sé cómo lo are, pero saldré de... —Shss, calma, no te ahogues en un vaso de agua—. Maison me interrumpe. Eso me fastidió un poco. Detesto que me interrumpan.

—Como tú digas —por dentro lo quería golpear.

—Ben, si gustas nos vamos ya de aquí, ya fue mucho lo que despistamos nuestras mentes.

—Exacto, prefiero que nos vayamos. Solo espero que Max y Anna no se hayan ido, porque si no los mato... bueno, más a Anna—. Fruncí mi ceño.

Caminamos muy rápidamente hacia las escaleras; siempre con el mínimo cuidado para que no se dieran cuenta de que no estábamos en nuestras habitaciones.

Yo, me las ingenie por si la patrona quería meterse a mi cuarto, ya que no le agrado, y ni ella a mí; la verdad si me cae bien.

Cree un muñeco con mi ropa y demás sábanas para que, si se llegara a meter a mi habitación, creyera que soy yo. No me quiero arriesgar, y que me pasen para otro internado.

Como íbamos rápido, llegamos muy pronto a el sótano. Maison me dijo que cuidadosamente abriéramos la puerta para tenderle una trampa, y sacarle un gran susto. Yo acepte sin duda. Anna me la debía. Hoy en la tarde me dio un buen susto, así que... ¿por qué no devolvérselo?.

—Vamos tío —dijo con un acento español, yo, por el estilo no le puse atención y me puso confundido.

Maison «tomo la manecilla» de la puerta. Abrió cuidadosamente: como él dijo.

Entramos de puntillas, mi corazón se sentía que latía fuerte y rápido; puse mi mano sobre mi corazón. Y si, lo confirmó.

Escuchamos unos ruidos sospechosos, Maison miro hacia atrás; ya que el iba de primero. Su dedo índice lo sobre puso en su boca, e hizo un gesto para que me callara. Lo miré dando un ligero giro a mis ojos.

Nos paramos detrás de un estante de libros, nos cubría perfectamente, el se paró de primero, seguidamente de tras de él, yo me pare. Me tuve que poner un poquito de puntilla, ya que él era unos centímetros más alto que yo.

Cuando vi claramente de donde provenía esos ruidos, vi que Anna y Max se besaban apasionado, mi cuerpo se estremeció. Me sentía como un tonto... no... como un idiota. Sinceramente avía sentido algo por ella. Jure nunca más enamorarme, después de la muerte de Kamila.

Mis ojos se cristalizaron. Maison choco sus dedos, como sinónimo de: "esto esta tenso".

No lo podía creer, Anna era una zorra. Me ha roto el corazón.

Maison tomo la iniciativa; para que ya acabara esto: ir hasta la puerta, abrirla, y con un leve golpe cerrarla, a consideración que ellos escucharan.

No me quedo más remedio que aguantar lo que acabo de ver, espero no sentir odio por ella, y mucho menos por Max. Que hagan lo que quieran, son sus vidas..., ¡ha, pero eso me pasa por confiar por una perra!.

Maison me alcanzo, llegamos donde ellos, Anna se miraba muy nerviosa, mientras que pasaba sus manos sobre su cabello, que se miraba alborotado. Trate de disimular, fue un poco incomodo y un poco costoso. Maison, ja, Maison ni se diga, el iba con una gran sonrisa sin mostrar sus labios. Anna, Anna por lo contrario sintió algo sospechoso en el: —¿Qué te ocurre imbécil? —hace una sonrisa forzada—. Nada, solo que me he acordado de algo heee —llevo sus dedos haca sus ojos, y los volteó hasta Maison—. Max no decía nada, quizás sospechaba que nosotros sabíamos. Ahora lo miro distinto; con otros ojos, solo espero que después no lo deteste, si se ve que cae super bien, pero... el problema ahí es de Anna, quizás Anna no le dijo de lo que había pasado entre nosotros, o algo por el estilo.

—¿Y tú Henrry? ¿Qué dices? —Anna me saco de mis pensamientos—. ¿Qué... si que es lo que digo? —tartamudee —¡Siii! —. Pues... no se de que hablas —volví a tartamudear—. Naaaaa, olvídalo—, llevo su mano hacia la altura de su pecho y la tiro hacia mi—. No respondí, todavía sentía algo por ella. Es decir, sobre lo que acabo de ver.

Seguimos charlando. Max por primer vez había tomado la iniciativa de hablar sobre él. La vida de él si que era un asco. Decepcionado. No dejaba de pensar en Matt, yo estoy seguro que lo vi, era él, pero se desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Todo sucedió muy rápido. Maison me escuchó. ¿Será que pensó que soy un enfermo? ¿o será que pensó que estoy loco?. Me tapo la cara en vergüenza. Creo que necesito un psiquiatra, mi mente está perdida en todo. Creo que quede traumado después de la muerte de Kamila. La extraño. Era mi a mor. Mis padres murieron, mis hermanos no están, ella era lo único que tenía, ahora estoy solo, sin nadie. Amigos no hay, en especial en este lugar. Max, Maison y Anna, no son nada. Anna solo es una traidora, solo le gusta jugar con alguien, así como yo. Una aprovechada.

—¡¡¿PORRRRRRR QUUUUUUUUÉ!!?—, grité sin saber —¡¡¿Eres idiota o que!!? —todos dicen en un uní tono —Lo ciento, no sé porque hice eso—. Bajé la mirada, quedando viendo hacia el suelo.

Sentía como los ojos de los tres estaban encima de mí. Murmuraban demasiado. Mi cuerpo sentía desesperación. Corrí rápidamente, para salir de ahí. La puerta la abrí muy brusca mente, dejándola caer con un fuerte golpe. Los tres se encogieron de hombros, dando a decir que me había pasado de la raya.

No soporté, corrí tanto pero tanto que sentía que ya no daba los pasos en el suelo. De tanto correr llegué a mi habitación, estando ahí agarré el aliento que había perdido. Medio me agaché; poniendo mi manos sobre las piernas dobladas.

Me acomode sobre la orilla de mi cama. Pensativo me acosté, con la vista hacia el techo. De tanto no me acorde cuando me dormí.

Tenía razón, había sido una gran noche. Mañana será un nuevo día.  

henrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora