CAPÍTULO 34: EL BANDO VENCEDOR

57 36 6
                                    

Madison

Todo pareció ir a cámara lenta a partir de ese instante. Hice contacto visual con Ashton. El miedo rebosaba por cada poro de nuestro cuerpo al darnos cuenta de que venían a por nosotros.

Alex se negaba a dejar a Nancy ahí pero no veían a por ella si no a por nosotros.

— ¡Déjala, vienen a por nosotros! — Alissa tiró de él.

— ¡No, no voy a dejarla!

Nancy se quedó tendida sobre la silla y Alex luchó para soltarse del agarré de Alissa, pero Connor le agarró también para sacarle de la cafetería. Los disparos se comenzaron a oír a nuestras espaldas y comenzamos a correr aún más.

Si no les deteníamos, iba a dar igual todo lo que corriéramos. Teníamos que ganar tiempo. Cuando todos pasaron por la puerta, volví sobre mis pasos. Cerré ambas puertas rápidamente y las sujeté con fuerza. Prendí mis ojos que respondieron al segundo de mi llamada y envolví mis manos en fuego para sellar ambas puertas como si fueran una.

— Dime que tienes algo que nos sirva — le pregunté a Esther. Necesitaba que viera algo que esa vez nos ayudara.

Negó con la cabeza.

— Nada bueno.

Los asesinos llegaron hasta la puerta y dispararon contra ella. La puerta resistió, pero las pequeñas ventanas de cristal que había en ella se rompieron al atravesarlas un disparo. No eran balas, era mucho peor. Miré viendo detrás de mí como había una especie de dardo clavado en la pared. Había atravesado parte del hormigón quedándose incrustado. Sabía que estaban cargados de sedante como para dormir a un elefante y en nuestro caso, nos provocarían una muerte rápida.

Seguían forzando la puerta, pero no conseguían abrirla. Aun así, no podíamos quedarnos ahí esperando, pero mis pies no se movían del sitio. La ira se había transformado en fuego y quería verlos arder a todos.

Ashton me agarró por la espalda y tiró de mí. Su piel estaba recubierta de hielo y sus ojos relucían. Yo seguía teniendo llamaradas en mis manos y todo mi cuerpo quemaba asique esa era la única manera segura de poder tocarme.

Avanzamos hasta el hall para salir del instituto, pero las puertas estaban bloqueadas adrede. Los asesinos habían pensado hasta en el último detalle. No podíamos abrirlas eran demasiado gruesas como para que pudiéramos atravesarlas o derribarlas en tan poco tiempo. Empecé a agobiarme al sentirme enjaulada, sin salida mientras que los asesinos iban a acabar llegando a nosotros.

— Espera, ¿dónde está Alex? — dije al darme cuenta de que no estaba con nosotros.

Miramos a nuestro alrededor, pero no había rastro de él.

— ¿Ha vuelto a por Nancy? — preguntó Alissa.

Ninguno lo sabíamos, había desaparecido de nuestro lado. Al fondo del pasillo mis ojos detectaron a los asesinos de nuevo corriendo hacia nosotros.

— Tenemos que salir de aquí — se adelantó a decir Connor.

— No sin Alex.

Ashton se negaba a abandonarle. Así no hacíamos las cosas nosotros. Nadie se quedaba atrás.

Los pasos de los asesinos resonaron por el pasillo, el primero de ellos dio la cara y cuando nos tuvo a tiro, apretó el gatillo apuntándonos, en concreto a Connor.

Él se paralizó al verle apretar el gatillo. El dardo salió disparado hacia su pecho y en un acto reflejo extendí mi mano frente a su pecho. Lo atrapé entre mis dedos antes de que llegara a tocarle y eso sorprendió a todos, incluso a los asesinos.

Quema como el fuego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora