CAPÍTULO 38: TE QUIERO

55 35 12
                                    

Madison

El tiempo ahí abajado parecía transcurrir diferente, como si fuéramos capaces de aprovechar cada segundo y extenderlo cuanto quisiéramos. Como si nada pudiera afectarnos. Con el paso de las horas Alissa subía de nivel con las copas, pero aun así sabía que podría tumbar a cualquiera de un calambrazo si se lo proponía. Alex y Nancy no se despegaron el uno del otro, y no sabría explicar cómo me llenaba de alegría verlos. Se merecían poder estar así.

En ese momento eché en falta a Ashton. Había estado con él apenas unos minutos atrás o eso me había parecido. Le había visto sentado en uno de los sofás al fondo, pero cuando volví a mirar, ya no estaba.

— Alissa, espera aquí un momento, voy a buscar a Ashton.

— ¿Sabes qué Madison? Eres una gran amiga — comenzó a decir como resultado del alcohol.

— Y tú vas muy borracha — le recordé sin poder evitar reírme —. Ahora vuelvo.

— No, no. Lo digo enserio — me agarró de los brazos para detenerme y se puso frente a mi —. Sobria también lo pienso, pero nunca te lo he dicho, siempre me he sentido desbancada por... — hizo un mohín con los labios y por un segundo me pareció que iba a vomitar.

— ¿Estás bien? — dije agarrándola esa vez yo y quitándole la copa de la mano.

Ella asintió y no insistió en coger la copa de nuevo. Sabía que había estado a punto de decir.

— Luego hablamos, no importa.

Solté un suspiro y me detuve. Dejé su copa sobre la barra y me dirige a ella de nuevo.

— Tú y Nancy no tenéis nada que ver.

— Ese es el problema, ¿no? — dijo algo triste como si hubiera llegado al punto en el que el alcohol la iba a hacer caer de la montaña rusa en la que estaba.

Negué.

— No quiero que seas como ella — le aclaré.

— Siempre has confiado más en ella... lo sé... es como si para ti fuera una hermana... como tu hermana pequeña que necesitas proteger.

Me quedé pensativa por un momento por el término que utilizó para explicarlo. Siempre había tenido esa necesidad de proteger a Nancy. No era como nosotros y no podía defenderse de igual manera, pero entonces di con la clave de lo que era la relación entre Alissa y yo.

— Puede que tengas razón — coincidí —. Siempre la he visto como mi hermana pequeña, desde que la conocí posiblemente — Alissa arrugó los labios sin saber que más decir —, pero yo también he necesitado una hermana mayor y esa siempre has sido tú. Tú me sacaste del orfanato, a pesar de casi morir para llegar allí. Cuando Marcus intentó matarnos, fuiste la primera en levantarte con la intención de entregarte para que nos dejara marchar a los demás y a la hora de enfrentarme a él ... yo no fui capaz y tu hiciste lo que cualquier hermana mayor habría hecho, no dejar que yo apretase el gatillo — hice una pausa viendo su reacción y aquello pareció hacer clic en su cabeza —. Siempre has estado ahí y sé que estarás. Siempre te necesitaré.

Los ojos de Alissa se elevaron de nuevo y marcó una sonrisa suave.

— Espero que no tengamos que necesitarnos de esa manera de nuevo, pero siempre apretaría el gatillo por ti.

Era cierto, ojalá no nos hiciera falta, pero si el día llegaba, estaríamos la una con la otra. Alissa se quedó tranquila después de haber hablado. Ya sabía desde hacía tiempo que tenía esa duda en la cabeza de que no significaba lo mismo para mí que Nancy y eso era lo bueno, que ambas eran completamente diferentes.

Quema como el fuego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora