CAPÍTULO 19: STEPHEN

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Madison

Estuve dando vueltas toda la noche, despertándome a cada pequeño ruido que se oía a mi alrededor. Cuando llegaron las seis de la mañana no aguantaba más la rigidez de mi cuerpo. Me levanté de la cama sin despertar a Ashton y me puse la sudadera de nuevo para salir. Estaba más relajado o eso quise creer. Tenía una expresión tranquila en el rostro y respiraba con suavidad. Al menos los demonios no habían podido con él esa noche.

Miré por la ventana y vi como el aire venía con fuerza junto con la nieve que ya estaba acostumbrada a ver. Había estado haciendo tanto frío que era inevitable que no nevara de nuevo.

Necesitaba una ducha caliente tanto para relajarme como para conseguir despejarme del todo porque sabía que no iba a conseguir dormir más. Abrí el grifo y dejé que el agua caliente cayera sobre mí. A medida que me iba cubriendo podía respirar de forma más profunda, llenando mis pulmones al completo sin que doliera al respirar. El frío exterior me anulaba más de lo que creía, pero no tenía nada que ver con la sensación que tenía cuando Ashton estaba cerca. Ese era el único frío que no odiaba. Se había convertido en una necesidad para mí.

Pasé un largo rato en la ducha hasta que decidí salir y comenzar a prepararme para ese día. La audiencia era por la tarde y aunque no quisiera admitirlo en voz alta, estaba asustada. Todo pasaría al finalizar el día y la gente lo olvidaría, pero aún tenía que aguantar las miradas de todo el mundo después de haber sido acusada como culpable y arrastrada fuera del instituto. Hasta que no se confirmara mi culpabilidad podía seguir yendo a clase, pero se iba a convertir en un infierno. Al menos Nancy no estaba para verlo. No podía ni imaginarme su cara si viera en lo que se había convertido mi vida.

Al salir al pasillo, la puerta del dormitorio de Lena y Stephen estaba abierta. Me acerqué, pero no había nadie dentro. Solo estaba el maletín de Stephen y su ropa preparada sobre la cama. La puerta del baño de la habitación se abrió y Stephen apareció tras ella. Acababa de salir de la ducha y llevaba solo una toalla atada a su cintura. Estaba más fuerte y musculoso de lo que me esperaba. Antes de obligarme a no seguir mirando me fijé en que tenía tatuajes alrededor del cuerpo. Nunca había visto a Stephen con sus brazos ni pecho al descubierto si quiera y no me esperaba que tuviera el cuerpo casi completo de tatuajes.

— Hola, Madison ¿qué tal estás?

— Perdón — dije apartando la mirada —. La puerta estaba abierta. Creía que no había nadie.

— No, no te preocupes — dijo quitándole importancia — ¿lista para hoy? — preguntó mientras por el rabillo del ojo veía como comenzaba a vestirse y me giré del todo para evitar verle.

— Si bueno, eso creo. No tengo nada de lo que preocuparme... ¿verdad? — pregunté apoyada sobre la pared.

«A parte de que sepa que me estés espiando y tenga que ocultarlo».

— Claro que no — tenía un tono tan despreocupado que por alguna razón hacía que mi cabeza comenzara a prepararme por si algo salía mal —. Lena te ha comprado ropa para esta tarde. Tendrás que prescindir de la sudadera y las deportivas por hoy.

— Con mi ropa estaré bien.

Suspiró. Oí su cinturón chochar contra la hebilla para cerrarse y entonces me giré. Necesitaba ver esos tatuajes una vez más. Tenía un mal presentimiento.

— Sabes que no puedes asistir así ante un juez — me acercó la ropa sin esperar mi queja. No había opción a un "no" por respuesta.

Era un pantalón de vestir negro con una americana en rosa claro y bajo ella una camisa blanca con botones en la parte delantera.

Quema como el fuego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora