CAPÍTULO 4: EL PRIMER PROBLEMA

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Madison

Sentía mis párpados pesados y un dolor de cabeza inmenso que me estaba haciendo dudar de si estaba viva o al borde de la muerte. Abrí los ojos lentamente sintiendo dolor hasta en las córneas cuando la luz atravesó mis pupilas. Mi mirada divagó a mi alrededor buscando saber que ocurría. Estaba en una habitación blanca, al lado de un gran ventanal que me estaba cegando con la luz que entraba. Ya era de día, pero no había sol. El cielo estaba pintado de blanco. Un blanco brillante y cegador. Al intentar moverme vi que tenía algo punzando mi brazo. Era una vía colocada en la flexión de mi codo y tenía una máscara de oxígeno sobre la boca y la nariz ayudándome a respirar.

— Oh Madison — apareció una voz dirigiéndose a mí —. Nos has dado un buen susto, ¿cómo estás? — Era Lena, hablándome con el rostro entristecido. Me fijé en que llevaba el uniforme de enfermera.

No tenía fuerzas para hablar, y las pocas que tenía se me quitaron al ver a Stephen entrar en la sala.

— Bien...— pude decir con la voz rasposa.

— ¿Recuerdas algo? — dijo Lena sentándose al borde de la cama para coger mi mano.

— No — Intentaba reconstruir las piezas de lo que había ocurrido esa noche, pero el último recuerdo de mi mente era estar en brazos de Ashton en mitad de la calle.

— Espero que no vuelvas a hacer algo así — me avisó Stephen —. Podrías haber muerto.

Sabía que podía haber muerto, pero no era una parte que hubiera pensado para esa noche. No tenía intención de morir de hipotermia tirada en mitad de la calle. Suspiré y Lena tomó el turno de palabra.

— El frío de Dakota del sur es excesivo...llegamos a temperaturas bajo cero, sobre todo en esta época del año — hizo una pausa para suspirar—. Llevabas demasiado tiempo en la calle y comenzó a nevar con fuerza... empezaste con síntomas de hipotermia por lo que te subió la tensión arterial y te desmallaste.

Jamás el frío me había afectado de esa manera como para llegar a entrar en hipotermia. A una persona normal podría afectarle así, pero yo era de todo menos normal. Mi cuerpo tendría que haber resistido mucho más. No era posible que estuviera ingresada en el hospital por un par de grados bajo cero.

En ese momento entraron dos enfermeras en la sala que no parecían mayores que Lena y comprobaron mi temperatura confirmando que estaba estable.

— Me quiero ir. Ya me encuentro bien.

— No puedes irte aún Madison — respondió Lena —. Necesito hacerte más pruebas.

— Lena, estoy bien ya las has oído.

— Te quedarás aquí el tiempo que estimen las enfermeras — el tono de Stephen dejó claro que no me movería de ahí.

Lo último que necesitaba era que Stephen estuviera en la sala ejerciendo de padre y obligándome a que me quedará ahí, pero por desgracia era menor de edad y ellos tenían mi tutela asique no me quedaba más que aguantarle.

— Iré a buscar al doctor y si él considera que estás fuera de peligro, nos iremos a casa — me aseguró Lena.

Los cuatro salieron de la sala y me incorporé en la cama al sentirme mareada de estar tan tumbada. Me quité la máscara de oxígeno y la puerta se abrió lentamente, pero no fue el doctor quien entró. Era Ashton empujando la puerta con un vaso en cada mano.

— Estás despierta — dijo algo asombrado.

— Si — me coloqué sobre la cama. Aún tenía un dolor de cabeza terrible que esperaba que se pasara pronto.

Quema como el fuego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora