CAPÍTULO 36: NOCHEVIEJA

60 35 5
                                    

Madison

2 semanas después

31 de diciembre

No volvimos a recibir noticias de más asesinos en Sioux falls. Stephen consiguió que tras la misión fallida del instituto le dejaran controlar Sioux falls, pero si en algún momento se descontrolaba, los Saith no tendrían más opción que mandar a los asesinos de nuevo asique, esa información estuvo al corriente de todos. Teníamos una libertad que nosotros mismos podíamos controlar.

Stephen consiguió que los Saith se creyeran que La Sra. Kelly y Marcus trabajaban juntos y fueron los únicos responsables de lo que ocurrió en el instituto semanas atrás. Al tener habilidades tan poderosas como la telepatía y la manipulación de los recuerdos creían que se merecían más de lo que tenían y querían ocupar el lugar de los Saith y Stephen los detuvo. No quedó nadie vivo que supiera que la verdadera historia era que ese plan había salido de mi cabeza.

Los asesinos ya no se paseaban las calles de noche, ni ocultos entre nosotros y con Stephen ocurrió lo mismo. Ya no tenía que estar obligado a matar de nuevo. Incluso Lena dejó de marcharse a hurtadillas en plena noche para ir al hospital. No había asesinos, no había delitos y tampoco había sedantes. Aun así, yo ya sabía cuál era el bando de Lena y seguramente sabría la verdad sobre Ashton y yo. Teníamos que seguir sonriéndola a pesar de saber que los sedantes que cientos de veces nos podrían haber matado, venían de ella.

Pero esa verdad no salió nunca a la luz, seguíamos comiendo los cuatro juntos, con sonrisas en nuestros rostros, aunque desde un principio, todos nos hubiéramos matado entre todos. Si seguíamos bajo esa fachada que empecé a construir el día que llegué a Sioux falls, ninguno saldríamos heridos.

Stephen era el padre de familia ejemplar con uno de los mejores bufetes del estado. Lena una reputada enfermera del hospital Sanford con más de quince años de experiencia. Ashton el hijo perfecto, capitán del equipo de hockey de su instituto y yo, Madison una chica sin pasado, porque dolía demasiado recordarlo, pero para todos era la dulce Madison, hija de acogida de la perfecta familia Allen.

17:00pm

Esa noche era fin de año, marcando un antes y un después. Nada cambiaria pasadas las doce, pero todos preferíamos creer que así era. Era un día para festejar y en verdad, ese era el primer año en mi vida que sentía que debía celebrar el fin del anterior y el comienzo del siguiente.

Ashton estaba sentado sobre la cama de su habitación apoyando su espalda en la pared. Mi cabeza en su regazo, mientras mis manos jugaban con las suyas.

— ¿Crees que deberíamos ir a esa fiesta? — pregunté sin apartar la vista de nuestras manos.

— También podríamos quedarnos aquí, así para siempre.

Sonreí y sin mirarle, supe que hizo lo mismo.

— No me parece mala idea.

Giré mi cabeza hacía él y acercó una de sus manos hasta mi rostro.

— ¿Tú quieres ir?

— Por una vez sí que hay algo que celebrar.

— También es una manera de no pasarlo con Stephen y Lena — me recordó.

— No sé por qué me da que Stephen ya tiene sus propios planes.

Él asintió.

— Yo también lo creo y Lena tiene que estar en el hospital. Fin de año es el día que más accidentes hay, aunque ya no sea ella la que los provoque...

— ¿Crees que en algún momento reconocerá que lo sabe?

Negó.

— Porque nosotros tampoco lo hemos hecho. Es mejor aparentar que nadie sabe nada, al menos mientras vivamos aquí.

Quema como el fuego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora