Capítulo 19

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Después de las cosas que han pasado esperé con muchas ganas a Matt, pero nunca se ha hecho presente. La vez que me puse a gritar como loco, creo que lo vi, no recuerdo muy bien.

Los encargados de esa cárcel creo que empezaban a darse cuenta de lo que está sucediendo, mi cara esta cubierta con mucha vergüenza. ¿Qué dirán de mí? Mi nombre esta tirado por el suelo.

Amigos no tengo ¿quizás me hace falta hacer amigos? Así me sentiría cómodo, acogido como en mi hogar, creo que decidiré hacer amigo, aunque me cueste ser amigos; es una cosa que detesto de mí; o buscare salir, así como Max, Maison y Anna, creo que no quedaría mal un ratito de diversión. Pero para hacer amistades me da vergüenza, no me queda otra elección. Porque de tal manera que a Max y a Maison no los veo por ningún otro lado.

Me toca entrar a mi clase, esta vez no estaba seguro a lo que me enfrentaría, espero que no me vaya mal como lo es de costumbre, por ejemplo: entrando en un salón donde no me corresponda.

Vi una cara que se me hacia familiar. Si, era de mi misma clase, las clases estaban dividas por años, es decir, si yo no tenia el año de estar encerrado en esa prisión, estaré con los demás que no tienen el año. Los que tienen un año con los de un año, los de dos con dos, y así, solo ellos saben la estupidez que hacen.

Me acerque a ella para charlar —Me llamo Henrry —entregue mi mano.

—Hey, hola, soy Mia —ella también lleva sus manos hacia donde la mía, y con mucha alegría la estrecha. Yo la mire de arriba hacia abajo, con esa mirada creo que la podía reconocer en cualquier lugar.

Sus característica eran peculiares: su piel era casi blanca, de su cabellera caía un cabello lacio castaño que sus puntas alcanzaba sus pechos, sus labios eran gruesos y largo, que junto a su nariz redonda daban un toque esplendido a sus ojos verdes, y sin dejar a un lado sus cejas que daba una belleza única, al color de su cabello. Llevaba puesto un gorro rojo, ese gorro llevaba unos mechones de su hermoso cabello delante de ella.

Tenía que tratar de ser amigos, creo que ella es la indicada para tal cosa. Tengo que salir de esa maldita prisión, no importa las consecuencias. Las clases empiezan, tratare de ser amistades, ya tengo el comienzo con Mia, también con Maison y Max; Anna, Anna solo es una zorra, la cual solo me utilizó para salir de sus mar de lagrimas y su profundo dolor, solo me usó y nada más.

Entré disimuladamente al salón de clases, Mia, a quien acababa de conocer iba unos centímetros delante de mí, buscó su asiento correspondiente, iba unos asientos delante de mí; estaba emocionado por hablar con ella, la consideraba ya como una amiga, una de pocas que tengo; es una chica linda he impresionante, sus gruesas y morenas piernas son tal cual las de una chuica ideal.

El maestro iba entrando, sacándome de esos dulces pensamientos, no sé de qué nos vendría la clase, pero espero que no sea nada aburrido... y mucho peor: que me sienta tan incomodo y comience a tener alucinaciones y veía al tal Matt, de hecho, no me acoraba de ese idiota, y mucho menos quiero saber de sus existencia; pareciera fantasma, aparece de la nada y se desaparece, es lo que me hace pensar tal pensamiento turbio, pero es lo único que me queda de pensar, por sus místicas apariciones.

Sinceramente estaba distraído en esa clase, sin que nadie se diese cuenta, salí de ese salón, si seguía allí unos segundos más me miraba en la necesidad de terminar loco, esas desesperación que no me deja me terminaran ahogando, es lo que menos quiero, aparte de mis tormentos y pesadillas no quiero ya más nada.

Me dirigía hacía los baños, mientras caminaba sentí como un escalofrió cubría todo mi cuerpo, me detuve; no entendía lo que pasaba, me encogí de hombros y seguí caminando como si no paso nada, pero creo que paso algo, y ese algo me huele a Matt; Matt Terry, pensaran que estoy loco, pero se cómo se aparece de la nada. Seguí mi camino hacia el baño, no tarde en llegar, entre al baño; para suerte tomé el más aseado, hice rápido mi necesidad y salí de ahí, en los lava manos estaba Matt: me lo esperaba. Me esperaba que Matt estuviera entrometido por aquí, mi extinto sabia que no me iba a fallar, ahora no se me hace fuera de lo común que Matt ande por allí como si nada, y que se parezca como mi guardia.

Me posé delante de mí lava manos, cerca de Matt. Encendí la llave para que callera agua; sin decir ni una solo palabra, el seguía limpiando sus manos; trate de lavar veloz mis manos para apartarme de él. Caminé detrás de el a un paso rápido, el seguía con los gestos que hacía hace unos segundos; vi como de reojo me miro al igual que él. Era inevitable dejar de pensar cuando él se aparece, no sabía cómo rayos se aparecía de la nada; eso se ha vuelto un misterio, misterio grande.

henrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora